Veintinueve

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

Cuando me acuesto en la noche, en lo único que puedo pensar es en Kilian y en que extraño sus brazos para dormir, la forma en que nuestros cuerpos encajaron a la perfección la noche anterior, el calor de su cuerpo acunándome. Me odio por eso, porque ¿no se supone que nos odiamos? Estoy tan confundida, porque la actitud de Kilian ha cambiado demasiado desde que llegó de su viaje, ¿será que ahora ya no nos odiamos más y sí vamos a empezar a actuar como primos? ¿Primos que se besaron una vez? Aunque comienzo a dudar si fue real o me lo imaginé porque nunca hablamos del beso, él actuó todo el tiempo como si nada. Pero sé que no fue mi imaginación, sé todo lo que sentí en ese momento y es una putada porque ese calor, ese montón de mariposas en mi estómago, vuelven a mí cada vez que lo veo, incluso cada vez que pienso en él. Cosa que nunca me pasó con otra persona, ni siquiera con Joakim que tan bien me trata. Estoy tan jodida.

No sé a qué hora me duermo, pero lo agradezco cuando mis pensamientos se callan, descanso lo que resta de la noche y agradezco enormemente que sea sábado y no tenga que levantarme temprano, así puedo descansar y seguir silenciando mis pensamientos.

-¡Es hora de levantarse! – escucho un grito y un peso pesado sobre mí, acto seguido siento dos más.

-Vamos levántate hermanita - ¿Dante?

-Vamos princesa, necesitamos besos y abrazos – esa sin dudas es la voz de Aidan.

-¡Salgan inmediatamente de ahí! Van a lastimar a su hermana, ¿recuerdan que tiene el brazo dañado? – ese es el gruñido de mi papá, e inmediatamente los tres pesos que había sobre mí ya no están más. Yo me siento rápidamente en la cama y miro todo desorientada, parados a lado de la cama están mis tres hermanos con cara de pánico, papá está a los pies de la cama mirando a mis hermanos con cara de enojado, y mamá se encuentra caminando a pasos lentos hacia mí con una enorme sonrisa en la cara.

-Buenos días princesa – me dice mamá mientras se sienta en la cama, para después envolverme en sus brazos, y yo me dejo envolver por su calor mientras una sonrisa se va deslizando por mi boca.

-Mami – susurro para después abrazarme a su cintura - ¿Qué hacen acá? – le pregunto mirándola.

-Vinimos por nuestra pequeña princesa – dice mamá mientras intenta peinar mis desordenados risos.

-¿Estás bien? ¿Te lastimamos? – pregunta con miedo Aiden.

-Estoy mejor ahora que están acá, ¡abrazo! – chillo mientras me paro sobre el colchón y estiro mis brazos, enseguida mis tres hermanos corren hacia mí para abrazarme, y yo me dejo envolver en el calor de los brazos de mis hermanos, sonriendo enormemente.

-Te extrañamos – me dice Bjorn cuando nos separamos, dejando un beso en mi frente.

-Nunca más nos vamos a separar – me dice Aidan mientras deja un beso en mi mejilla derecha.

Una Loba para el CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora