8. Bakugo Katsuki

1K 122 15
                                    

Izuku se quedó perdido en esa mirada que, aunque se veía molesta pero no podía evitar sentir algo por el Alfa recién llegado, mientras que Neito se puso a la defensiva sin soltar al omega.

–¿Quién te crees para intervenir en nuestros asuntos? –preguntó Neito, con desdén en su voz, sin reconocer al Alfa frente a él.

El alfa mantuvo su mirada fija en Neito, sin ceder ante su actitud desafiante. Sonrió de lado.

–Tu ni siquiera eres lo suficientemente importante para siquiera saber mi nombre, así que lo diré una vez, suelta a MI OMEGA en este instante o te saldrá caro – contesto el cenizo mirando con desprecio a Neito.

Neito frunció el ceño ante la audacia del alfa, pero no soltó a Izuku. –No tienes derecho a ordenarme qué hacer, desconocido. Este asunto no te concierne – respondió Neito, apretando aún más el agarre en el brazo de Izuku quien hizo un gesto de dolor por el agarre. – Además este omega es mi destinado

El alfa de cabello cenizo gruñó, su aura se volvió más intimidante. Se acercó unos pasos más al mismo tiempo que se quitaba sus parches dejando que su aroma se extendiera y su mirada era desafiante.

–Te lo advierto una última vez, suelta a MI OMEGA MI DESTINADO ahora mismo –amenazó con voz firme, emanando su autoridad–. No me importa quién seas ni qué creas que tienes, no permitiré que lastimes a mi omega.

Neito se quedó sin palabras por un momento, sin saber cómo reaccionar ante la actitud del alfa desconocido y esa aura tan dominante, su aroma era por mucho demasiado para él. Finalmente, soltó a Izuku y dio un paso hacia atrás, mostrando una mezcla de frustración en su rostro.

–Esto no ha terminado, Yamikumo –murmuro Neito entre dientes, antes de darse la vuelta y desaparecer entre los árboles.

El alfa de cabello cenizo se acercó a Izuku con preocupación, evaluando si había sufrido alguna lesión, solo tenía la piel rojiza donde ese bastarlo lo había agarrado con fuerza, estaba enfadado y quería despellejarlo, pero su prioridad era en ese momento el hermoso ser frente a él quien lo miraba con curiosidad en sus hermosos ojos esmeraldas.

–¿Estás bien, pequeño? –preguntó con suavidad, mostrando una preocupación genuina en su voz.

–Sí, estoy bien. Gracias por salvarme –respondió, estaba ligeramente mareado con el aroma penetrante que usó para amedrentar a Neito.

El alfa al notar el estado del peliverde dejo salir su aroma de una manera más tranquilizante, Izuku disfruto esa fragancia y su omega interno reconoció al Alfa frente a él como su verdadero destinado.

El alfa cenizo notó la reacción de Izuku ante su aroma y su corazón dio un vuelco. Había sentido una conexión instantánea con el omega desde el momento en que lo vio por primera vez durante el evento anual. Sin embargo, se contuvo, sabiendo que no era el momento adecuado para abordar esos sentimientos, además quería cortejarlo como debe ser. Por eso había solicitado, por no decir exigido que el evento de la manada imperial se adelantara.

–Dijiste que soy tu destinado – habló el omega – Creo que me estas confundiendo el Alfa que ahuyentaste era mi destinado hasta que lo rechace – agregó con tristeza en su voz – es imposible que tenga un segundo destinado.

Bakugo se sorprendió por las palabras de Izuku. Observó al omega con atención, notando la tristeza en su voz y la confusión en sus ojos.

–Lo siento mucho, pequeño –respondió el alfa, con compasión en su tono–. No me imagino todo el dolor por el que has pasado para que hables de esa manera, pero, la diosa de la luna nos ha unido por alguna razón, yo soy tu compañero y tu destinado y se perfectamente que tú también lo sientes, o ¿me equivoco? – Pregunto mientras acariciaba suavemente la mejilla del omega

Izuku sintió un estremecimiento al sentir el roce de la mano del alfa en su mejilla, su aroma calmante lo envolvía y su corazón latía con fuerza. Se encontraba en un torbellino de emociones, pero no podía negar la atracción que sentía hacia el alfa desconocido.

–Mi omega también me dice que tú eres mi destinado – respondió con felicidad, misma que hizo que su aroma saliera con más intensidad a pesar del parche que llevaba puesto, fue ligeramente perceptible para el Alfa

–Entonces dejemos que nuestros corazones y nuestros instintos nos guíen –comentó el alfa, con voz suave pero firme–. No tengo todas las respuestas, pero sé que quiero estar a tu lado, protegerte y amarte por el resto de nuestros días, si tú me lo permites.

Izuku se quedó sin palabras ante la declaración del alfa, pero en lo más profundo de su ser, sabía que era lo que deseaba. Con un suspiro dejó que su corazón hablara por él.

–Sí... quiero estar contigo –respondió Izuku, con una sonrisa tímida

El alfa sonrió tomo su mano derecha y deposito un suave beso en ella – ¿Puedo conocer el nombre de mi amado omega?

–Izuku Yagi – respondió con un notable sonrojo por el beso y la caballerosidad del Alfa – De la manada Bosque verde

– Bakugo Katsuki a tu servicio mi amor, soy el Rey Lycan quien está a tus pies. – habló mientras se inclinaba en señal de respeto a su omega

Izuku se quedó sin aliento al escuchar el nombre de su alfa – Alteza yo... yo no creo ser digno de estar a su lado

– Izuku, no hay ser en esta tierra que sea mas digno de estar a mi lado, que tú, eres mi omega, mi compañero, mi destino y estoy dispuesto a hacer todo lo que esté en mi poder para protegerte y amarte. No importa de dónde vengas o qué hayas pasado, lo único que importa es que estemos juntos.

Izuku se sintió abrumado por las palabras de Bakugo, sintiendo una oleada de calor y felicidad llenar su corazón. Se acercó a su alfa mirándolo directamente a los ojos.

No supieron quién de los dos dio el primer paso o si fueron ambos al mismo tiempo, pero estaban experimentando su primer beso, Al principio, exploratorio, suave, un pequeño roce, pero pronto se volvió más profundo y apasionado, como si ambos estuvieran descubriendo un nuevo mundo entre sí.

Para Izuku, el beso fue como una revelación. Se sentía completo, como si finalmente hubiera encontrado el lugar al que siempre había pertenecido un sentimiento que nunca sintió realmente con Neito, el aroma de Bakugo lo envolvía, haciéndolo sentir seguro y protegido sus manos buscaron las del alfa para finalmente entrelazarse, como si estuvieran sellando un pacto eterno.

Bakugo, por su parte, Había esperado tanto tiempo para encontrar a su omega destinado, que incluso llego a pensar que jamás lo encontraría, y ahora que lo tenía entre sus brazos, no quería dejarlo ir nunca más. Se prometió a sí mismo hacer feliz y proteger a Izuku con todas sus fuerzas, sin importar lo que el destino les deparara.

El beso finalizo con ambos mirándose a los ojos, el omega tenía las mejillas ligeramente sonrojadas, mientras que el alfa lo miraba como el mayor tesoro de toda su vida.

– ¿Quieres regresar al baile o prefieres caminar en los alrededores conmigo? – pregunto con calma el cenizo mientras seguían con las manos entrelazadas.

Izuku dirigió su mirada al baile por un momento, pero luego volvió su mirada al alfa con una expresión de ternura.

–Prefiero caminar contigo, Kacchan – Respondió – Pero me gustaría regresar solo un momento para avisarle a mi hermano donde estaré, no quiero que se preocupen por mi – Agrego, apretando suavemente la mano del alfa.

–Por supuesto, amor. Iré contigo para aprovechar y presentarme, y luego podemos disfrutar de un tranquilo paseo juntos –comentó con cariño, antes de guiar a Izuku de regreso al baile.

Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora