Dieciséis

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

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[Kilian 21 años – Amira 16 años]

Desde que ha llegado la pequeña cachorra a mi manada he sentido algo inexplicable por ella, aún no lo entiendo, siento ganas de estar todo el tiempo pegado a ella, pero lamentablemente mi humano no la quiere demasiado y ella parece no llevarse muy bien con él tampoco. Espero poder influir lo suficiente para que comiencen a llevarse bien, es que necesito saber qué es esto que me pasa con la pequeña cachorrita.

Estamos almorzando junto al río con mis hermanos y la cachorrita, no sé de qué están hablando ellos, yo me he dedicado a hablar con mi humano, ha estado muy distraído últimamente y quiero saber que le pasa, aunque el muy cabeza dura no suelta prenda.

-Tendríamos que estar patrullando o entrenando – se queja Kilian, mientras mira el horizonte, yo bufo, creo que estamos justo en el lugar donde debemos estar.

-Amira está triste, casi ni habla, debemos estar con ella. Y me prometiste estirar las patas.

-Las puedes estirar mientras patrullamos o entrenamos.

-Pues quiero estirarlas aquí, le prometimos a la cachorra que me iba a ver – Kilian me gruñe y cuando va a contestarme, la pequeña cachorra nos interrumpe, por lo que Kilian decide simplemente ignorarme e integrarse a la conversación que mantienen mis hermanos con Amira.

Unos pocos minutos después Amira le pide a Keila que le muestre su loba, y a mí se me hincha el pecho de orgullo cuando veo a Sigrid, mi hermana es hermosa y ya deseo que comience a entrenar conmigo, salir juntos a correr, nos imagino llevando uno a cada mellizo en el lomo, disfrutar los cuatro. Aunque también me imagino corriendo con la pequeña cachorrita encima nuestro, eso sería realmente espectacular.

-¿Puedo conocer a Tyr? – escucho la dulce vos de Amira preguntar mientras deja de acariciar a mi hermana.

-¡Por supuesto que puede conocerme! – le digo a Kilian por el enlace, realmente muero de ganas de que la pequeña me conozca.

Kilian mira por unos segundos a Amira sin contestarle, ni siquiera me contesta a mí, y cuando estoy a punto de protestar Kilian se levanta en silencio y camina hacia el bosque.

-Si me dejarás convertirme, ¿verdad?

-¡Que sí, pesado! – me gruñe y procede a darme el control.

Comienzo a desvestirme rápidamente, no solo porque quiero estirar mis patas, sino porque quiero que Amira me vea, sé que se va a impresionar, no es por ser presumido, pero sé que impresiono, salí a mi papá en eso. Cuando por fin estoy desnudo me transformo, y por más que quiero ir corriendo hacia los chicos, decido ir despacio, no quiero asustar a la pequeña cachorra. Cuando me dejo ver, ella enseguida se separa de Sigrid y fija su mirada en mí, sentir esos preciosos ojos verdes sobre mí hace que me sienta invencible y a la vez pequeño, siento múltiples chispazos de electricidad recorrer mi cuerpo. Me acerco lentamente a ella, y dejo que mi cuerpo actúe por sí solo, hipnotizado por la pequeña rubia que me mira como si fuera la mejor obra de este mundo. Me agacho sobre mis patas delanteras, bajando mi cabeza, para quedar más accesible a ella, su pequeña mano comienza a acariciarme y yo ronroneo, sus caricias son la gloria misma, hace que una sensación rara me cruce todo el cuerpo y quiero que ella me toque todo el tiempo. La hermosa sonrisa que me dedica me dan ganas de llevármela lejos, para tenerla solo para mí.

Una Loba para el CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora