𝑬𝒖𝒑𝒉𝒐𝒓𝒊𝒂 || 𝓑̴𝓲̴𝓷̴𝔀̴𝓸̴𝓸̴

⊱ Sei✨

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« Drogadicto »

Dongmin

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Epicuro dijo alguna vez: "La felicidad no es lo que tenemos, sino lo que más disfrutamos, lo que construye nuestra abundancia" o algo así.

Al principio no le había entendido. Pero bueno, ni siquiera hoy en día le entiendo al cien porciento. En cambio, solo tomaremos la parte de disfrutar, y abundancia.

Disfrutamos lo que tenemos con mayor abundancia.

Puede que para otra gente no funcione, pero para mí si. Mi felicidad se basa en aquello que esta prohibido por la sociedad. Que la gente lo ve como una abominación y que te destruye poco a poco.

Y era verdad, ¿pero qué se le puede hacer? Nada es gratis.

Algunos se estarán preguntando: "Dongmin, ¿qué es eso de lo que tanto hablas?" Pues la respuesta es más fácil de lo que crees. Seguramente has oído hablar de un familiar tuyo que haya caído en esta adicción tan peligrosa, porque si, es una adicción, y yo soy un adicto, no lo negaré.

Soy un drogadicto.

Soy un adicto a las drogas. Las consumo cada que puedo, cada que mi cuerpo las necesitas, cada que me siento seco, sin vida y sin motivo para seguir respirando. Las drogas son parte de mi, recorren en mis venas junto con toda esa sangre que bombea el corazón.

¿Saben por qué cambie de casa repentinamente? ¿El por qué fui transferido a otra universidad?

Pues mis notas son normales, no son sobresalientes, pero tampoco repruebo tantas materias como para repetir de año. Lo máximo a sido un par de materias con notas desaprobatorias, pero más abajo de eso no.

Mi madre fue la que me transfirió, o más bien, me obligó.

Ella me descubrió un día consumiendo drogas en mi habitación, y no de la mejor manera que digamos.

Tuve una sobredosis.

Estaba inhalando cocaína, pero no se que fue lo que me pasó, o quizás había exagerado la cantidad que consumía esos últimos días que simplemente... colapsé.

Mis piernas flaquearon y caí al suelo sin poder hacer nada al respecto. Empecé a temblar como si mi cuerpo fuera el origen de un terremoto. Mis ojos se pusieron en blanco y aún recuerdo la asquerosa sensación de la espuma salir de mi boca.

Mi madre había estado llamándome para preguntar si es que había ropa sucia en la cesta, pero como estaba muriéndome, literalmente, no le pude contestar nada así que se vio en la obligación de subir a mi habitación.

Y bueno, ya se imaginarán como fue su reacción al verme en el suelo, convulsionando, medio rostro cubierto de espuma, y mi cuerpo moviéndose como pescado fuera del agua.

A decir verdad creo que no fue la mejor.

—¡Dongminnie hijo de tu maldita perra madre qué te sucede!

Luego de acercarse a mí, llamó a la ambulancia, claro, después de llorar como una loca que ni siquiera podía ver los números de su teléfono y se equivocó tres veces ¡Tres malditas veces para llamar a una ambulancia! ¿Qué tan difícil podía ser? Encima que no traía sus lentes el drama que se armó fue peor que telenovela mexicana.