Cap.16 ~ Pasado

111 12 4
                                    

—¿Porque parece que has visto un fantasma?

Viperion me sonreía tumbado en mi cama. Mientras me fui acercando volvió a hacer lo mismo que había estado haciendo antes de marcharme: lanzar una pelota de goma pequeña al techo, cogiéndola de nuevo y repitiendo lo mismo una y otra vez. Me senté en la cama con dificultad sin poder usar las manos.

—¿Pues igual porque mi primo me acaba de ver con dos vasos de leche, si supuestamente estoy sola en mi cuarto? —dije sacudiendo ligeramente los dos vasos que tenía agarrados.

—Tiene sentido. —Agarró la pelota por última vez y se levantó con un movimiento rápido y ágil. Le ofrecí uno de los vasos y después de brindar y tomar un trago, alargó en brazo cogiendo el paquete de galletas que el había dejado en mi escritorio esa noche al entrar.

Llevábamos con esa misma rutina una semana, desde que descubrí que bueno, era él quien me escribía cartas. Comíamos algo y charlábamos o escuchábamos música. Le agarré confianza bastante rápido, no sabía muy bien porque, pero algo en él me hacía sentirme segura. Era un superhéroe al fin y al cabo. Además sentía que lo conocía de hace tiempo, así que no fue incomodo o extraño hablar con él. Y como tenía demasiada curiosidad por todo lo relacionado con los superhéroes y siempre que tenía oportunidad le preguntaba cualquier cosa que me pasara por la cabeza, no había silencios incomodos entre nosotros. Y me enteré de cosas muy interesantes respecto a los superhéroes, detalles que no aparecían en ninguna parte de aquel vlog al que me había metido alguna vez. Aunque había veces que ni el sabía la respuesta a mis preguntas, como por ejemplo, cuando le pregunté por qué su herida había desaparecido en dos días. Me dijo que él tampoco tenía ni idea, algún tipo de poder que daban todos los miraculous, como el ser más ágil o tener más fuerza.

Pero aquella noche estaba pensando en mis cosas mientras él me hablaba sobre algo y yo asentía de vez en cuando. Tenía la cabeza en otra parte, o más bien en otra persona.

Había hablado con Luka, y no fue tan desastroso como había imaginado que sería. El lunes volvió a aparecer en la salida del colegio, y al contrario de lo que hubiera hecho unos días atrás, salí de clase junto a mi primo. Cuando los ojos de Luka se toparon con los míos tuve unas ganas tremendas de correr y esconderme, pero me quedé quieta mientras se aproximaba. Para cuando me quise dar cuenta, mi primo no estaba a mi lado, y ahora estaba yo sola con Luka delante con una sonrisa dibujada en el rostro.

—Hola —me saludó. Hice lo propio y aquel muro que había intentado construir entre nosotros desapareció sin dejar ningún rastro. Era una blanda pero no podía hacer nada si esos ojos azules me miraban de la manera que lo hacían.

No hablamos mucho. Le pregunté que qué hacía aquí y el me respondió que venía a buscar a su hermana. Yo le sonreí deseando que esa fuera la única verdad. Él me preguntó haber en que lio me había metido esta vez al no aparecer en la salida del colegio la semana anterior intentando relajar el ambiente, y aunque no estoy segura de si sirvió para algo, sus palabras me sacaron una sonrisa. Me alegró saber que quizás había una oportunidad de que las cosas no cambiaran si le contaba la verdad, a si que en vez de contestarle a su pregunta, le pregunté sin pensar si le gustaría quedar el viernes.

No pensé antes de decirlo pero ya era demasiado tarde para arrepentirme. Sus ojos se iluminaron y su sonrisa se ensanchó aún más. Me dijo que estaría encantado de quedar conmigo y antes de que ninguno pudiera añadir nada más, mi teléfono vibró en mi bolsillo. Era mi primo llamándome para preguntarme donde estaba. Luka rio y mencionó algo sobre la agenda apretada de Adrien, pero yo solo me quedé con el sonido de su risa.

Nos despedimos prometiéndonos que hablaríamos más tarde por mensaje. Y lo hicimos. No tanto tiempo como lo habíamos hecho otras veces pero al menos eso era mejor que nada. No sacó el tema de la fiesta de pijamas, por suerte. Hablamos de cosas sin sentido como lo hacíamos antes.

El azul de sus ojos - Luka Couffaine x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora