Cap.11 ~ Regalos

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En medio de la noche, me desperté congelada de frío. Me tapé entera con el edredón, hecha una bolita pero el frío no se pasaba. Dormía con una camiseta de tirantes y un short ligeros, ya que normalmente dentro de la casa hacía bastante calor. Había veces que dormía sin ninguna manta tapándome a si que me extrañó la temperatura que hacía en ese momento. Agarrando fuertemente la manta, me senté cansada soltando un bostezo. La habitación estaba helada y al salir de debajo de las mantas una brisa de aire frio chocó contra mi cara. Miré al lugar de donde provenía el viento. La ventana estaba abierta de par en par y las cortinas se columpiaban de un lado otro, dejando que la luz de la luna iluminara todo el cuarto. Me sentí confundida. Yo no recordaba haber abierto la ventana y menos meterme a la cama sin cerrarla si la hubiera abierto en algún momento. Giré mi cabeza hacía el reloj de mi mesilla. Eran las cuatro y veinte de la madrugada. Después de soltar un suspiro, me levanté y me dirigí a la ventana.

De pronto, mientras cerraba la ventana vi por el rabilló del ojo algo que no recordaba haber dejado allí. Me di la vuelta, y encima del pequeño sofa del cuarto, reposaba una caja con un folio encima que amenazaba con salir volando. Dejando la ventana abierta fui directamente a ver que era eso que alguien, o algo, había metido en mi cuarto. En la hoja de papel solo había una frase escrita: "Estoy muy feliz por ti, ojala esto te guste"

Aparté el folio que estaba pegado con celo a la caja, y al verla bien, mis ojos se iluminaron. Agarré con mis manos el paquete. Eran mis galletas favoritas. No pude evitar abrir en medio de la noche el paquete y sacar una de esas deliciosas galletas. Hacía muchísimo que no las probaba. Al pegarle un mordisco, cerré los ojos y saboree la galleta, sonriendo inconscientemente ante su sabor. Seguían estando riquísimas. Cerré la caja y volví a coger el folio que había apartado momentos antes. No sabía quien podría haber metido en mi habitación el paquete a esa hora de la madrugada ya que no reconocía esa letra, pero le estaba muy agradecida.

Después de cerrar la ventana y guardar la caja de galletas en un cajon junto a la pequeña carta, me metí a la cama, repasando una y otra vez las palabras de la carta e intentando descubrir quien había sido la persona detrás de aquel detalle.

~

A la mañana siguiente, durante el desayuno, intenté preguntarle a Adrien sobre las galletas, pero cuando se lo dije me miró extrañado a si que supuse que no había sido él. No se me ocurría quien podría haber sido. Ese día tenía examen de matemáticas, pero no era lo que mas me preocupaba en ese momento, y el no pensar demasiado en el examen, me ayudo a no ponerme nerviosa antes de hacerlo. Lo hice lo más rápido posible, y creo que me salió bastante bien. Salí antes que los demás, a si que tenía un rato a solas para poder pensar en la noche anterior. ¿Quien podría colarse en la habitación a través de la ventana en medio de la noche? Mi primo no había sido, o al menos eso aparentaba. Y yo no quería preguntar demasiado, para no parecer una rarita.

Sacandome de mis pensamientos alguien me tocó la espalda. Me di la vuelta, y ahí estaba Marinette con una sonrisa de oreja a oreja. Algo me decía que estaba allí para preguntarme algo.

—Hola ___ —Hizo una pausa— de nuevo. He visto que has salido pronto de clase. ¿Te ha ido bien el examen?

—Sí, creo que sí, aunque nunca hay que confiarse —contesté, sabiendo al cien por cien que esa no era la pregunta que en verdad quería hacerme—. Veo que tu has salido pronto también.

—Sí, pero porque he dejado algunas cosas sin hacer pues no tenía la menor idea de que tenía que hacer —dijo, un poco triste aunque con una sonrisa. Sacudió la cabeza intentando restarle importancia—. Aun así, había una cosa que quería preguntarte... —Ahí estaba la pregunta que tanto me estaba intrigando a la vez que asustando, pues lo poco que sabía sobre la chica de pelo azul, sabía que no tenía pelos en la lengua y no le daba miedo decir todo lo que pensaba, bueno, todo menos lo mas obvio— ¿Que tal con tu cita la semana pasada?

El azul de sus ojos - Luka Couffaine x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora