Удачи

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Ambos comenzaron entrevistando a testigos y recopilando cualquier información relevante en la aldea. Mientras que ella lo hacía lo más sutil posible, él creaba el caos.

-¿Y ahora? ¿Volvió tu memoria?-habló Sukuna que sostenía a un joven de boca abajo

El joven, sintiendo la presión de Sukuna, tartamudeó revelando información pero....

-Yo yo no se nada-exclamó el joven aterrado

-Parece que si sabes algo, trabajas para hechiceros eres un puto ayudante de esos, ¿no?-habló mientras lo sacudía

-Yo yo-quedó helado ante tal maldición

-Sukunaaa-se escucho una voz desde la entrada del callejón.-Aquí estas-habló mientras se dirigía hacia el. Este no cambió de postura y no dejaría que el humano escape.

-¿Pasa algo?-preguntó él dirigiéndose hacia ella. Ella le negó y miró al joven humano.

-¿Quien es este?-le preguntó

-Un testigo. Parece que tiene información sobre lo que sucedió con la abuela Gojo. Intenté obtener respuestas, pero está más asustado de lo que pensaba-explicó Sukuna con indiferencia, aún sosteniendo al joven.

Ella se acercó al joven, mirándolo con compasión.

-No queremos hacerte daño. Solo queremos saber la verdad sobre lo que ocurrió. Si colaboras, podríamos considerar ayudarte de alguna manera-añadió Amaya, buscando una vía pacífica para obtener información.

-Si colaboró con ustedes maldiciones seria mi tumba-balbuceó el joven, temblando de miedo.

Sukuna soltó al joven, mostrando su desinterés. Aún así este no se movió de su lugar, ya que sabía que si huía sería su muerte

-Parece que no nos llevará a ninguna parte. Estamos perdiendo el tiempo-declaró Sukuna, dando a entender su falta de paciencia.

-No buscamos dañarte. Entendemos que estás asustado, pero necesitamos tu colaboración. Si compartes lo que sabes, podemos encontrar una solución que beneficie a todos-insistió Amaya, tratando de transmitir empatía.

Sukuna, aunque mantenía su actitud desinteresada, observó al joven con atención.

-¿Y que mierda te hace pensar que colaborar con nosotros te llevará a tu perdición?-preguntó Sukuna con su característico tono indiferente.

El joven, aún temblando, miró a ambos, evaluando sus palabras y gestos. La tensión en el aire era palpable mientras decidía si confiar en ellos o no. La verdad se convertía en un delicado equilibrio entre el miedo y la necesidad de justicia.

-Lo que sea que haya sucedido, te involucraste sin querer. No te pedimos que te enfrentes a nosotros, sino que compartas lo que sabes. Juntos podemos descubrir quiénes son los responsables y asegurarnos de que no te veas arrastrado a consecuencias indeseadas-añadió Amaya, su tono mostrando comprensión.

Sukuna soltó un suspiro exasperado.

-No tengo tiempo para juegos. Habla ahora o prepárate para las consecuencias-amenazó Sukuna, dejando claro que su paciencia tenía límites.

El joven, sintiendo la presión, vaciló por un momento antes de soltar un suspiro de resignación.

-Está bien, está bien. Vi a un grupo de hechiceros hace tiempo que vinieron con una anciana. Pero no tenía idea qué iban a hacer con ella.-confesó

-¿Sabes los nombres?-preguntó Sukuna
El joven, temblando, reveló algunos nombres entre balbuceos.

-Eran... ambos del Clan Yuma. No sé sus nombres, pero eran dos hechiceros jóvenes. Dijeron algo sobre un ritual o algo asi-explicó, evitando la mirada penetrante de Sukuna.

-¿Clan Yuma?-murmuró Sukuna, como si ese nombre despertaran algún recuerdo en él.

Amaya intercambió una mirada con Sukuna antes de dirigirse al joven.

-¿Ahora que hacemos?-cuestionó Amaya a Sukuna

-Seguiremos la pista del Clan Yuma. Prepárate, esto apenas comienza-respondió Sukuna, mostrando un atisbo de interés en la nueva dirección de la investigación.Amaya asintió, compartiendo la determinación de Sukuna.

-Vamos a necesitar más detalles. ¿Recuerdas algún lugar específico donde los viste? ¿Algún símbolo o marca distintiva que puedas recordar? Cualquier información podría ser crucial-preguntó Amaya al joven, buscando pistas adicionales.

-Y que sea rápido. No tengo paciencia para juegos de detectives-añadió

El joven, nervioso, trató de recordar cualquier detalle adicional

-Sí, sí, estaban cerca del antiguo templo en las afueras de la aldea. Llevaban capuchas con un símbolo extraño, como un ojo rodeado de llamas-mencionó, con la esperanza de que esa información fuera útil.

Sukuna frunció el ceño, como si esa descripción también le resultara familiar.

-Ese símbolo me suena. Vamos a investigar el templo y averiguar qué están tramando esos malditos del Clan Yuma-decidió Sukuna, listo para emprender la siguiente fase de la misión.

Amaya se dirigió al joven con un gesto compasivo.

-Gracias por colaborar. Ahora, ve a un lugar seguro y mantente fuera de esto-aconsejó Amaya antes de unirse a Sukuna en la nueva tarea que se les presentaba

...

Caminaron y caminaron hasta llegar al supuesto lugar, donde los Yuma residían.
Al llegar al lugar donde se suponía que residían los miembros del Clan Yuma. Ambos se encontraron con un ambiente tenso y un aura oscura que rodeaba la zona. El silencio del lugar era interrumpido únicamente por el susurro del viento entre los árboles.

Sukuna, con su aguda percepción de maldiciones, escudriñaba el entorno en busca de cualquier indicio de actividad maldita. Amaya, por otro lado, se mantenía alerta, a su lado.

A medida que avanzaban entre los edificios, notaron un símbolo similar al descrito por el testigo; un ojo rodeado de llamas. Este símbolo estaba grabado en las paredes y puertas, indicando la presencia marcada del Clan Yuma en el lugar.

–Parece que estamos en el lugar correcto. Prepárate, Amaya. Quién sabe qué nos espera detrás de esas puertas–

Amaya asintió, empuñando una pequeña arma maldita que antes le habia dado Sukuna. Juntos, se adentraron en el corazón de la morada del Clan Yuma, listos para enfrentar la verdad que aguardaba.

La penumbra del interior del edificio se cernía sobre ellos mientras avanzaban con cautela. Los pasillos desgastados y las habitaciones en penumbra resonaban con un aire de misterio. En cada esquina, el símbolo del ojo rodeado de llamas parecía observarlos, como si la estructura misma estuviera imbuida de una energía oscura.

Sukuna, con su experiencia en la detección de maldicionesy hechiceros, señaló hacia una puerta entreabierta. Amaya asintió y, con sigilo, avanzaron hacia ella. Al abrirla, se encontraron con una sala iluminada por tenues velas, donde los miembros del Clan Yuma se reunían en una especie de ritual.

–Parece que hemos llegado a tiempo para la fiesta–murmuró Sukuna con sarcasmo mientras observaba la escena.

En el centro de la habitación, los hechiceros del Clan Yuma realizaban un ritual rodeando a una figura encapuchada.

Amaya apretó el mango de su arma, lista para la acción, mientras Sukuna mostraba una sonrisa maliciosa.

–¿Así que esto es lo que estaban planeando?–preguntó Sukuna, su voz resonando en la sala.

Los miembros del Clan Yuma se volvieron hacia ellos, sorprendidos por su llegada. La confrontación estaba a punto de desatarse...

Luck | R.Sukuna |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora