Era viernes por la tarde y ya estaba en casa. Hacía muy mal tiempo. Llovía, hacia muchísimo viento y el frio te perseguía a cualquier lado al que fueras. Llevábamos toda la semana repasando durante las clases de casi todas las asignaturas porque a los profes les había parecido una buena idea poner todos sus exámenes juntos. Siempre hacían lo mismo. Y yo, me estresaba demasiado fácil.Ya estaba dando por hecho que iba a tener que quedarme encerrada en casa y estudiar, y que aun así, seguramente me salieran fatal los exámenes. Así era yo y nada podía hacer para cambiarlo en ese momento. Siempre pensaba en negativo, y desde aquel día, la negatividad había aumentado. Antes al menos, alguien me transmitía la esperanza que me faltaba, ahora, no. Además mi mente hacía que todo me recordara a ellos.
Adrien ya me había notado que estaba un poco decaída, y por desgracia, Luka también, aunque a los dos les había negado todo. Al primero simplemente le dije que no pasaba nada, porque yo sabía que cualquier otra cosa que le dijera no iba a servir de nada para convencerlo. Y al otro simplemente le dije que tenía mucho que estudiar y no lo puso en duda. Aunque me sentí fatal por mentirle, era mejor así. Aún y todo, me dijo que si necesitaba hablar, alguien debería escuchar lo que tengo que decir, y que si no tenía a nadie, el siempre estaría ahí para ayudarme. Me sentí peor.
Desde que me lo dijo, no pude parar de pensar en sus palabras. Luka tenía razón aunque a mi me costara admitirlo, debería desahogarme con alguien. Llevaba bastante tiempo sin pensar demasiado en el tema y pensaba que ya lo estaba superando, pero ya estaba viendo yo que no era así. Prefería llevar mis problemas yo misma antes que molestar a los demás con cosas que no les importaban. Cada uno ya tenía que lidiar con su propia vida, sus propios problemas y con sigo mismos. Pero creo que ya era hora de hablar de ello.
Pero por mucho que Luka me diera su apoyo, no quería fastidiar nuestra amistad. Me gustaba pasar tiempo con él y hablar sobre la vida, pero si le contaba todo desde el principio para luego contarle como me sentía, iba a ser demasiada información de una sola vez y no quería preocuparle y que eso ennegreciera nuestra amistad. Y aunque no me gustara la idea, sabía quien era la única persona con la que podía hablar sin dar ningún tipo de explicación. Adrien.
Cuando me armé del valor suficiente, llamé a su puerta. Al otro lado una voz lejana me contestó "ahora voy, dame un minuto". Me puse más nerviosa, ¿Es esto una buena idea? ¿Sería mejor irme sin decir nada y dejarlo todo como esta? Antes de que pudiera decidirme, Adrien abrio la puerta dirigiendome una sonrisa y haciéndome un gesto para que entrase. Eso hice, y el cerró la puerta tras de mí.
—¿Que te trae por aquí ___?
—Adrien yo... venía porque siento que me puedes ayudar en algo...
—Sí, claro, en que asignatura... —me miró y se dio cuenta, al ver mis ojos estaban cristalizados, que no iba allí a hablar del colegio. Rápidamente se acerco a mi disculpándose. Le dije que no pasaba nada intentando que las lagrimas no escaparan de mis ojos.
Nos sentamos juntos en el sofa de su habitación, cada uno en una esquina, en silencio.
~
Casa de los Cuffaine*
Luka estaba sentado en el sofa que había en la proa del barco, con su teléfono móvil en una mano mientras que sacudía una de sus piernas nervioso. Hacía mal tiempo y frio, pero a él no le importaba. Solo estaba esperando que le llegara un mensaje que llevaba esperando ya un rato. Estaba absorto en sus pensamientos y hasta que su hermana le habló, no salió de su cabeza.
—Luka que haces ahí fuera, te vas a congelar de frio —le dijo su hermana desde la puerta que separaba la calle de la casa. Luka, sin decir nada, se levantó y pasó por al lado de su hermana ignorándola por completo para volverse a sentar en el sofa. Juleka sabía que algo le pasaba a su hermano. S sentó junto a él y este dejó el movil a un lado, dándose cuenta que nadie le iba a contestar. Se frotó la cara con las manos antes de girarse hacía su hermana—. Estas extrañamente callado, y ademas... —Señaló la pierna de su hermano que no paró de moverse hasta que ella la señaló— estas nervioso.
—Tranquila, no pasa nada —intentó mentir Luka pero Juleka no se lo creyó. Solo había visto así a su hermano una vez y fue cuando su relación amorosa con Marinette empezó a echarse a perder. Juleka arqueó una ceja.
—No me engañes hermanito. Se muy bien que si estas así es porque te pasa algo— Luka apartó la mirada a un lado. Juleka se acercó y le abrazó—. No te preocupes, lo que sea que esté pasando se solucionará tarde o temprano o después de una eternidad. Eso me dijo alguien de dudosa credibilidad hace un tiempo —Luka rió ante lo que su hermana había dicho, pues recordaba perfectamente el día en que él le dijo eso a ella.
—Es que... —empezó Luka, preguntándose si era buena idea contárselo a su hermana, pero sabía perfectamente cual era la respuesta— hay... alguien, que no esta pasando por un buen momento. Y yo estoy preocupado. Pensaba que todo estaba lo mejor que podía estar, pero se ve que no. Y no se como ayudarle.
—¿Porque no intentas hablar sobre lo que le esta pasando? Quizá necesite a alguien con quien hablar.
—Quizás no, lo necesita.
—Entones, ¿Porque no le preguntas? Yo te conozco y siempre estas dispuesto a... —Su hermano la cortó.
—Lo que pasa es que supuestamente yo no se que es lo que le pasa, me lo contó otra persona —dijo Luka tristemente tirándose en el sofa. Su hermana lo abrazó, y este le devolvió el abrazo. Se quedaron allí hasta que de pronto, el teléfono de Luka empezó a sonar. Luka lo cogió esperanzado, y aunque cuando leyó el nombre se dio cuenta que no era la llamada que esperaba, no estaba decepcionado por que fuera otra persona, al contrario, esperaba que lo que le tenía que decir fuera bueno. Juleka lo miró sonriente:
—¿Es la persona misteriosa Adrien? —preguntó Juleka, a lo que Luka sonriente negó con la cabeza y seguido se escapó hacía su habitación. Juleka no tenía ni idea que le pasaba a su hermano.
~
Casa de los Agreste, Adrien*
Cuando Adrien por fin estaba solo en su habitación y escuchó la puerta de la habitación de al lado cerrarse, agarró su teléfono y se encerró en el baño.
Desbloqueó su teléfono y busco entre sus contactos el nombre de Luka. Cuando lo encontró, antes de llamarlo pensó si era buena idea. Recordó la cara de preocupación que puso Luka cuando le contó sobre su prima, y como la había acompañado a casa cuando llovía, a si que pensó que si que era buena idea, además sabía que Luka siempre se preocupaba por los demás y que seguramente le tranquilizaría tener noticias sobre ___. Lo llamó. Adrien pensó que no iba a responder, pero al final una voz al otro lado del teléfono contesto: "¿Adrien?"
—Creo que tengo buenas noticias.
—Te escucho.
—___ por fin se ha abierto conmigo —Escuchó a Luka soltar un grito ahogado.
—¿Y que tal ha ido?
—Bueno, bien porque se ha desahogado pero mal pues porque esta triste... —No hubo respuesta por parte del guitarrista—. Aun así, creo que es un gran paso. Todavía me acuerdo lo mucho que me costó a mi hablar sobre mi madre por primera vez después de su muerte.
—Tienes razón. Muchas gracias por informarme Adrien, espero que estéis bien los dos —contestó Luka con un tono de voz que Adrien nunca le había oído.
—Igualmente, y no hay de que, para eso están los amigos —Colgó después de despedirse de Luka. Salió del baño y se sentó en el sofa. De su bolsa, apoyada en la mesa, salió un pequeño gato negro volador.
—Plagg, estoy sintiéndome... como decirlo... como si fuera un casamentero y no se por qué.
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El azul de sus ojos - Luka Couffaine x Lectora
Fanfiction____ Agreste, en un instante, perdio a las personas que mas queria, su madre y su padre, en un accidente automovilístico. Sin ninguna otra opción no lo queda más que mudarse a París con su tio y su primo Adrien, despues de no verlos desde que tiene...