Había llegado el domingo, y al contrario de lo que había pensado que iba a pasar, tenía planes, y no cualquier plan: iba a quedar con Luka.
Me lo preguntó el mismo día en el que me enteré que a Luka le gustaba Marinette. Y no iba a negar que había pensado en aquel tema durante toda la noche del viernes antes de dormirme y después por la mañana siguiente también. Pero al leer mientras desayunaba el mensaje que Luka me había enviado el viernes (cuando yo estaba sumida en un circulo de inseguridad y vergüenza por mis sentimientos hacía él), se me olvidó todo durante unos segundos.
Emocionada le contesté que sí, y cuando me llegó una carita sonriente por parte de él, recordé lo que me habían contado. Me intenté convencer de que no pasaba nada, Luka y yo seguiríamos siendo amigos como siempre. Y era mejor así. Era lo que yo quería... ¿No? Aun así, no pude evitar pensar que le había preguntado a Marinette para ir con él el día que vinieron a mi casa, y que esta al decirle que no me lo había pedido a mí...
El sábado estuvo lleno de subidas y bajadas emocionales. Me estaba volviendo loca. En unos momentos estaba saltando de la emoción y al segundo siguiente estaba hecha un ovillo replanteándome hasta mi existencia en una esquina de mi cuarto. Supongo que sería uno de los síntomas de que te gustara alguien. No tenía ni idea. Debería preguntarle a Viperion el siguiente día que lo viera.
Además, los deberes de filosofía no ayudaron demasiado a mis cambios de humor, como tampoco lo hizo que durante la comida se me escapara cual era mi plan para el domingo y que Adrien me estuviera molestando con el tema. Si tan amigo era de Marinette igual que de Luka, ¿no tendría él que saber la naturalidad de los sentimientos de Luka? Tampoco le iba a preguntar, no necesitaba escuchar una segunda confirmación de que claramente yo no le gustaba a Luka. Y entre una cosa y otra, el domingo llegó más pronto que tarde. Y yo no estaba preparada.
Mientras me ataba las botas sobre los tres pares de medias que me había puesto y los calcetines, noté como me temblaban las manos. ¿Por qué estaba tan nerviosa? Luka y yo estábamos quedando como siempre lo habíamos hecho. Que fuera el día que era no cambiaba nada de nada. Además, a Luka le gustaba otra persona, a si que no había punto en ponerse nerviosa. Pero saberse la teoría era más fácil que ponerlo en práctica. Tenía que disfrutar el día de hoy junto a Luka. No iba a arruinar la quedada por culpa de mis sentimientos. No era un día para estar desanimada. Hacía bastante buen día para la época del año en la que estábamos, con pocas nubes sobre el cielo azul y poco viento. Además las temperaturas eran lo suficientemente altas para no tener que ir como una cebolla con tantas capas de ropa, y por eso mismo había optado por mi vestuario de hoy: un vestido negro suelto, sobre una camiseta blanca de manga larga blanca y cuello de tortuga, junto a las medias, calcetines y botas.
Me levanté y me dirigí al baño para peinarme un poco. Entre una cepillada y otra, mientras me miraba en el espejo pensé que podría ser una buena maquillarme un poco. No lo solía hacerlo a menudo, y no recordaba haberlo hecho desde que había llegado aquí. No me había importado mi apariencia en lo más mínimo. Pero hoy, se podía decir que era un día especial.
Deje el cepillo a un lado y abrí el cajón bajo el lavabo. No tenía demasiadas cosas, y si las hubiera tenido tampoco las hubiera usado. Solo iba a ser un poquito de maquillaje, nada del otro mundo. Me puse mascara de pestañas y colorete en los pómulos, y en los labios un cacao que te pintaba un poco los labios de un rojo cereza. Aunque fuera solo un poco de maquillaje, se podía notar un cambio, y no sabía si había sido una buena hacerlo o me había pasado. Igual a Luka no le gustaba. Igual le extrañaba que me maquillara justo hoy, el día que quedábamos, justo el día de San Valentín. Igual descubría mis sentimientos por él.
Antes de que me diera tiempo a desmaquillarme o algo, alguien aporreó mi puerta con fuerza.
—Tu amiguito esta esperando en la entrada —me gritó Adrien a través de la puerta. No contesté porque sabía que ese "amiguito" tenía un doble sentido y no tenía tiempo para pensar en eso o discutir con Adrien.
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El azul de sus ojos - Luka Couffaine x Lectora
Fanfiction____ Agreste, en un instante, perdio a las personas que mas queria, su madre y su padre, en un accidente automovilístico. Sin ninguna otra opción no lo queda más que mudarse a París con su tio y su primo Adrien, despues de no verlos desde que tiene...