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La primera noche cayó muy lenta para Hermione. Dio igual su intento de distracción mediante conversaciones con Katie y Neville, pues de entre los pasajeros distinguió a Quennie Shacklebolt, acompañada por Cho Chang. Sería un viaje tortuosa con ella a bordo.
— ¿Aquí también hacen bailes, señorita Chang? —preguntó con intención de recordar lo sucedido, puso especial empeño en hacerse oír por sobre todos.
— Por supuesto que no —Cho la miró al borde de la indignación, no entendía la ilógica pregunta de la sobrina del ministro.
— Una pena, ¿no cree, director Weasley? —Le dijo a Percy, quien se acercó a convivir con los nuevos maestros. Le dirigió una breve mirada represiva a la ex de su hermano.
Quennie pasó el resto de la tarde tirando indirectas para la molestia de sus objetivos. Hermione temblaba con la idea de que en cualquier momento fuera a gritar a los cuatro vientos alguna imprudencia más, pues les regalaba sonrisas presuntuosas a ambos.
Durante la tarde caminó de babor a estribor tratando de huir, pues por alguna extraña razón el elfo de Quennie la seguía muy de cerca, casi intentando orillarla a subir al castillo de la proa. Justo allí, Malfoy, pasó el día entero mirando el horizonte, apoyado sobre un barandal. Debe vez en cuando ponía los ojos sobre ella, pero Hermione se negaba creer que las palabras de Ginny pudieran ser ciertas, así que hacía lo posible por evitarlo.
La luna comenzó a levantarse en la lejanía en conjunto con densas nubes negras de mal augurio, el viento tomó mucha más fuerza y se perdió el aroma a la sal marina. El capitán hizo flotar lamparas de fuego azul por todo el navío para dar iluminación. La noche atrajo el frío consigo y la oscuridad tan aterradora no dejaba ver la agresividad de las aguas, solo escucharlas.
— Por favor, síganme —pidió Percy Weasley cuando reunió a todos.
Bajaron por la escotilla y descubrieron que en el interior del barco usaron el encantamiento de extensión. Había un pequeño recibir en medio, al mismo se conectaban seis anchos y largos pasillos que llevaban a los camarotes.
Percy fue asignando los lugares para dormir. Poco a poco los grupos se iban separando, hasta que solo quedaron los magos y brujas con cargos importantes dentro de Lux.
— Pasillo cuatro —dictaminó leyendo la lista—. Sanadora Shacklebolt; y Profesoras: Granger, Chang, Bell.
Los que ocupaban puestos de enseñanza y sanación, por costumbre, siempre tenían pasillos especiales para ellos. El resto del personal compartían camarotes y la tripulación de barco tenía apartado el pasillo uno.
— Pasillo cinco —Draco observó como Granger se encaminaba hacia su área dictaminada, casi evitando estar cerca de la sobrina del ministro—. Sanador Dickens, y Profesores: Ollivander, Goldstein, Longbottom.
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Hermione Granger Y La Maldición Malfoy
FanficCuando la madrugada se asomó sobre la Batalla de Hogwarts, Draco Malfoy decidió traicionar a Lord Voldemort. Y al final de la contienda, aquel mortifago salvó la vida de la máxima heroína del mundo mágico; Hermione Granger. Harry Potter ganó, la gue...