11. Himiko

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Izuku estaba con su hermano y cuñado en un centro comercial de la manada, habían ido de compras, Mirio seguía siendo el sobreprotector Alfa tanto para su omega como su hermano, estaban en una de las cafeterías conversando animadamente. No se habían percatado que los habían estado siguiendo desde que salieron de la mansión.

Mirio recibió una llamada y se disculpó un momento para contestar la llamada en un lugar de más privacidad, parecía ser un tema importante de la manada. Mientras tanto, Izuku y Tamaki continuaron charlando animadamente, disfrutando de su tiempo juntos.

En ese momento, un estruendo interrumpió en la cafetería tres personas que llevaban capuchas entraron rápidamente, armados y amenazando a todos los presentes. La gente entró en pánico y comenzó a gritar, tratando de esconderse o escapar como podían. Uno de los sujetos claramente un Alfa por su complexión fue hasta donde estaba Izuku lo tomo de uno de sus brazos y lo jalo hacia él, mientras que otro sujeto, un Beta, tomaba a Tamaki. Ambos fueron arrastrados hacia el centro de la cafetería, donde los delincuentes los mantenían bajo amenaza.

Los demás clientes corrieron fuera de la cafetería dejando a los tres sujetos con los dos omegas hincados en el piso, uno de los sujetos se acercó a ellos, se levantó la capucha dejando ver su rostro

-Hola hermanito, cuanto tiempo sin verte Yamikumo – Himiko sonrió con malicia al ver la sorpresa en el rostro de Izuku al reconocerla.

–Midoriya... ¿qué significa esto? –preguntó Izuku, intentando mantener la calma a pesar de la situación.

–Oh, solo vengo deshacerme de un estorbo, Yamikumo –respondió Himiko, con una sonrisa siniestra– Neito ya no me mira desde que sabe que donde estas, y no ha dejado de pensar de como recuperarte, pero yo no estoy de acuerdo.

–¿Qué pretendes hacer? – Pregunto Izuku intentando mantener la calma, al ver las intenciones de su supuesta hermana.

Himiko hizo una seña a los otros dos uno de ellos tomo a Tamaki y lo jalo a la entrada donde le apuntaba con el arma, lo estaban usando de carnada para evitar que alguien intentara interferir en el interior de la cafetería.

–¡Tamaki! – gritó Izuku al ver a su cuñado ser encañonado en la entrada, intento pararse, pero el otro Alfa lo sujeto con fuerza.

–¡Nadie se atreva a acercarse! – amenazó el hombre en la entrada

–¡Tamaki! – gritó Mirio quien había regresado al escuchar la conmoción dentro del lugar – Maldito bastardo déjalo ir

–Mirio – murmuro Tamaki, el miedo se había apoderado de él las lágrimas salían sin control, tenía miedo por él, por Mirio y sobre todo por Izuku quien estaba adentro con Himiko que estaba dispuesta a deshacerse de su cuñado.

Mirio, al ver a Tamaki en peligro, estaba lleno de rabia y desesperación. Trató de mantener la calma y pensar en una estrategia para rescatar a su omega y a Izuku. Observó detenidamente la situación, buscando cualquier oportunidad para actuar, como futuro líder de la manada no podía permitir que su gente estuviera en esta condición.

–Himiko, por favor, detente. No tienes por qué hacer esto –rogó Izuku, buscando apaciguar la situación. – Tamaki es inocente, has lo que quieras conmigo, pero déjalo a él, por favor – rogo mientras comenzaba a derramar lágrimas que no podía contener. Seguía sostenido por los brazos del Alfa

Himiko sonrió con malicia y saco una navaja de sus ropas, la coloco debajo del mentón de Izuku –Oh, Yamikumo, eres tan ingenuo. No te preocupes, no voy a lastimarlo... al menos no todavía –respondió Himiko, con una risa siniestra– Eso dependerá de ti, si no te mueves mientras acabo contigo, tu cuñadito no saldrá herido, aunque es mi seguro para escapar sin que nos atrapen así que no te puedo prometer que salga ileso.

–Himiko, por favor, no hagas esto. No tiene sentido lastimar a Tamaki, él no tiene nada que ver en esto –imploró Izuku, sintiendo cómo la navaja presionaba su mentón.

Mirio había llamado al equipo especial de la manada, esperaba que no llegaran demasiado tarde, necesitaba ganar tiempo, pero desde su perspectiva la situación ya estaba muy fuera de control.

–Lo siento, Yamikumo, pero ya es demasiado tarde para eso. Necesito que desaparezcas para que Neito vuelva a mí y yo me convierta en su luna –respondió ella, al tiempo que bajaba la navaja para enterrarla en el abdomen de Izuku.

Antes de si quiera tocar la ropa del omega, los vidrios de la cafetería se quebraron y tres proyectiles dieron en los cuerpos de los dos encapuchados y Himiko, eran balas tranquilizantes que habían sido disparadas por los miembros del equipo especial de la manada Bosque Verde que habían llegado justo a tiempo para rescatar a Izuku y Tamaki. Los delincuentes cayeron al suelo inconscientes, mientras que Mirio y otros miembros de seguridad corrían para auxiliar a los omegas.

–¡Izuku! ¡Tamaki! ¿Están bien? –preguntó Mirio, al tiempo que se acercó primero a Tamaki quien se aferró a su cuerpo

–Mirio. Gracias a la diosa de la luna que llegaron a tiempo –respondió Tamaki, con un suspiro de alivio, aferrándose con fuerza a su Alfa.

Mirio ayudo a Tamaki a pararse y avanzo con él a donde estaba Izuku siendo auxiliado por un miembro del equipo especial

–Izuku, ¿estás bien? –preguntó Mirio, al tiempo que con su brazo libre abrazaba a su hermano.

–Sí, Mirio, estoy bien –respondió Izuku, sintiendo un gran alivio al ver a Tamaki a salvo–. Gracias a ustedes por llegar a tiempo.

–No te preocupes, hermanito. Lamento haberlos dejados solos, si hubiera está a su lado ustedes no hubieran pasado por esto –respondió Mirio, para luego mirar hacia los miembros del equipo especial–. Gracias por intervenir tan rápidamente y salvar a Izuku y Tamaki.

–Es nuestro deber, Alfa Mirio. Estamos aquí para proteger a nuestra manada y a sus miembros –respondió el líder del equipo – Nos llevaremos a estas personas, serán investigadas y pagarán por el intento de homicidio del joven hijo de nuestro Líder.

El líder del equipo especial indicó a sus hombres que se encargaran de llevar a los delincuentes inconscientes a la sede de la manada Bosque Verde para su interrogatorio y proceso legal. Mientras tanto, Mirio se encargó de asegurarse de que Izuku y Tamaki estuvieran bien y los acompañó de regreso a la mansión de la manada.

Izuku y Tamaki fueron atendidos por el médico de la mansión, quien revisó sus heridas y confirmó que no eran graves. Después de recibir tratamiento y descansar un poco, Mirio los acompañó a la sala de estar donde estaban sus padres, quienes estaban preocupados por lo sucedido.

–¡Esto es inaceptable! – bramo Yagi quien estaba dando vueltas alrededor de la sala

–¡No puedo creer que hayan intentado lastimar a mis hijos! –exclamó la madre de Izuku, con lágrimas en los ojos.

–Tranquilos, mamá, papá. Estamos bien gracias a la intervención oportuna de Mirio y el equipo de seguridad –les aseguró Izuku, tratando de calmarlos–. Los delincuentes están bajo custodia y enfrentarán las consecuencias de sus acciones.

–Himiko Midoriya y los otros dos implicados serán encerrados, no podrán salir nunca más, enviare un oficio a la manada Oasis Brillante para informarles la situación, no permitiré que esto se quede así – hablo con autoridad Yagi

Dias después el alfa y el beta que tenían por nombre Shuichi Iguchi alias "Spinner", Atsuhiro Sako alias "Mr Compress" y Himiko Midoriya fueron declarados culpables por –Himiko Midoriya y los otros dos implicados serán encerrados, no podrán salir nunca más, enviare un oficio a la manada Oasis Brillante para informarles la situación, no permitiré que esto se quede así – hablo con autoridad Yagi – Son declarados culpables por intento de homicidio, alteración del orden público, y de los demás cargos que se les acredita. Su sentencia es cadena perpetua sin posibilidad de libertar condicional.

La manada Oasis Brillante fue informada sobre la situación y se tomaron medidas adicionales de seguridad para evitar futuros incidentes. Hisashi Midoriya, los padres de Neito y el mismo Neito estaban sorprendidos por lo que intento hacer Himiko, aceptaron las consecuencias de sus acciones y se disculparon con la manada Bosque Verde por el comportamiento de su miembro.

También Yagi se encargó de ponerles un ultimátum, que se alejaran por completo de su hijo o las acciones que tomaran serán drásticas.


Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora