Para siempre

601 37 29
                                    

💙💚💙💚

ELIZA

Desde que llegó a Argentina había vivido algunos de sus mejores momentos con ella, por fin podían estar juntas y nada se interponía entre ellas, ni personas ni mentiras, ni tensiones, ni sospechas ni sentimientos que dolían, quizás eso era lo que lo hacía todo tan perfecto, lo que la hacía sentir en casa mientras miraba a la mujer de su vida a los ojos y observaba un verde más transparente que nunca, cuando por fin los te amo tenían todo el significado y ella tenía el derecho legítimo a permitirse sentirse así y pronunciar esas mismas palabras con la libertad y confianza que siempre merecieron, que su relación mereció desde un principio.

Vivía en su particular cuento de Hadas con la convicción de que duraría para siempre, que su princesa sería feliz con ella hasta el fin de los tiempos y su historia sería contada a través de tiempo y espacio cómo ejemplo de lo que todo el mundo aspiraba a encontrar. Estaba tan enamorada de ella... Haría cualquier cosa por hacerla sonreír. Pero no todo fue perfecto, fuera de su espacio seguro había cosas que ninguna de las dos podía controlar y había ido hasta allí contando con eso, pero vivirlo estaba resultando más duro de lo que podría haber predicho.

Al pisar por primera vez la casa de su novia, tuvo sentimientos encontrados, porque era en esa misma casa donde no la había dejado entrar la primera vez, dónde las excusas todavía estaban presentes y ella la creyó como una idiota, la misma casa en la que mientras ella la esperaba en la habitación del hotel, ella convivía con su ex novio. Pero iba a hacer un esfuerzo y dejar el pasado atrás, centrarse en lo verdaderamente importante y aquello era nada más y nada menos que su presente.

Quizás estaba siendo egoísta por sentirse así con ella dentro de esas cuatro paredes, por no pensar en lo que eso podía suponer para su ex, pero si tenía que ser sincera no le importaba, ni se acordaba de su existencia, durante mucho tiempo lo tuvo excesivamente presente en su cabeza y de repente había dejado de existir porque ya no molestaba y es por eso que cuando vio una cara que jamás pensó tener que ver, se le descompuso un poco el estómago y durante unos segundos fue capaz de ponerse en su lugar. Ese chico estaba descompuesto y pensó en cómo estaría ella si intercambiaran los papeles, regresaron a ella sentimientos que conocía bien, porque también la tuvo y la perdió y ese sentimiento era el más vil y cruel de todos, el que te arrancaba el alma y se la comía frente a tu cara sin que pudieras hacer nada para parar toda esa vorágine de maldad.

En su casa, en su cama, con la mujer que amaba y no pudo hacer otra cosa que sentir lástima por él, todo el rencor, la envidia y la desesperación que una vez nació cada vez que era consciente de que existía, desapareció, ahora era ella la que ocupaba el lugar privilegiado, ese que le perteneció a él durante tantos años y ella sabía bien lo duro que era haberse imaginado toda una vida al lado de Alycia y de un dia para otro ser consciente que todos esos planes, esos que le daban sentido a la felicidad, jamás iban a cumplirse porque te los arrancaban de golpe y sin previo aviso, se compadecía de él igual que un día se compadeció de sí misma, pero dolía mucho menos, le oprimía el pecho pero era muy fácil deshacerse de esa presión después, porque sería a ella a la que Alycia miraría de nuevo como no miraba a nadie más, a la que besaría, a la que haría el amor, sería ella la que podría gozar de esa vida con la morena, solo esperaba que él no le guardara rencor, no quiso hacerle daño, tan solo se enamoró de ella, debía entender lo fácil que era hacerlo y que había pagado una penitencia muy dura como precio hasta estar a su lado.

Pero la que más le preocupaba en todo aquel asunto era su novia, lo había dejado todo por ella y ahora tenía que estar a la altura, hacerle ver que el sacrificio valía la pena, que iba a cuidar de ella, a protegerla, a darle todo lo que necesitaba y esperaba, transformar ese sacrificio en oportunidad, la de vivir la vida que merecía, la que ella quería en realidad, ella sería la oportunidad que la haría libre.

VirahaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora