Capítulo 16

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Draco solo escuchaba ecos, su visión se tornaba borrosa, mientras su mente viajaba la época donde un niño presuntuoso y orgulloso esperaba con ansias su ingreso a Hogwarts. Sus padres tenían muchas expectativas sobre él.

De ahí en adelante viajó rápidamente a través de los años, su sonrisa se fue apagando mientras el tiempo pasaba. Él se convirtió en la decepción más grande para su familia, sus logros nunca fueron suficientes al ser comparado con Potter. Jamás destacó por excelencia académica, pues Hermione Granger siempre estaba a un paso más adelante. Nadie aplaudía sus esfuerzos, siempre aludían sus logros al dinero. En realidad no era más que la parte antagonista en toda su historia.

Hizo pasajes en el día que su padre fue encerrado en Azkaban, las humillaciones públicas jamas cesaron. Los Malfoy eran una lacra que nadie quería cerca. Entonces Lord Voldemort entró a su casa y volvió su desafortunada vida un completo infierno.

— Es la última vez que lo ordeno, nuevo señor Malfoy —El señor Tenebroso se desplazaba alrededor, amenazando con voz sibilante—. Déjate marcar como parte de mis más fieles sirvientes, la gloria te será dada y he de perdonar las fallas de tu familia.

Hasta ese momento su madre se mantenía estática junto a Bellatrix, los mortifagos la rodeaban y los hermanos Carrow la custodiaban para que no huyera otra vez. Ambos fueron atrapados mientras ella intentaba sacarlo por uno de los pasadizos subterráneos de la mansión Malfoy.

Admitía que durante años ansío enorgullecer a sus padres, nadie más que él creía en la supremacía de la pureza de sangre y quería que los deseos de su padre se hicieran realidad para que el señor Tenebroso obtuviera  con el poder. Pensó que así estarían en la cúspide de aquel mundo mágico.

Sin embargo, viendo como su padre fue encerrado en Azkaban, las cosas comenzaron a mostrar un grieta en todos sus ideales. Nadie peleó por Lucius, Voldemort no hizo nada para protegerlo; en cambio se enfureció más y decidió castigar a su familia. La negativa de su madre a que no se dejase marcar le indicaba que esa gente no eran más que escoria y que él jamás debería haberse visto relacionado con ellos. Le hizo la promesa de no seguir los mismos pasos que Lucius Malfoy.

Debían huir hacia un castillo perteneciente a su familia, ubicado al otro lado del mundo, para librarse de ellos.

— No, mi señor. Es mi padre quien le juró lealtad, y a esa lealtad estaba unida mi familia; pero me temo que lo han dejado pudrirse en Azkaban para siempre. Así que los Malfoy hemos decidido dar un paso atrás en vista de los hechos —Su mirada se mantenía baja, forzado a mostrar respeto. De todas formas su voz era firme, dejaba entrever demasiado coraje ante el mago más cruel de todos los tiempos.

Habían advertencias que debieron hacerle, la personalidad de un Slytherin tenía momentos en los que era mejor guardarla. Draco no lo supo.

— Bien, te daré un día para que lo pienses —Le mostró un sonrisa tétrica, sus ojos rojos dieron un destello emocionado por lo que se aproximaba—. Adelante.

Hermione Granger Y La Maldición Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora