Cap.9 ~ Viperion

229 25 3
                                    




—Hola ___, ¿vamos ya?— dijo al llegar hasta mi entregándome su mano, la que yo agarré.

Aunque le di la mano, no tarde mucho en soltarla. Aunque estaba a gusto junto a él, todavía estaba demasiado nerviosa y no quería que él, al sentir mi mano temblando, se sintiera mal.

—¿A donde vamos?— pregunté con curiosidad. No habíamos hablado sobre eso, y había preferido no hacerlo para no parecer una tonta que no sabía nada de París, aunque creo que eso lo sabía todo el mundo. Además, llevaba su guitarra y no creo que la llevara a cualquier sitio.

—Es un secreto— me contestó para luego guiñarme el ojo. Asentí, no muy segura, pero asentí.

Estuvimos charlando sobre todo, sin ningún tema en particular, mientras andábamos por las calles de París. Cuanto mas veía esas calles, más entendía porqué se decía que era una de las ciudades más bonitas del mundo, aunque claro, había visto casi lo mismo que veían los turistas.

Mientras seguíamos hablando me di cuenta que le había cogido del brazo a Luka, y aunque al principio pensé en soltarle, decidí no hacerlo. Yo estaba a gusto y el no parecía incomodo, al contrario, lo vi muy feliz, hablándome de algo de lo que no me estaba enterando, pues estaba muy concentrada en mirarle la cara mientras sonreía, inconscientemente, claro. Estaba tan metida en mi mundo que no me di cuenta que él había dejado de hablar y de que me estaba mirando directamente hasta que me pregunto a ver que me hacía tanta gracia. No pude evitar sonrojarme, apartando la mirada. Escuché a Luka reírse a mi lado. Al menos no estaba enfadado. El siguió hablando durante un rato más mientras seguíamos andando, mientras que a lo lejos, ya se podía ver la Torre Eiffel. Yo me aseguré de no mirarle más de la cuenta, no quería pasar vergüenza, otra vez.

Al llegar, nos sentamos en un banco y él sacó su guitarra y se volvió a mi

—¿Alguna petición en particular?— Tenia muchas peticiones pero, prefería que él eligiera las canciones. Él sabía más, y además, me gustaba escuchar otras cosas de las que normalmente escuchaba, a si que le dejé a él que escogiera. No parecía muy convencido, pero no tardo mucho en empezar a tocar.

Siempre me han gustado las canciones donde la letra tiene un bonito mensaje, pero las canciones que tocaba Luka no necesitaban palabras para transmitir emociones. No tenía ni idea si todas las canciones que tocaba se las inventaba él o si se las había aprendido de otras personas, pero me gustaba pensar que era la primera opción. Mire a Luka concentrado en tocar su guitarra. Me di cuenta que me gustaba verlo así con una melodía tranquila y dulce de fondo. Parecía sacado de un libro de romance adolescente. Era el chico que, aunque fuera amable, bueno y romántico con la protagonista, nunca acababan con ella, cosa que siempre me había molestado ya que no lo entendía. Ojala a Luka no le pasara eso, era demasiado buena persona.

Seguí escuchándolo tocar, no se por cuanto tiempo, pero no me aburrí en ningún momento. Todo iba perfecto, hasta que de repente, un estruendo sacudió el suelo. Luka dejó de tocar, y con el ceño fruncido miro a los lados, cuando de repente me agarró de la muñeca. Otro estruendo, esta vez, mas fuerte que él anterior.

—¿Que esta pasando?— Pregunté preocupada, aunque me temía lo que estaba pasando. Antes de que Luka pudiera responder el suelo se volvió a sacudir, cuando a lo lejos, encima de unos edificios, vi dos manchas moviéndose rápidamente, una roja y otra negra. Luka también las vio.

—Tenemos que irnos de aquí— dijo, y antes de que pudiera decir nada, sin soltarme de la muñeca, echó a correr a una de los callejones cercanos. Yo no me resistí.

Allí, los únicos lugares para esconderse era entre los coches o en un cubo de basura. Ninguno de los dos era muy buen sitio, pero no pensaba meterme en un cubo de basura, y él lo sabía, así que cuando llegamos a donde había dos grandes furgonetas, paramos.

—___, tienes que quedarte aquí— Dejo su guitarra a mis pies y se dio la vuelta, a punto de echarse a correr, pero le agarre de la muñeca, igual que el había hecho antes. Se dio la vuelta y me miró. Al contrario de lo que podía imaginar, su mirada era tranquilizadora, y a parte, me estaba sonriendo. Eso no me tranquilizó.

—¿Que haces Luka? Tu también tienes que esconderte, a saber que esta pasando allí— dije, con voz de preocupación. Luka se acerco a mi y con la mano que no le estaba agarrando, me dio la mano, y me la apretó de manera suave.

—Tú tranquila, ya estoy acostumbrado a este tipo de cosas. Además, Ladybug y Chat Noir resolverán esto en un santiamén— dijo y se alejo corriendo dejándome allí, muerta de miedo, sin poder moverme hasta que hubo un ruido de explosión. No podía quedarme allí. ¿Qué demonios se suponía que estaba haciendo Luka? ¿No pensaría que me iba a quedar aquí tan tranquila sabiendo que se había ido a donde estaba pasando lo que quiera que estuviera pasando? La respuesta era no.

Corrí hacia donde estaba todo el follón. Cuando llegué a la salida del callejón, no puede evitar quedarme congelada, un "monstruo" igual de alto que un edificio de tres pisos estaba allí plantado con un coche en la mano. Y me estaba mirando fijamente. Todo paso muy rápido. Alguien grito, y de repente el coche estaba cayendo encima de mi. Lo último que vi antes de cerrar los ojos fue la figura de alguien vestido entero de verde.

Hubo un ruido de una explosión. No podía quedarme allí. ¿Qué demonios se suponía que estaba haciendo Luka? ¿No pensaría que me iba a quedar aquí tan tranquila sabiendo que se había ido a donde estaba pasando lo que quiera que estuviera pasando? La respuesta era no.

Corrí hacia donde estaba todo el follón. Cuando llegué a la salida del callejón, no puede evitar quedarme congelada, un "monstruo" igual de alto que un edificio de tres pisos estaba allí plantado con un coche en la mano. Y me estaba mirando fijamente. Antes de que pudiera hacer cualquier cosa, sentí como alguien me cogía con sus brazos y salíamos disparados. Giré a ver quién me había sujetado. No era ni Ladybug ni Chat Noir. Vestido de verde turquesa y de ojos del mismo color, no tardé en saber quién era. Viperion miraba concentrado hacía delante con el ceño fruncido. Cerré los ojos del miedo.

Cuando sentí que habíamos parado los volví a abrir. Estaba encima de una azotea junto a un superhéroe. Tenía el corazón a mil. Viperion me dejó en el suelo cuidadosamente. Solo tenía un pensamiento en la cabeza ¿Estará bien Luka? No se si Viperion a parte del poder de volver atrás en el tiempo tuviera el de leer la mente o si era un tipo de intuición heroica pero antes de saltar me dijo:

—Tranquila, tu amigo Luka esta perfectamente y en un lugar seguro.

~

Espere allí sentada hasta que un brillo rojo sobrevoló la ciudad. Apareció Viperion de nuevo, y me volvió a llevar al sitio donde había visto a Luka por última vez. Él no estaba allí todavía lo que me preocupó, pero no dije nada. Viperion me dejó allí sola, sin decirme ni un palabra, pero me daba igual. En ese momento solo me preocupaba ver a Luka. De pronto, alguien a mi espalda me llamó. Me di la vuelta en el momento exacto en el que Luka se abalanzó a abrazarme. Yo también le abracé a él. Nos quedamos así un buen rato hasta que nuestras respiraciones, antes aceleradas, volvieron a su ritmo normal.

—¿Estas bien, no te a pasado nada?— Le pregunté preocupada a Luka con mis manos apoyadas en su hombros. El me volvió a sonreír, como siempre hacía.

—Ya te dije que todo iba a estar bien, pero bueno. Estoy perfectamente y no me ha pasado nada. Viperion me ha contado que saliste a buscarme y que casi acabas aplastada por un coche.

—Lo siento, tendría que haberte hecho caso, pero me preocupaba que te pudiera pasar algo malo— Luka me dedicó una sonrisa, y me volvió a abrazar.

—No te preocupes. Te prometo que a partir de ahora no me separaré de ti.

~

Pasamos lo que quedaba de tarde hablando, sentados los dos juntos en un banco. Después del ataque del supervillano no había mucha gente por allí, lo que para mi era mejor. Estuvimos allí viendo el atardecer y cuando se hizo de noche, Luka me acompañó hasta casa. Nos despedimos en las verjas de la propiedad, y cada uno se fue por su lado. En casa, después de cenar, me fui a mi cuarto y me metí en la cama, demasiado exhausta para seguir con los ojos abiertos.

El azul de sus ojos - Luka Couffaine x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora