kunna

909 97 2
                                    

Después de un largo viaje, llegaron finalmente al la casa del Clan tan prestigioso, un lugar imponente y lleno de historia que dejó a pequeño maravillado y un poco intimidado. Noritoshi sintió una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que le deparaba el futuro en aquel lugar.

Una vez instalados en sus nuevas habitaciones, niño fue presentado a los instructores del Clan, quienes lo recibirían para comenzar su entrenamiento como hechicero. Con determinación en su corazón, Noritoshi se comprometió a dar lo mejor de sí mismo en su formación, sabiendo que tenía grandes expectativas que cumplir como futuro líder del Clan.

Sin embargo, el entrenamiento resultó ser más duro de lo que había imaginado, con largas horas de práctica y estudio que lo dejaban exhausto al final del día. A medida que pasaban los días, se esforzaba por dominar las habilidades necesarias para convertirse en un poderoso hechicero, enfrentando desafíos y superando obstáculos con determinación y perseverancia.

En medio de su arduo entrenamiento, Noritoshi encontraba consuelo en los momentos de descanso, especialmente durante la merienda que compartía con la maldición. Sentados juntos en el jardín del Clan, Noritoshi le contaba a Amaya sobre las dificultades que enfrentaba en su entrenamiento y la añoranza que sentía por su hogar.

-Ha sido muy duro-susurró Noritoshi, su voz llena de cansancio y melancolía mientras tomaba un sorbo de té.

-A veces, extraño tanto estar en casa, rodeado de mi familia y las cosas que me son familiares-Amaya escuchaba con atención las palabras de chico.

Su corazón lleno de empatía y comprensión por el joven que tanto había pasado en su corta vida. Con un gesto de ternura, colocó una mano reconfortante sobre la suya, ofreciéndole su apoyo y consuelo en aquellos momentos difíciles.

-Lo sé, Noritoshi. Pero recuerda que estás aquí por una razón, para convertirte en un gran líder y proteger a tu familia y a tu Clan-respondió Amaya con suavidad, su voz llena de sabiduría y aliento

-No será fácil, pero sé que eres lo suficientemente fuerte y valiente como para enfrentar cualquier desafío que se te presente-habló ella con voz suave.

Noritoshi asintió con gratitud, sintiendo el calor reconfortante de la amistad y el apoyo de ella a su lado. Aunque extrañaba su hogar y anhelaba volver algún día, sabía que debía seguir adelante con su entrenamiento y cumplir con su deber como futuro líder del Clan.

Con determinación renovada, se levantó de la mesa, listo para regresar a su entrenamiento con una nueva determinación y fuerza de voluntad. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con el apoyo de la maldición y su determinación inquebrantable, estaba seguro de que podría enfrentar cualquier desafío que se le presentara en su camino hacia el éxito.

 Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con el apoyo de la maldición y su determinación inquebrantable, estaba seguro de que podría enfrentar cualquier desafío que se le presentara en su camino hacia el éxito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Noritoshi Kamo, ahora mayor y consciente de su futuro como líder del clan, se encontraba en su habitación explorando entre sus pertenencias. Entre los libros y objetos familiares, algo llamó su atención: un libro antiguo y desgastado que no recordaba haber visto antes. Con curiosidad, lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo.

A medida que exploraba las páginas del libro, una sensación de asombro y asombro llenó su corazón. Cada palabra escrita en las páginas parecía cobrar vida, transportándolo a un mundo de magia y maravilla que solo había imaginado en sus sueños más salvajes. Este era el cuento que leía de pequeño. Una sonrisa se poso en su rostro.

Amaya se encontraba parada en la puerta de la habitación de Noritoshi, su figura imponente y majestuosa mientras anunciaba la llegada de su padre.

-Noritoshi, tu padre te llama-anunció ella con su voz serena y autoritaria, su mirada fija en el joven.

Sin embargo, antes de que pudiera terminar su frase, el joven se levantó de su lugar con rapidez y la interrumpió con un abrazo repentino y afectuoso.

Amaya se sorprendió por el gesto repentino de joven, pero rápidamente correspondió al abrazo, rodeándolo con sus alas con ternura y afecto.

-Noritoshi, ¿qué sucede?-preguntó Amaya con curiosidad, su voz llena de calidez y preocupación mientras se separaba ligeramente para mirar al joven a los ojos.

Noritoshi sonrió con ternura, su corazón lleno de gratitud y aprecio por la presencia de Amaya a su lado.

-Solo quería agradecerte por estar siempre a mi lado y por ser mi amiga y protectora leal-declaró Noritoshi con sinceridad, su voz llena de emoción mientras expresaba sus sentimientos hacia la maldición.

Amaya se conmovió por las palabras sinceras de Noritoshi, sintiendo una oleada de calidez y gratitud llenar su corazón.

-Gracias, pequeño. Significa mucho para mí saber que soy importante para ti-respondió ella con suavidad, su voz llena de emoción mientras abrazaba al joven con fuerza, prometiéndose a sí misma protegerlo y cuidarlo siempre.

-Ya no soy pequeño...-se quejó él, mientras Amaya respondía con una risa suave.

La risa de Amaya resonó en la habitación, llena de alegría y complicidad mientras compartían aquel momento especial. Noritoshi se unió a su risa, sintiendo una sensación de felicidad y gratitud por tenerla a su lado una vez más.

-Lo siento, Noritoshi. No lo puedo evitar, siempre serás mi pequeño en mi corazón-respondió Amaya con ternura, su voz llena de cariño mientras le daba un suave golpecito en la mejilla.

El joven sonrió con afecto, sabiendo que, sin importar cuánto creciera, siempre encontraría consuelo y apoyo en la amistad inquebrantable de Amaya.

-Tu padre te llama, anda a ver antes que se enoje-aconsejó ella. Él como respuesta asintió y dejo a atrás a Amaya para ir a buscar a su padre.

El joven sonrió con afecto, sabiendo que, sin importar cuánto creciera, siempre encontraría consuelo y apoyo en la amistad inquebrantable de Amaya.

Con pasos decididos, Noritoshi se encaminó hacia donde su padre lo esperaba, sintiendo una sensación de determinación y confianza llenar su ser.

Mientras se alejaba, el chico miró hacia atrás una última vez, encontrando la mirada reconfortante de Amaya que lo seguía con amor y orgullo. Con una sonrisa en los labios, se despidió con un gesto de la mano.

Luck | R.Sukuna |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora