Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)

13. Primer dia del cortejo

Una vez instalados en los sillones hablo Katsuki – Toshinori Yagi, es un honor y un placer estar aquí, y que me haya dado el permiso y autorización de cortejar a su hijo – le presento a mis padres quienes me acompañaran en estos dias, Mitsuki y Masaru Bakugo

–El honor es nuestro, rey Lycan –respondió Yagi, con una reverencia –. Estamos encantados de tener a sus Altezas aquí, le presento a mi familia mi amada omega Inko Yagi, mi hijo y futuro líder de la manada Mirio Yagi y su prometido Tamaki Amajiki, y ya conocen a mi hijo menor Izuku Yagi.

–Yagi, su hijo menor, ¿es quien estuvo perdido durante algunos años? – pregunto con cierta informalidad Mitsuki – por favor no es necesaria tanta formalidad con nosotros, después de todo seremos familia.

–Así es, Mitsuki. Izuku estuvo desaparecido durante mucho tiempo, pero gracias a la Diosa de la Luna, pudimos reunirnos nuevamente como familia –respondió Yagi, con una sonrisa agradecida–. Supimos dónde estaba, aunque aún desconocemos los motivos del porque no nos informaron de su paradero en ese entonces.

–No te preocupes Yagi, hablaremos de ese tema en otro momento – habló Masaru acercándose para saludar a todos los presentes con un abrazo.

–Izuku, hijo, es un placer conocer al omega destinado de nuestro cachorro – saludo Masaru una vez que estuvo cerca del peliverde.

–El placer es mío, señor Bakugo. Estoy muy agradecido por tener la oportunidad de estar con su hijo –respondió Izuku con cortesía

–Por favor, llámame Masaru. No hace falta tanta formalidad entre nosotros, después de todo, seremos familia –insistió Masaru, con amabilidad.

–Claro, Masaru. Gracias–respondió Izuku, sintiéndose más relajado.

–Mocoso, tu omega es un chico precioso más te vale tratarlo bien, protegerlo y cuidarlo como se lo merece, como yo he cuidado de tu padre, o te daré una paliza – amenazo Mitsuki con una sonrisa traviesa en su rostro.

–Tsk – chisto Katsuki – Eso no me lo tienes que decir, él es lo más importante en mi vida, así que lo protegeré y cuidaré con todo lo que soy. No permitiré que nada ni nadie le haga daño –declaró Katsuki, – y quien se atreva a tocarlo, sabrá de lo que es capaz el rey Lycan

–Eso es lo que quería escuchar, mocoso –respondió Mitsuki, con una sonrisa satisfecha –. Me alegro de que tengas a alguien como él, Katsuki.

Katsuki le sonrió a su madre, para luego dirigirse nuevamente a los padres de su omega, – Señores Yagi, como dicta la tradición de cortejo, me honra presentarle los obsequios que tengo para ustedes – habló al tiempo que le hacia una señal a los dos betas que estaban a la distancia, quienes se acercaron con una bandeja de regalos.

–Para usted, Toshinori y Mirio, les entrego a cada uno el distintivo como miembros oficiales del consejo a partir de hoy.

La sorpresa de la familia Yagi fue evidente no esperaban semejante regalo, se sabían que los miembros del consejo solo pertenecían personas importantes de la manada imperial como eran los Todoroki y los Yaoyorozu, habían pasado generaciones en que una manada externa recibiera tal distinción. Toshinori y Mirio aceptaron los distintivos con gratitud y humildad

–Es un honor recibir estos distintivos, joven Bakugo. Prometemos desempeñar nuestros roles en el consejo con integridad y compromiso –declaró Toshinori, con sinceridad.

–Gracias por esta muestra de confianza, su Alteza. Trabajaremos arduamente para servir a nuestra manada y contribuir al bienestar de todos sus miembros –agregó Mirio.

–No hay necesidad de agradecer, Toshinori, Mirio. Estoy seguro de que serán excelentes en sus roles en el consejo y contribuirán significativamente al crecimiento y fortalecimiento de nuestra alianza entre las manadas Bosque Verde y la imperial –respondió Katsuki.

–Para la luna de la manada, señora Inko, este hermoso collar de oro blanco y rosa adornado con piedras de luna, que simboliza la conexión entre nuestra Diosa de la luna y nosotros como sus hijos. Espero que lo aceptes como un símbolo de mi respeto y aprecio por ti como la madre de mi amado omega –declaró Katsuki, presentando el collar con una reverencia respetuosa.

Inko se sintió abrumada por la generosidad y la amabilidad del rey Lycan – Oh, Katsuki, esto es verdaderamente hermoso. Gracias por este regalo tan significativo. Lo acepto con humildad y gratitud –respondió Inko.

–Para la futura luna de la manada – comentó acercándose a Tamaki – te entrego este collar como símbolo de nuestra alianza y respeto mutuo. Espero que lo aceptes como un signo de nuestra unión como futura familia – El collar que le entrego a Tamaki era oro blanco con detalles en azul y verde, adornado con una piedra de luna incrustada en el centro.

–Gracias, su Alteza. Acepto este collar con honor y prometo usarlo con orgullo

–Y para el omega de la manada, mi amado Izuku, te entrego este brazalete que ha sido transmitida de generación en generación en la familia real Lycan. Este brazalete está hecho de oro rosa y está grabado con los símbolos de nuestra manada, así como con un diseño único que representa nuestra conexión como compañeros destinados. Espero que lo aceptes como una muestra de mi amor y compromiso contigo, mi dulce omega –concluyó Katsuki, colocando el brazalete en la muñeca derecha.

–Kacchan... es hermoso muchas gracias –respondió Izuku, con lágrimas de felicidad en sus ojos.

Después de los regalos y las presentaciones formales, la familia real Lycan y los líderes de la manada Bosque Verde disfrutaron de una comida preparada especialmente para la ocasión. Durante la comida, compartieron historias y anécdotas, donde ambas familias comenzaron a conocerse más.

Al final la cena Izuku y Katsuki fueron al jardín que el omega se había adueñado desde que llego con su familia.

–Mi amor – llamó el Alfa – Tal vez lo que te voy a preguntar no sea un tema de tu agrado, pero me gustaría escucharlo de tu boca, si no quieres hablar de eso no es necesario – aclaro antes de hacer la pregunta – ¿Cómo fue que terminaste en la manada Oasis Brillante? y ¿Cómo fue que regresaste con tu verdadera familia?

Izuku suspiró, mirando fijamente a Katsuki, antes de comenzar a relatar su historia, aunque había pasado más de un año desde que fue recibido por sus verdaderos padres y hermano, y su vida haya mejorado mucho.

–Fue un momento difícil en mi vida, Kacchan. – comenzó a relatar lo que recordaba y que su padre le menciono que utilizaron para cambiar el color de sus ojos y también hacerlo olvidar sus recuerdos pues, él no recordó nada hasta que llego a la manada el día que había escapado luego de la traición de Neito.

–Lamento que hayas sufrido tanto, mi amor, pero déjame decirte que ahora estás aquí conmigo y con tu familia. Estamos juntos y nada nos separará de nuevo –declaró Katsuki

–Gracias, Kacchan, aunque debo admitir que aún tengo algo de miedo – habló pues ya se sentía en la confianza de hablar – Midoriya intento atentar contra mi vida hace poco y por suerte no logro su cometido, Monoma ha intentado primero convencerme de regresar a la manada y luego ha intentado obligarme, temo que pueda intentar algo nuevamente en el futuro.

–Entiendo tu preocupación, mi amor. Pero no te preocupes, estaré aquí para protegerte y cuidarte. No permitiré que nadie te haga daño, te prometo que siempre estaré a tu lado – declaró Katsuki – Eres mi omega, mi compañero destinado, y haré todo lo que esté a mi alcance para asegurarme de que estés a salvo y feliz.

–Gracias, Kacchan. Eso significa mucho para mí. Te amo –respondió Izuku, mientras dejaba salir su aroma a pasto recién cortado y gardenias, denotaba lo feliz que estaba con su Alfa

–Y yo a ti, Izuku. Más de lo que puedas imaginar –susurró Katsuki, antes de juntar sus labios en un tierno beso. – Vamos mi vida, tenemos que ir a descansar, mañana tendremos el segundo evento del cortejo tradicional de la manada imperial

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Primer día del cortejo, la tradición de la manda imperial dicta que el Alfa del omega a cortejar debe darle regalos a todos los miembros importantes de la familia del omega.