Estado Civil: Divorciado [YM]

Capítulo 2

Presente.

Subir cinco pisos cargado de bolsas de supermercado no es algo que te haga sonreír, mucho menos a Jimin.

Siete meses desde que el ascensor se encuentra averiado y Jimin está convencido que el administrador no está interesado en arreglarlo. Quizás una carta con firmas de los residentes le haga cambiar de opinión, y ese pensamiento es el que tiene Jimin cada vez que sube cada escalón.

El sonido del tono de llamada de su teléfono interrumpe las maldiciones internas dirigidas al administrador de la residencia. Con dificultad revisa la pantalla y deja caer unas bolsas para atender de inmediato.

El rostro se le ilumina, incluso la fatiga se escapa un poco de su cuerpo. Agradece a la otra persona en la línea y se cree con alguien de mucha suerte o simplemente tiene al mejor amigo del mundo. Termina su recorrido hasta llegar a su piso, esta vez con una sonrisa.

Llega hasta la puerta del apartamento, con mucha dificultad toca dos veces antes que abran

—¡Jimin! por qué no me avisaste que venías tan pesado?.

Jimin toma un suspiro e ingresa al tiempo que le van quitando de sus manos algunas bolsas. Una punzada de dolor de cabeza lo hace trastabillar —No es problema... ¿dónde está Nam?.

Se dirige a la pequeña mesa que está ocupada con cajas, libros, vasos y otras cosas que no deberían estar en ese pequeño comedor. Todo un desastre.

—En la oficina. En serio... la próxima vez me llamas. ¿Te sientes bien? —pregunta el chico al ver a Jimin algo pálido pero sonriente.

—¿Aún insisten en llamarle oficina a eso? —ríe y comienza a sacar algunas cosas de las bolsas e ignora la última pregunta —. Les traje algo para que cenen. Y aquí está el desodorante que Nam me encargó.

—Para qué, ni se baña el puerco.

—Pues lo hace cuando viene Jinnie. También traje supresores. No puedes ser tan descuidado —regaña y el chico solo sonríe tiernamente. Jimin al darse cuenta advierte —. ¡No me veas así, Jeon Jungkook!. Mira que si no entro a tu habitación no me doy cuenta qué te hace falta. Y más te vale comer, no puedes saltarte las comidas.

—No es intencional —abre el envase. Huele el pollo frito y se relame los labios —. Ya casi tenemos listos los últimos detalles. Solo falta ingresar unos códigos, hay una parte que no nos convence. Por cierto, hoy tuvimos una cita con un tipo que nos quiere comprar Fast Driver.

—¿Cómo es que yo no sabía eso? —pregunta Jimin escandalizado.

Jungkook se acerca un poco y le susurra cerca a Jimin —Hyung no quería que dijéramos nada hasta cerrar el negocio, quería que fuera sorpresa. Pero Jimin hyung, creo que para la próxima cita, deberías acompañarnos.

Jimin vuelve a sentirse un poco mareado, pero logra disimular —Claro que iré.

—Mejor porque aquí entre nos, hyung es muy bueno programando pero haciendo negocios, da pena —asegura Jungkook con las mejillas abultadas de pollo.

Jimin ve comer a Jungkook y sonríe. Es la persona más tierna y noble que conoce y por eso no puede evitar ser sobreprotector.

—Jungkookie..

—Hmm?

—Mañana me quieres acompañar a mi prueba de traje —invita pero el gesto de horror del chico claramente es una negativa. Jimin sonríe —. No pasa nada. Pero si cambias de opinión, me avisas

—Dile al alfa tonto. Le gustan todas esas cursilerías. Seguro llora brillantinas de la emoción.

Jimin rie porque sabe que Jungkook no se equivoca.