Una vez terminadas las presentaciones, se da paso a la conformación de las parejas, a uno de ellos le toca pelear con otro de los participantes (el dragón del viento se enfrentará al dragón antorcha) y ella y el competidor que le sucede, son seleccionados para combatir, cada uno, con un guerrero veterano. —¿Quién podrá ser?— se pregunta la joven y su padre anuncia a Kroll. Un silencio incómodo los inunda y ella no lo puede creer. Él haría lo que fuera por el favor del jefe, entre todos los hombres de la aldea, fue escogido y bendecido para convertirse en su futuro esposo. Los más experimentados salen de las gradas y se unen a sus contrincantes, sus dragones emergen y de igual forma muestran sus dones, todos se saludan y alzan las espadas, promulgan el juramento a favor de la protección de las criaturas y con esto se inicia la contienda. Las estrategias, los golpes, las habilidades de sus dragones, Aixa les presta especial atención, lo analiza y al tiempo lo disfruta como si fuera algo de todos los días. Sus compañeros despliegan sobre todo fuerza bruta, algo de lo que ella carece, sin embargo su ingenio será más que suficiente, sin mencionar la ventaja que posee por encima de todos los demás, la subestiman. Decidida a aprovechar los prejuicios de los pobladores de la aldea, acude al llamado.
Con la presencia de Kroll los aplausos se intensifican y ella hace caso omiso a las burlas de algunos pocos valientes que se atreven a gritarle ante sus hermanos. Saludan a los ancianos con una inclinación de cabeza y exponen sus armas. Él luchara con su espada y la joven guerrera con su arco y flechas. Ejecutan la señal para que ambos dragones tomen posición, uno en frente del otro, los jinetes los montan y con el toque del tambor comienza la pelea. Al principio su rival la esquiva, luego de un tiempo siente cada golpe y es obligado a atacar. Aixa estudia sus debilidades, ordena a su chica lanzar una bola de fuego directo al hocico de la otra criatura. El guerrero se eleva en el aire y como buena arquera dispara una flecha muy cerca de la mano donde el otro agarra el arma, ante la sorpresa suelta la espada y queda desprotegido. Sube a su altura, ambos dragones juntan las cabezas para darles paso a los protectores. El hombre intenta apelar a la sensibilidad femenina con halagos sobre su buena técnica, pero la muchacha inmune a tales artimañas ataca con ferocidad, sin darle descanso.
Lucharon cuerpo a cuerpo, puño a puño, en iguales condiciones. El adversario incrementa los ataques, pero ella embiste protegiendo como una leona el territorio de presencias indeseables. Aixa busca la forma de ganarle paulatinamente y provocarle rendición por esfuerzo. Mientras, Kroll solo desea gloria y el temor de los presentes, con el único objetivo de humillarla y conseguir que otras no tuvieran la idea de desafiarlo a él o a los demás guerreros de la aldea. Un día serán compañeros conyugales y no permitirá esta deshonra. Arremete contra la arquera, lo esquiva, pretende dirigir el golpe al estómago, el contendiente se protege.
—Lugar equivocado— sonríe.
Apoya su cuerpo en la bestia, golpea en las piernas del enemigo, este pierde el equilibrio y cae, salvado por su dragón. Los gritos y aplausos de felicidad fueron ahogados por el repentino silencio. La vencedora se acerca, para cerciorarse de que se encuentra bien, la observa con ira y se aleja. El ganador se lleva no solo la gloria, sino el arma del perdedor. Toma el arco y las flechas que le quedaron y con paso lento se dirige al lugar donde cayó la espada de Kroll para envainarla. Sus hermanos la vitorean, seguidos por los pobladores y sus familiares. El jefe se acerca con una media sonrisa y susurra en su oído —ya tienes tu deseo hija mía, espero que este sea el fin de tus hazañas— saluda al público.
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—Hola Harlin, cómo estuvo la selección— limpiaba un casco de bronce.
—Mal— se sentó.
—¿Cómo?
—No hubo ninguno que me convenciera.
—Tranquilo compañero— tocó su hombro —ya lo encontrarás, no te desesperes.
—Los examine uno por uno y no sentí nada— pausa —¿Cómo fue tu selección, Ruco?
—La recuerdo como el primer día, pero no es algo fácil de explicar, solo lo sabrás cuando lo encuentres— se inclinó hacia delante para mirarle a los ojos— y una vez que lo veas se transformarán en uno.
El chicoentornó los ojos. En incontables ocasiones agudizaba el oído ante las historiasde su padre y amigos sobre cómo escogieron a su dragón y viceversa. Por lo querecordaba, siempre acontecía el primer día. Sobre sus hombros yacía la confianzade los pobladores de la aldea. En el futuro será heredero del puesto del progenitory seguirá la antigua tradición. A veces se creía capaz, otras, al ver la gran responsabilidad que acarreaba se sentía inseguro. Si no cumplía con la selección, nada limpiará su nombre.
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Fuego venenoso
Fantasy¿Te gusta la fantasía? ¿Te entusiasman los universos mágicos llenos de criaturas fantásticas? Pues aquí encontrarás dragones, dioses griegos y quien sabe otros... guerreros, magia y mucho más. Con personajes interesantes y complejos, villanos y héro...