𝑬𝒖𝒑𝒉𝒐𝒓𝒊𝒂 || 𝓑̴𝓲̴𝓷̴𝔀̴𝓸̴𝓸̴

⊱ Trentatre✨

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« Deseo »

Omnisciente.

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—Supongo.. que a veces las cosas no suceden como uno quiere. 

La atmósfera sombría se cernía sobre ellos, llenando cada rincón de la cocina con una sensación de opresión. Sanha y Minhyuk se encontraban sentados en la alacena, compartiendo el peso del estrés que los abrumaba.

Sus manos, húmedas por el sudor, temblaban ligeramente, reflejando la ansiedad que los consumía. Cada pequeño ruido parecía resonar con una intensidad inquietante en la habitación, aumentando la tensión que los envolvía.

—¿Crees que Dongmin esté bien con esto? —preguntó el menor con una mirada fría.

—N-No lo sé. No lo creo. —respondió Minhyuk.

Ambos suspiraron.

—¡Carajo! —exclamó Sanha frustrado mientras daba un golpe a la mesa y se levantaba asustando al contrario.

—C-Cálmate Sanha, Dongmin está arriba, te puede oír. —sostuvo su brazo, intentando tranquilizar a su pareja—. Sé que es difícil pero hay que aceptar que así son las cosas. Ellos dos... hicieron todo hasta el final después de todo.

—P-Pero es que... ¿Cómo sucedió esto? ¿¡Cómo!? Todo iba tan bien, todo estaba perfecto. ¿Cómo terminaron así las cosas? —Sanha, sintiéndose insuficiente en ese momento, no pudo evitar llorar.

Minhyuk lo abrazó, dándole palmaditas en su espalda mientras él también dejaba caer unas cuantas lágrimas por sus mejillas.

—¿Pudiste contactar a Bin? —preguntó Sanha separándose un poco.

—No me contesta las llamadas. No sé nada de él desde aquello. —respondió con un sesgo de molestia.

Mientras ambos yacían en su mundo, abrazados y consolándose el uno al otro como niños de inicial, unos pasos se comenzaron a oír de la planta de arriba, indicando que Dongmin había despertado de su largo sueño.

Los pasos se oían cada vez más cerca hasta comenzar a bajar por las escaleras. Sanha y Minhyuk se colocaron en la puerta de la cocina, intentando limpiar todo rastro de lágrimas. Tenían que estar bien para su amigo. Más de Sanha que de Minhyuk, pero este último se había vuelto inevitablemente cercano a Dongmin debido a la relación que tuvo con Bin.

—¿Qué sucede? —preguntó Dongmin con la voz seca, envuelto en una manta y con los ojos apenas abiertos.

Ambos chicos dieron un intento de sonrisa, demostrando que ellos estaban bien, que todo estaba bien, pero cuando abrieron apenas la boca para intentar responder, se les cortó la voz, y poco a poco comenzaron a llorar nuevamente frente al contrario.

—Se nos quemó el pastel. —confesó Sanha.

—¡Lo sentimos mucho! —exclamaron al unísono mientras se acercaban a Dongmin con rapidez y lo envolvían en un abrazo reconfortante—. ¡Todo estaba saliendo tan bien! Pero el tonto de Minhyuk arruinó todo.

—¡No soy tonto, solo improvisé! —se defendió Minhyuk entre sollozos—. La receta decía 180° por 30 minutos, pero estaba ansioso, así que pensé que duplicar el tiempo y la temperatura sería una buena idea.