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« Escóndete »
Omnisciente
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Dongmin y Sanha se encontraban cumpliendo con su castigo, en completo silencio. Ninguno de los dos quería hablar con el otro, ya que se culpaban entre sí por quién había tenido la culpa del castigo.
De todas formas no importaba, pues solo un par de días más y habrían terminado con su castigo. Luego se prometieron nunca más volverse a ver a menos que sea en el trabajo. Pobre de los clientes.
—Hoy tengo que ir al trabajo más temprano. El gerente me llamó. Así que no creo terminar esto hoy pero lo haré mañana. —Sanha habló mientras con un trapo se limpiaba las manos y pasaba su mano por su frente al sentir sudor.
Dongmin no dijo nada, solo se quedó callado y asintió, oyendo los pasos del contrario alejarse poco a poco.
—Espero y te asalten. —susurró, terminando de quitar los chicles que estaban debajo de los bancos a los lados del gimnasio.
Cuando Dongmin estuvo completamente solo en el lugar, del bolsillo de su pantalón sacó un pequeño pote anaranjado transparente. Lo abrió, y tomó un par de pastillas de su interior para luego ingerirlas de forma rápida mientras miraba a sus alrededores.
Opioides. Era una de sus drogas favoritas.
El adormecimiento que este causaba en su cuerpo era exquisito. Y la sensación de que tu cerebro estaba teniendo una explosión de cosquilleos hacían a Dongmin deleitarse con facilidad. Estos funcionan casi parecido como la morfina o heroína, solo que era mucho más fácil de conseguir y causaba, quizá no el mismo efecto, pero si una excitante sensación.
Se sentó en los bancos, mareado y aturdido. Cerró los ojos y llevó su torso hacia adelante, cubriendo su rostro con ambas manos y reposándolo en sus rodillas.
—Perdóname madre... —lo que Dongmin hacía no lo llenaba de orgullo. Mas bien le daba asco. Pero no podía hacer nada. Era un drogadicto, y quizá muera pronto. Eso lo tenía claro.
Se mantuvo en aquella pose, sintiendo como el sueño y mareos lo comenzaban a inundar. La necesidad de tirarse en el suelo y retorcerse en este mismo estaba presente. Y además también quería tener sexo.
Dongmin tenía un secreto. Y uno muy vergonzoso, o al menos para él. ¿Ustedes creerían que un chico como Dongmin, uno que se mete en peleas, que toma drogas y tiene contactos con gente peligrosa, sea virgen? Porque si, lo era.
Dongmin es virgen.
Desde pequeño siempre ha sido algo reservado con ese tema. Alguna vez en su adolescencia una chica se le había insinuado e invitado a su casa. Dongmin aceptó, pero cuando estuvo retirando el pantalón de la chica, una sensación de asco y repulsión lo albergó.
Y al final casi vomita encima de ella.
La vergüenza le ganó tanto que se fue del lugar sin decir ni una sola palabra. Luego de eso nunca más volvió a hablarle. Y la bloqueó de todas sus redes. Un recuerdo muy vergonzoso.
—Maldición... —Dongmin se sobó el rostro, sintiendo como su nariz se empezaba a tapar.
—Uh, hay alguien aquí. —escuchó a lo lejos mientras unos pasos resonaban por el silencioso lugar, pero lo ignoró—. Disculpa, amigo. ¿Sabes donde se encuentra la facultad de arte?
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𝑬𝒖𝒑𝒉𝒐𝒓𝒊𝒂 || 𝓑̴𝓲̴𝓷̴𝔀̴𝓸̴𝓸̴
FanficEse pequeño instante en donde tu alma y cuerpo se sienten tan complacidos que olvidan todo lo que está a su alrededor. Ese pequeño momento que buscas con tanto desespero, importándote poco la vida de los demás. Tus emociones se vuelven incontrolable...