Mi segundo destinado (omegaverse bakudeku)

20. Santuario

En el presente (capitulo 19)

Los aplausos y vítores de parte de todos los presentes no se hicieron esperar, pronto fueron rodeados por familiares y amigos para felicitar a la pareja por su compromiso. Luego de unas horas de baile y comida.

Katsuki tomo la mano de su omega y lo condujo al interior del castillo, lo llevo por unas escaleras hasta llegar a una puerta que estaba cerrada con llave, Bakugo saco un par de llaves doradas y le entrego una a su omega.

-Este lugar mi amado omega será nuestro santuario – comentó al tiempo que abría la puerta y lo dejaba entrar.

La habitación era enorme, era como un departamento dentro del castillo, tenía todas las comodidades, lo que llamó la atención del omega fue la hermosa vista nocturna desde el balcón, al salir notó que no era un pequeño balcón era más una terraza, bellamente adornada con plantas naturales y una fuente en una esquina en el agua donde se reflejaban la luz de las estrellas y la luna

- ¿Te gusta, amor? -preguntó Bakugo mientras rodeaba con sus brazos a Izuku por la cintura. Al tiempo que también aspiraba el aroma a bosque que lo volvía loco. Su Alfa interno reacciono y lo abrazo con más fuerza.

Izuku asintió con una sonrisa radiante, girándose para abrazar a su Alfa. - Es hermoso, Kacchan. No puedo creer que este sea nuestro lugar. -susurró, sintiendo una sensación de paz y felicidad que nunca había experimentado antes, dejo salir su aroma por todo el lugar, marcándolo como suyo.

- Quiero que este sea nuestro refugio, nuestro espacio privado donde podamos ser nosotros mismos, sin preocupaciones ni interferencias externas. -declaró Bakugo con ternura, acariciando la mejilla de Izuku con su pulgar.

- Eres mi todo, Kacchan. Mi pilar, mi protector, mi amor. No puedo esperar para comenzar esta nueva etapa de nuestras vidas juntos. -susurró, acercándose para sellar sus palabras con un tierno beso.

El beso comenzó a escalar, ambos habían esperado mucho ese momento donde solo estuvieran ellos dos, El alfa solo podía pensar en el pequeño y hermoso cuerpo frente a él, que encajaba perfectamente en sus brazos. Saboreo los labios del omega, ese dulce manjar que solo era para él.

Con sus manos acaricio su cuerpo desde sus hombros hasta llegar a la cintura donde se coló debajo de la ropa del omega, sentía el calor emanar, Izuku por otro lado rodeo con sus brazos el cuello del Alfa, sentía como su cuerpo reaccionaba de buena manera y como quemaba ahí donde el cenizo tocaba.

El aroma a excitación se comenzó a extender en el ambiente, Bakugo gruño en respuesta, paso sus manos por el trasero de su omega y lo alzo, sin romper el beso y con cuidado lo coloco a mitad de la cama.

Se separo momentáneamente para admirar esas bellas esmeraldas que solo eran para él – Quiero hacerte el amor – susurro contra el rostro de Izuku

-Quiero ser tuyo, Kacchan, Hazme tuyo – respondió el menor

Katsuki volvió a besar al omega y mientras lo hacía comenzó a desvestirlo hasta dejarlo sin nada, admiro su níveo cuerpo, lleno de pequeñas pecas que adornaban cada parte.

- Eres el ser más maravilloso... mi amor - susurro Katsuki – y eres solo mío

Izuku sintió el calor subir y un escalofrío de satisfacción recorrerle el cuerpo cuando sintió el cuerpo del cenizo pegarse al suyo. Comenzó a besar con desespero a su Alfa y despacio separó las piernas, dejando que se acomodara entre ellas.

Katsuki lentamente deslizó su mano entre las suave piernas y rozo el pequeño y apretado orificio. Izuku se detuvo y se estremeció al sentir el toque, pero el cenizo comenzó a besar su cuello y poco a poco ir bajando, dejando marcas en el camino.