Diez

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

Hoy llegan mis tíos Mason e Irina con sus hijos, y mi casa está dada vuelta, mamá se ha vuelto loca organizando todo para la estadía de Amira, quiere que se sienta como en su casa y nos ha mantenido trabajando a todos en una nueva habitación para ella, lo cual me tiene bastante cabreado.

A parte de organizar todo para Amira está la organización del cumpleaños de Keila que será mañana mismo, por lo tanto también la manada es un caos completo, y yo no encuentro un lugar donde estar en paz, sin nadie gritando órdenes o corriendo de un lado para el otro, así que se puede decir que tengo el peor de los humores, y ciertamente no me tolero ni a mí mismo.

-¡Mamá! ¿Qué haces ahí parada? – la regaño al verla subida a una escalera, sola.

-Estoy intentando poner estos cuadros cariño – me dice señalándomelos – no quería molestarte más, sé que estás al borde de tu límite – yo bufo y le hago una seña para que se baje.

-Prefiero seguir de mal humor antes de que te golpees por colgarle otro cuadro a Amira – le digo y mamá deja un beso en mi mejilla. Subo por la escalera y cuelgo los tres cuadros que mamá intentaba colgar, una vez que termino la miro. Ella se encuentra admirando la habitación.

-¿Crees que le gustará? – me pregunta insegura.

-Estoy seguro que sí mamá, la decoraste con mucho amor – le aseguro y ella asiente con su cabeza de forma insegura – De todas forma ma, dudo que lo que más le importe sea la habitación, lo que más va a extrañar es a sus padres y sus hermanos, sabes lo unida que es ella a su familia – mamá suspira con tristeza, sabe que lo que digo es cierto.

-Hablé con Irina, me dijo que Ami está muy triste por tener que separarse de ellos. Sé que te he pedido muchas en estos días, pero... ¿podrías tratarla bien cariño? – me pide y yo suspiro

-Seguro – asiento con mi cabeza, aunque poco convencido. Sé que esa niñata va a sacarme de mis casillas más temprano que tarde. Mamá achina sus ojos y sacude la cabeza, después de un suspiro gira para salir de la habitación.

-Vamos, no deben tardar en llegar – yo la sigo de forma obediente.

Tal como dijo mamá, quince minutos después veo llegar una camioneta de la manada, y de ella se bajan mis tíos y los chicos. Papá enseguida se acerca a saludar a mi tío al mismo tiempo que mamá saluda a mi tía. Bajan los mellizos Aidan y Bjorn y también Dante, la última en bajar es Amira.

He pasado unos cuantos años sin verla, ya que he decidido no ir a su manada, y cuando ellos venían generalmente no me encontraba en la mía. A veces era coincidencia, otras veces lo buscaba yo. Desde que por su culpa no pudieron venir para mi transformación le he guardado bastante rencor, aunque sé que es demasiado infantil de mi parte. Al resto de su familia, los he visto, aunque mucho menos de lo que nos veíamos antes.

Una Loba para el CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora