Capítulo 26

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Eunbi sostenía la mano de Yerin firmemente entre la suya acariciándola con su pulgar delicadamente mientras la omega movía sus piernas nerviosamente. Su alfa la había visto suspirar varias veces a su lado.

Apretó su agarre, llamando la atención de la pelinegra y esta la miró. La alfa le sonrió de una manera cálida y linda, como siempre hacía para lograr tranquilizarla.

—Debes estar tranquila, unnie. —Susurró la menor, besando los nudillos de la pelinegra con delicadeza. Yerin asintió, liberando un poco de tensión.

Estaban a la espera del médico que las estaba atendiendo. Luego del episodio de
Yerin más temprano, la alfa la llevó al hospital. Sunoo se quedó con sus abuelas en su casa una vez que se durmió.

Yerin seguía diciendo que algo que comió le  habría caído mal, que estaba bien y que se
le iba a pasar, pero su alfa no terminaba de convencerse y prefirió que fueran al hospital, por las dudas.

Ahora la omega tenía miedo de que algo malo le estuviera pasando, después de que le mandaran estudios de sangre y orina. De los cuales, el resultado estaría en unos
minutos.

—¿Sabes como está Sunoo, Bi ? —preguntó la omega, después de un par de minutos en el mismo lugar. Eunbi  sacó su celular, y revisó los mensajes.

"Sunoo duerme, tal y como cuando se fueron. Que Yerin se quede tranquila. Avísanos cualquier cosa que suceda"— recitó la alfa el mensaje que le había enviado su madre.

Yerin asintió, todavía algo nerviosa. Eunbi  le acomodó el cabello detrás de la oreja con suavidad. La envolvió en un abrazo cálido y dejó que se acercara a su pecho.

La omega se acomodó ahí, impregnando sus sentidos del aroma de la alfa, fuerte y seguro como siempre. Restregó su mejilla contra la piel a penas expuesta y Eunbi rió.

— Eres como una niña pequeña unnie —susurró, acariciando su cabello — nadie pensaría lo salvaje que te vuelves en la cama a veces.

Yerin sonrió pícaramente.

— Mira quien habla, tú eres peor y eres menor que yo y con menos experiencia, pero parece totalmente lo contrario.

Eunbi gruñó bajo y grave, cuando estaba por contestarle el doctor ingresó. Tenía un sobre blanco en las manos. Yerin se tensó
automáticamente, sentándose recta, pero sin perder el toque con la menor.

El médico, un alfa, se sentó frente suyo. Eunbi  se acercó más a su omega y la abrazó por los hombros, mirando fijo al hombre. Yerin rió por lo bajo. Le causaba gracia que Eunbi no podía dejar de celarla.

Eunbi era bastante celosa cuando otro alfa estaba cerca. La sujetaba por su cintura, siempre con delicadeza, solo para que quedara claro. Le besaba la mejilla o  su marca y todo el tiempo la mantenía pegada a ella.

A Yerin le gustaba un poco cuando se ponía así, así que entrelazó sus dedos para calmarla. La sintió relajarse despacio.

El las miró, sonriendo despacio. Extendió el sobre y sacó su contenido. Leyó bajo la atenta mirada de ambas, eso solo las puso mas ansiosas, al terminar de leer asintió.

—Bueno, Yerin — comenzó, elevando su mirada —no hay ningún problema del qué preocuparse. Estás sana — sonrió.

—¿Entonces por qué los vómitos y malestar, doctor? —Habló Eunbi , con voz gruesa.

—Oh, para eso sí hay una explicación —dijo despacio. — Yerin, estás "embarazada" de tres semanas — dijo suavemente, mirando a la pareja.

BURDEL - Sinrin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora