V. Martes

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Ya era martes y como de rutina tenía que levantarme temprano para ir a la academia y llegar temprano, o al menos hacer el intento de llegar temprano.
Muchos consideran los lunes como los días más pesados del infinito calendario, pero a decir verdad, el lunes que tuve en esa semana fue diferente por la simple razón de conocer a una chica de la cual a primera vista cualquiera pudiera pensar "Es una bandida", pero resultó ser la chica más boba y a la vez astuta que conocí...aunque no tanto como yo.

Me encontraba ya en la pieza de metal andante impulsada por pistones que galopaban ferozmente cual heraldos negros de los que alguna vez escribió un poeta norteño famoso peruano, asientos de esponjas gastadas, aunque un poco más cómodas que los asientos de GSM, las ventanas rígidas sin alguna señal de movimiento por semanas. En fin, encontré y saludé a una conocida de la academia, Olenka, una morena bajita que tranquilamente podría ser confundida con una escolar.  

Hey que tal?, le dije.
Hola cómo estás?, me respondió.

Fue una conversación interrumpida por los diversos pasajeros con sus movimientos mañaneros apresurados, trajes o vestidos, mochilas o carteras, zapatos o zapatillas, daba igual, no permitieron el fluido tránsito de las palabras.

Al llegar al destino, el paradero teléfono, divisé que Miguel no estaba en la puerta, era la directora, la señorita Shaza o cómo se escriba, por suerte llegué a tiempo aquel día y no tuve que enseñar los sellos rojos en mi carnet con esa palabra que empieza por T y termina en A.

Subí las escaleras, ingresé a mi aula y raudo cogí asiento al lado de mis buenos amigos José, el literato fumón, David, contador en proceso, y Viktor el nerito leal (su vida es tan compleja como la elección de su carrera).

José: Hey mano en qué estás?
David: Hey cholito que tal?
Viktor: Hey netito
Yo: Hey bandidos en qué están, aquí todo tranqui.

Justo ingresa al salón el docente de Trigonometría, y con él, el tutor. Todos sacamos nuestros apuntes obligados por la atenta mirada de Gerson.
Trigonometría siempre será de los cursos que me generan rechazo, y no por el docente, que hacía lo que podía para hacer entender a la gente de aquí las funciones trigonométricas, sino por la cantidad innecesaria de fórmulas, tangentes, cotangentes, secantes, cosecantes, cosenos y senos.
Qué bellos son los senos a todo esto, proliferación de tejidos fibroglandulares hermosos.

A Bela ea FeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora