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Mientras ambas maldiciones se adentraban al pueblo de Kusoge, no encontraron nada extraño para estar alerta, así que tranquilos caminaron por las calles principales.

-Tengo hambre-habló Sukuna con cansancio

-¿Pues que te parece si vas a buscar un lugar de comida? Y luego nos encontramos, ¿mm?-habló Amaya

Sukuna asintió con indiferencia y se separó de Amaya para buscar un lugar donde satisfacer su apetito voraz. Mientras tanto, Amaya continuó caminando por las calles del animado pueblo de Kusoge, observando con curiosidad los coloridos puestos y las animadas actividades que tenían lugar.

A medida que avanzaba, Amaya se sintió más relajada, disfrutando del ambiente festivo que contrastaba con las batallas y tensiones que solía enfrentar como maldición. Se detuvo frente a un puesto de comida callejera y se permitió deleitarse con los deliciosos aromas que emanaban de los platos.

Después de un rato, decidió buscar a Sukuna, pero no lo encontraba por ninguna parte.

-Disculpe Anciana, ¿ha visto a un tipo grande con el pelo rosado?-habló Amaya

-No señorita, discúlpeme pero no lo he visto-habló la anciana del local de pescados

-Ooh esta bien no se preocupe, ¿dime que vendes?-preguntó ella

La anciana, sonriendo amablemente, señaló hacia los pescados y mariscos frescos que tenía frente a ella.

-Vendo una variedad de pescados frescos del día y mariscos recién capturados. ¿Estás interesada en algo en particular? Quizás pueda recomendarte algo delicioso para disfrutar mientras buscas a tu amigo de cabello rosado.-habló la anciana

Amaya, agradecida por la oferta, examinó los productos con interés.

-Hmm, ¿tienes algún pescado especial que recomiendes? Estoy de ánimo para probar algo nuevo hoy -preguntó con curiosidad.

La anciana, con una mirada llena de experiencia, le sugirió un tipo de pescado local que era conocido por su sabor único y su frescura incomparable. Amaya, intrigada por la recomendación, decidió probarlo y compró algunos para llevar.

-Gracias por la recomendación. Creo que esto me dará energía para seguir buscando a Sukuna -dijo Amaya con una sonrisa, agradecida por la ayuda y la atención de la anciana.

Con su compra en mano, Amaya se despidió de la anciana y continuó su búsqueda por el pueblo, con la esperanza de encontrar a Sukuna pronto.

Mientras Amaya caminaba por las tranquilas calles del pueblo, una sombra repentina la envolvió

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Mientras Amaya caminaba por las tranquilas calles del pueblo, una sombra repentina la envolvió. Antes de que pudiera reaccionar, varios hechiceros emergieron de entre las sombras, rodeándola con agilidad y destreza. Amaya apenas tuvo tiempo de sacar su arma maldita antes de que los ataques comenzaran a llover sobre ella.

Los hechiceros, moviéndose con rapidez y coordinación, lanzaron una serie de ataques mágicos hacia Amaya, quien luchaba por mantenerse a la defensiva. Aunque intentaba defenderse con determinación, la agilidad y la habilidad de sus atacantes la superaban en ese momento.

Luck | R.Sukuna |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora