XXVIII. ¿Cómo ignorar al corazón?

20 2 0
                                    

Me preguntaba eso mientras pasaba mis días aburridos entre párrafos "biologilocos" y "anatumanos".

Cada día que pasaba se iba disipando la euforia del título 27, y reencarnaba en mí el dolor del ser querido perdido.
La llamé en cuantiosas ocaciones, todas fueron sin respuesta alguna...

Una semana depués de aquel matUtazo ella por fin se digna a atenderme la llamada.

Oye, no sé qué ha pasado contigo, pero quisiera que hablemos, me parece una total falta de respeto tuya terminarme por mensajes de texto... Fera eso es de gente cobarde.
- Lo sé, pero también sé que si nos veíamos ibas a manipular mis respuestas y nunca te hubiera dicho lo que siento.
Entonces me dejaste de querer?
- No, solo no me siento lista para querer a alguien, quiero cerrar etapas y no encasillarme con una persona.
Con que eso era, dime, llegaste a conocer a alguien más?
- No es eso, no puedo explicarte a detalles mis razones porque ni yo misma me entiendo, solo dejemos esto, te quiero pero por favor, alejemonos.
Fera no me pidas realizar idea tan descabellada, es muy difícil para mí hacer como si nada de esto hubiera pasado, simplemente no puedo dejarte ir, entiendeme.
- Sam, también es complicado para mí, tengo miedo al dolor, sé que tarde o temprano ibamos a terminar, porque todas las cosas terminan, y no me siento lista para sentir el dolor de perderte, por eso decido matarlo desde aquí, para no sufrir en el futuro.
Fera, no entiendo por qué tienes tanto miedo al fracaso, yo te quiero demasiado y tú misma eres conciente que hice todo lo posible para que no desconfies de mí y mis palabras, no quiero terminar esta historia tan linda así porque sí, ninguno de los dos ha fallado, es tu querofobia la que no te deja ser feliz.
- Sam, te dije alguna vez que yo suelo autosabotearme, por más feliz que me sienta siempre tendré miedo al dolor final.
Fera, no te entiendo.
- Sam, simplemente quedemos como amigos, no quiero perder tu presencia.
No, no puedo aceptar ser tu amigo, no puedo tratarte como una amistad cuando yo te quiero de verdad.
- Ay Sam, espero algún día puedas comprenderme, cuidate, te quiero y te deseo lo mejor siempre...
Fera... Fera?...

Dejé caer el celular, mis manos temblorosas no podían creer lo que estaba pasando.
La causa de mi felicidad genuina ahora se volvió un trago amargo.
Busqué otra botella de ron y bebí como un loco empedernido.

MOCOSA DE MIERDA! POR QUÉ CARAJO ME HACES ESTO?.
Lloré y lloré aquella noche, jaja siendo francos soy un romántico total.
Tan cegado por una imagen femenina y tan perdido entre la niebla de la cruda realidad

A Bela ea FeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora