5. Sorpresa

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Izuku estaba frente al espejo observando su semblante, en el tiempo que estaba en su verdadera manada había ganado peso ya no se le notaban los huesos de la clavícula y la cadera, además que su piel lucía más saludable y radiante. Pero lo que más destacaba eran esos hermosos ojos verdes que brillaban con una luz propia, reflejando la felicidad y la paz que había encontrado en su verdadera familia. Suspiró, ahora, se sentía más fuerte y seguro de sí mismo.

El sonido de la puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos, dirigió su vista a la puerta donde vio a sus padres entrar.

-¡Oh!, Izuku, estas hermoso – Comentó su madre con una sonrisa radiante, admirando a su hijo con orgullo.

– Sí, estás impresionante –agregó Toshinori, con una sonrisa amorosa–. Estamos muy orgullosos de ti, hijo.

–Gracias, mamá, papá – respondió con gratitud – No negaré que tengo miedo de estar cerca de los Monoma, pero sé que ustedes estarán conmigo

–Y siempre estaremos contigo, Izuku –aseguró su madre, colocando una mano sobre su hombro–. No tienes que enfrentar esto solo.

–Exactamente, hijo –concordó su padre, asintiendo con la cabeza–. Estaremos a tu lado en todo momento. Juntos, como familia. Vamos es hora de irnos, la capital está a dos horas, Mirio y Tamaki ya están esperándonos en el auto.

El viaje hacia la capital transcurrió en relativa calma, Izuku quedo impresionado por la elegancia del salón y la majestuosidad de la decoración cuando llegaron al lugar del evento. Al entrar había una persona anunciando a las manadas que llegaban, después de la presentación comenzaron a mezclarse con otras manadas, Izuku y Tamaki fueron por bocadillos ambos omegas querían algo dulce.

Izuku percibió un aroma familiar que lo hizo tensarse instantáneamente. Giró lentamente la cabeza y se encontró con la mirada de un lobo que lo observaba con una mezcla de sorpresa y reconocimiento. Era su supuesta hermana, estaba junto a su mejor amiga Ochaco.

- Lo sabía, eres tú Yamikumo, ¿Por qué te fuiste? nuestros padres han estado muy preocupados por ti.

Izuku escucho lo que le decía mientras se acercaba para intentar abrazarlo, pero el dio un par de pasos hacia atrás y puso una mano frente a su supuesta hermana para que no lo tocara.

- Creo que me está confundiendo – hablo con frialdad en sus palabras – no tenemos la confianza suficiente para que usted me tuteé señorita Midoriya.

La omega no entendía la actitud fría de Yamikumo, estaba sorprendida de la manera en la que le hablo – Yami, sé que eres tú, aunque tus ojos... son diferentes – agrego - ¿Acaso no me recuerdas?, ¿Por qué tratas a tu hermana de esta forma?, todos en la manada han estado muy preocupados por ti.

- ¿Recordarte? Claro que la recuerdo señorita Midoriya, pero he de decir que usted no es mi hermana ni nunca lo fue.

-Yamikumo, sé que cometí errores, pero no tienes derecho a hablarme así – comentó evidentemente molesta - ¿A caso eres un desagradecido?, nuestros padres te acogieron desde pequeño, te dieron un hogar, te dieron amor, ¿y así es como lo pagas?

Izuku se mantuvo firme ante las palabras de Himiko, sintiendo una mezcla de ira y tristeza en su interior. Aunque estaba nervioso por dentro no iba a permitir que ella ni nadie de los presentes notaran su verdadero sentir. No podía creer que ella estuviera tratando de reclamarlo como su hermano después de todo lo que había sucedido.

–Señorita Midoriya, sus padres me ocultaron la verdad. Me criaron en la mentira, haciéndome creer que era su hijo cuando en realidad no lo era. Nunca fui parte de su familia, y nunca lo seré. Lo que hicieron fue un acto de crueldad y manipulación –respondió Izuku, con voz firme y determinada, ahora con su permiso mi familia me espera.

Intento avanzar cuando sintió que una mano se cerraba en su brazo, reacciono molesto lanzando una cachetada a Himiko quien sorprendida termino en el suelo sosteniendo su cara.

- ¿Cómo te atreves a golpear a tu hermana de esa manera? – pregunto indignada Ochaco mientras se arrodillaba para ayudar.

Izuku se quedó mirando a Himiko en el suelo, sin expresar ningún remordimiento en su rostro. Sus palabras salieron con frialdad y determinación.

–Esa mujer no es mi hermana. No me deben nada, ni yo les debo nada a ellos. Ahora, si me disculpan, tengo que irme.

–¿Himiko?, ¿Qué paso? – se escuchó una voz que Izuku conocía muy bien, sabía que el riesgo de encontrarlo ahí era muy alto pero esta vez no lo vería débil

–Yamikumo se atrevió a golpearme – interrumpió la voz de Himiko, era su excompañero, Neito Monoma, quien se acercaba con una expresión de extrañada en el rostro. Sus ojos se encontraron con los de Izuku, quien mantuvo una mirada fría y determinada.

–¿Yamikumo? – Neito parecía confundido por ver a su excompañero frente a él, aunque sus ojos eran diferentes ya no eran negros sino verdes como si de un bosque se trataran, se veía más hermoso de lo que recordaba, sonrió feliz, si Yami estaba ahí, podía llegar con él y los problemas de los que hablo la adivina se acabaran.

–Lo siento, pero se equivoca de persona –respondió Izuku con voz serena, pero firme–. Mi nombre es Izuku Yagi miembro oficial de la manada Bosque verde, y no tengo ningún interés en hablar con usted.

–Yami, espera, yo te debo una disculpa, por favor regresa con nosotros te necesitamos

Izuku mantuvo su mirada sin cambiar su expresión. Neito, confundido por la situación, se acercó más.

–¿Qué estás haciendo aquí, Yamikumo? ¿Por qué desapareciste sin dejar rastro? Todos en la manada han estado preocupados por ti – Neito parecía genuinamente preocupado, pero Izuku no cedió ante su amabilidad fingida.

–Señor Monoma, como le dije mi nombre es Izuku Yagi. No tengo nada más que decirle –respondió Izuku, antes de darse la vuelta y alejarse de ellos.

–¿Cómo te atreves a rechazarlo? –exclamó Ochaco, furiosa–. ¡Somos tu manada, Yamikumo!

–No, no lo es –respondió Izuku.–. Mi familia es la manada Bosque Verde, y ellos son los únicos que me importan.

Antes de que Neito pudiera decir algo más llego Tamaki quien había ido a buscar a Mirio o Toshinori para ayudar a Izuku.

–¿Zuzu?, ¿Todo en orden? – pregunto Mirio llegando frente a su hermano – Tamaki me dijo que ocupabas ayuda.

–Estoy bien, Mirio, gracias por venir –respondió Izuku con una sonrisa de alivio al ver a su hermano mayor–. Solo tuve un pequeño desacuerdo con alguien, pero ya está resuelto.

–¿Un desacuerdo? –Mirio frunció el ceño, mirando a Neito y Himiko con suspicacia–. ¿Qué pasó?

–¿Somos un desacuerdo para ti? – Grito Himiko ya estaba de pie a lado de Neito

La tensión en el aire era palpable mientras Toshinori se acercaban, notando la situación delicada en la que se encontraba su hijo.

Mirio miró a Izuku con preocupación, notando la firmeza en su expresión. Sabía que su hermano menor no estaba dispuesto a ceder ante la presión de su antigua manada, y estaba orgulloso de él por eso.

–¿Puedo saber qué está sucediendo? –intervino Toshinori, con calma, pero con autoridad

Neito lo miro sorprendido sabía quién era el líder de la manada Bosque verde, una de las tres mandas más fuertes.

–El omega que esta con ustedes es mi destinado, miembro de la manada Oasis Brillante, pero se niega a hablar con nosotros – habló Neito evidentemente molesto por la intervención.

Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora