XIX. Mastermind

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Después de recuperarme, Fera y yo quedábamos en ir a la biblioteca para estudiar, pero la realidad es que ninguno de los dos estudiaba a conciencia.
Más eran las ganas de vernos que de estudiar y por eso, quedamos un día para hacer algo diferente, alejado de los libros y textos largos.

Nos reunimos en el paradero teléfono y caminamos por el boulevard contándonos lo de nuestros días.

Qué comiste?
- Tallarines rojos, y tú?
Pues comí tallarines verdes.

Ella tenía sed y entramos a un Tambo para comprar agua.
Tomamos lo primero de agua a la vista sin percatarnos de que venía con gas.
Fue en el transcurso de nuestra caminata cuando la probamos que nos dimos cuenta.
Echamos carcajadas, culpandonos el uno al otro.
Llegamos a un parque pequeño entre callejones y veredas estrechas que nunca habíamos visitado, a ella le gustó el lugar y nos sentamos.
Poco tiempo después llega una pareja con un estilo de ropa muy rockera noventera, hasta el chico tenía una cabellera larga, ondulada y seca como la del gran guitarrista Slash de los Guns N Roses.
También pasó por nuestro lado otra pareja con ropa del mismo color, un verde militar oscuro.
Parecía como que ese parque fuera el parque ideal para las parejas.
Dos árboles grandes que daban sombra, asientos de tablones de manera bien cuidados, jardines con flores hermosas y buenas vistas de otro parque más lejano.
Todo hacían indicar que nuestra cita de amigos se volvería cita amorosa, pero ella me sorprendió al sacar su cuaderno de química y pedirme que le explique.
Yo solo me reí y la empecé a ayudar. Ella ni siquiera me prestaba atención solo se fijaba en el apresurado corte de cabello que me hice aquel día.

Hasta que decide sacar su celular y enseñarme un tik tok Guardado.

Fue un tik tok de declaración de amor con la cancion "mastermind" de Taylor Swift.
Yo no tenía palabras. Me quedé helado, inmóvil, no sabía que hacer, no sabía cómo reaccionar porque no quería enamorarme pero ya era tarde, muy tarde.
Me reí y solo pude decirle:

No quiero malinterpretar las cosas, no quiero malograr esto, Fera no, no quiero
- Dime qué es lo que estás pensando.
Tengo miedo de decirlo y que tu respuesta sea dolorosa, no quiero.
- Dime, qué estás pensando?

Dudé unos segundos pero finalmente me abalancé sobre sus labios buscando un beso, ella... ella lo rechazó volteando la cara y mirando al suelo.

Tenía miedo justo de esto Fera, lo siento.
- No

Me jaló del hombro y pegamos nuestros labios.
El mejor beso que tuve hasta el momento, y no por la práctica del beso, sino por el contexto, era un contexto real de amor firmado por un roce suave de labios babosos.

No lo puedo creer Fera, no lo puedo creer.
- Si tú supieras que siempre tuve interés en ti, moví mis piezas para que ese último día en la academia te sientes conmigo, mastermind Samuel, mastermind.

Yo estaba muy feliz, hace tiempo que no palpitaba mi corazón, en lugar del pene.

A Bela ea FeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora