Capítulo 16

83 5 0
                                    


—Tranquila, tranquila, Yerin —Eunbi  ciertamente ella no estaba nada tranquila, pero su instinto rugía por calmar a su omega, le batía la sangre.

—Tranquila unnie, pronto llegaremos.

Yerin no podía hablar, solamente lloraba y se tocaba el vientre. Hizo un intento de asentimiento que Eunbi vió por el rabillo del ojo. También estaba llorando, pero su deber era calmar a la omega.

— Eunbi —gimió la omega, intentando contener un sollozo que logró escaparse
igual. Tenía una mano en la boca, y el cabello hecho un desastre. Estaba rendida en el asiento.

Estaban en el auto de Eunbi , yendo directamente al hospital donde la Dra. Park, la médica de Yerin, se encontraba. Salieron, así como estaban, con los pijamas puestos.

Cuando la alfa cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo, lo único que hizo fue agarrar su cartera, las llaves del auto y el celular. Cargó a la pelinegra, incluso en el ascensor, con un nudo gigante en la garganta y el estómago.

Yerin se prendía por su cuello, mientras era cargada. Para ese momento no podía hablar, sólo desear que todo estuviera bien y no perder a su bebé...

El camino parecía eterno, y Eunbi  quería volar por encima del tránsito.

Trataba de hablarle a Yerin para que se tranquilizara y dejaba que apretase su mano con fuerza, no importaba si esta le cortaba la circulación.

Le susurró palabras para tranquilizarla todo el camino, aunque estuviera lejos de sentirse tranquila ella misma. No podía ... no podía concebir que algo le sucediera al bebé o a Yerin, rogaba que no fuera así. Quería que fuera un mal sueño, de esos que uno se despierta agitado y perdido, pero que al instante sabes que no fue real y todo eso quedaba atrás. Eso quería. Estar en un sueño, y no yendo de urgencia al hospital.

Luego de varios minutos, en dónde le preguntaba constantemente a Yerin si se
sentía bien, si le dolía algo o si seguía sangrando. La omega contestó a penas
que se sentía bien, aclaró que físicamente no le dolía nada y no había vuelto a tener alguna pérdida, y eso era lo que más miedo le daba. No sentir nada.

Eunbi  estacionó lo más cercano a la puerta de entrada posible. A toda velocidad bajó, rodeó el auto y abrió la puerta del acompañante, colocando un brazo por debajo de la pelinegra y otra en su espalda y la saco con sumo cuidado, cerrando la puerta con una pierna.

Se apuró con ella en brazos.

—¡Ayuda! —Gritó, entrando por las puertas corredizas. —¡Alguien que nos ayude, por favor!

Para cuando había terminado de pronunciar las palabras, ya había dos enfermeras a su lado con una camilla. Eunbi subió a Yerin en ella.

—¿Situación? —Preguntó, una enfermera omega .

—Es-está de diecinueve semanas de embarazo, más o menos, y s-sangró —la voz le temblaba, mientras caminaba con Yerin mirándola a los ojos suplicante de que no la dejara sola. —La traje de inmediato.

Ambas asintieron, y cruzaron un par de puertas con paso apresurado. Eunbi les indicó quien era la doctora que estaba llevando el embarazo y ellas le dijeron que se iban a comunicar de inmediato con la médica.

—Lo siento, no puede seguir desde aquí señorita —dijo amablemente la otra enfermera, una beta. —Es un área restringida —le informó, cuando Eunbi  estaba por protestar. —Ni bien sepamos algo, va a salir alguien a informarle.

Eunbi  sentía que se desgarraba de dolor.

—Por favor —rogó Eunbi . Yerin ya había sido llevada por la enfermera omega —Salvenla y a mi bebé —susurró, con lágrimas en los ojos.

BURDEL - Sinrin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora