3. Encuentro Familiar

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El corazón de Yamikumo, o más bien Izuku, se detuvo por un momento al escuchar esas palabras. Izuku Yagi. Ese era su verdadero nombre. Todo comenzó a cobrar sentido en su mente, como las piezas de un rompecabezas que finalmente encajaban.

–¿Izuku Yagi? – Repitió, apenas en un susurro, tratando de asimilar la información.

–Sí, hijo – confirmó Inko, su madre, con una sonrisa tierna –. Eres nuestro hijo perdido. Desapareciste hace muchos años, cuando aún eras un cachorro. Nunca perdimos la esperanza de encontrarte, y finalmente, la diosa de la Luna nos ha reunido de nuevo.

–Si aun tienes dudas – comentó su padre acercándose mientras sacaba una fotografía de su cartera y mostrándosela al omega.

Era una foto de la Luna cargando en sus brazos a un cachorro identico a él, un cachorro mayor abrazándola de la pierna y Toshinori rodeándola con un brazo, la diferencia era el color de los ojos del cachorro más pequeño de la foto.

–Creo que me están confundiendo, mis ojos son negros no verdes – comentó a pesar de que ese cachorro era idéntico a él, Yamikumo tenía fotos también de esa edad con sus padres y su hermana. Pero analizándolo un momento no tiene fotos más antiguas de cuando era recién nacido, por ejemplo.

Su madre sonrió con ternura camino a un cómoda que estaba en la habitación y saco un espejo, se lo extendió a su hijo – Observa

Yamikumo tomo el espejo y cuando se vio en él quedo sorprendido el color de sus ojos – Mis ojos... – murmuró Izuku, con los ojos llenos de asombro al ver el reflejo en el espejo. El negro profundo de sus ojos había cambiado a un tono verde similar al de la Luna de la manada "Bosque Verde".

– Como puedes ver, Izuku, eres nuestro hijo perdido – dijo su madre, con una sonrisa tierna mientras colocaba una mano en una de sus manos.

Izuku se sintió abrumado por la oleada de emociones que lo invadieron en ese momento. La confusión, la sorpresa, pero también una sensación de pertenencia y conexión que nunca había experimentado.

– Pero ¿cómo es posible? – preguntó, todavía tratando de procesar toda la información – ¿Por qué me fui de la manada?

– Lo más probable es que estabas bajo algún hechizo que cambio el color de tus ojos y bloqueo tus recuerdos de cachorro, cuando entraste a nuestro territorio se debió haber roto el hechizo permitiendo tu primera transformación y devolviéndote tu verdadero color de ojos- Comento su padre

– con respecto a porque te perdimos, fue un día oscuro para nuestra manada – comenzó a explicar su padre, Toshinori – Fuimos atacados por una manada enemiga y durante el caos de la batalla, tú, aun siendo un cachorro, te separaste de nosotros. Intentamos encontrarte desesperadamente, pero no había rastros de ti. Durante años buscamos por todos los rincones, sin éxito. Hasta que finalmente, resignados, asumimos que te habías perdido para siempre.

– Pero nunca dejamos de buscarte en nuestros corazones – intervino su madre con voz suave –. Siempre mantuvimos la esperanza de que algún día regresarías a nosotros.

Antes de que pudieran decir algo más, la puerta nuevamente se abrió dejando ver a un joven de unos veinticinco años, por su aroma sería un Alfa, cabello dorado y ojos azules como los de su padre, se veía agitado como si hubiera llegado corriendo.

– Mi hermanito ya despertó – comentó entrando a la habitación con una enorme sonrisa – Sabia que algún día te encontraríamos hermano – abrazo al omega con cariño y sin querer comenzó a marcarlo con su aroma. Lejos de molestarle al peliverde le agrado esa sensación de pertenencia sentía una seguridad y amor que antes nunca sintió.

La habitación se llenó de emociones y alegría mientras Izuku abrazaba a su hermano mayor. – Perdón Izuku, me emocione, yo soy Mirio Yagi, tu hermano mayor – comentó con orgullo.

–Es un placer conocerte Mirio – sonrió radiante Izuku, quien comenzó a creer en la historia de las personas que estaban frente a él en ese momento, realmente por primera vez en años se sentía en casa, cosa que nunca sintió en su ex manada.

–Hijo, ¿nos puedes decir como terminaste a mitad de tu transformación en los límites de nuestros territorios? – pregunto Yagi.

Izuku respiró profundamente, tratando de resumir los eventos sucedidos. Después de todo, ahora tenía la oportunidad de contarle a su verdadera familia lo que había sucedido.

–Yo... – trago profundo para deshacer el nudo que se le quería formar en la garganta, sin querer su aroma salió amargo – Descubrí a mi destinado teniendo intimidad con mi supuesta hermana – comenzó a narrar todo hasta el momento en que salió de la manada sin rumbo

–Ese maldito – comentó con coraje Mirio quien parecía dispuesto a ir a golpear al hijo del Líder de la manada

–Mirio, cálmate – intervino su padre –. No resolveremos nada con la violencia. Izuku, lamento mucho lo que has pasado, pero ahora estás con nosotros. Te prometemos que te cuidaremos y protegeremos siempre.

–Gracias, papá, mamá, hermano – agradeció el omega, sintiendo un peso enorme salir de sus hombros al tener el apoyo de su verdadera familia.

–Aun así, esos malditos de Oasis Brillantes los haré pagar en cuanto lo vean, a ellos también les preguntamos por el paradero de mi hermano y los muy cobardes no dijeron nada – agregó Mirio con una visible molestia.

–Mirio, no es necesario – intervino Inko con calma – Ahora lo más importante es que Izuku está de regreso con nosotros y seguro. Debemos enfocarnos en sanar las heridas y reconstruir nuestra familia.

Mirio suspiro cansado aún se veía molesto pero su madre tenía razón – Izuku, bienvenido de vuelta a casa. Te prometo que te protegeré siempre, hermanito.

– Gracias, Mirio – respondió Izuku con una sonrisa sincera –. Me siento afortunado de tener a alguien como tú a mi lado.

–Debes estar cansado, Izuku – comentó su madre con cariño –. Te dejaremos descansar, y mañana te mostraremos más de nuestra manada y te ayudaremos a integrarte.

–Gracias, mamá –respondió Izuku con una sonrisa sincera, sintiéndose finalmente en paz después de tantos años de confusión y dolor. Se recostó en la cama, dejando que la sensación de seguridad y amor lo envolviera mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el sueño

Toshinori y su hijo mayor se encontraban en el despacho mientras que Inko se había quedado en la habitación de su hijo menor velando su sueño.

–Padre, debemos tomar represalias contra la manada Oasis Brillante por sus mentiras, por el mal trato que le dieron a mi hermano y que nos confiesen porque nos mintieron sobre su paradero.

Toshinori suspiró, comprendiendo la frustración y el deseo de justicia de su hijo, pero también sabía que tomar represalias no resolvería nada en ese momento.

–Mirio, entiendo tu enojo, pero debemos actuar con prudencia y sabiduría –respondió con calma–. Nuestro principal objetivo ahora es sanar las heridas de Izuku y reconstruir nuestra familia. Pero para que te sientas mas tranquilo mandaré a Shota y su equipo a buscar información sobre ellos. Sabes que ellos son los mejores en espionaje e inteligencia y también sirven al rey Lycan

–De acuerdo, pero no puedo evitar sentirme frustrado por lo que le hicieron a Izuku. ¡Es injusto! –exclamó Mirio, apretando los puños con rabia.

–Lo sé, hijo, y comprendo tu sentimiento. Pero debemos mantener la calma y actuar con sabiduría. La venganza no nos llevará a ninguna parte. Lo más importante ahora es el bienestar de Izuku–insistió Toshinori.

Mirio suspiro – De acuerdo, pero si en alguno de los eventos me los encuentro no prometo que ellos saldrán impunes – amenazó

Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora