17 de marzo 2018
(Horas después de la partida de Jimin)—¿Me está escuchando? —La voz nerviosa de su secretario se escuchaba lejana—. ¡Dios mío, reacciona! ¿Qué hago... qué hago? —Las manos temblorosas de Sunoo teclearon la pantalla—. Aló... señor Jung, soy Sunoo.
El dolor en su cabeza y su cuerpo febril le impedían dilucidar qué decía Sunoo. Yoongi ni siquiera estaba del todo consciente. Tampoco lo estuvo cuando su secretario entró a su casa esa madrugada y lo encontró en el sofá de su lujosa pero sombría sala, desmayado y con hemorragia nasal.
Sintió la humedad de una toalla por su rostro y la voz desesperada de Sunoo.
—¿Sunoo? ¿Qué pasó? ¿Estás llorando? —interrogaron detrás de la línea.
—Disculpe, pero no sé qué hacer. Y-Yoongi-ssi... está inconsciente y sangra mucho por la nariz. Me dijo que no llamara a nadie antes de desmayarse... Perdón, no sabía a quién recurrir.
Yoongi abrió un poco los ojos, sintiendo una ola de frío por todo su cuerpo tembloroso. Quiso moverse, pero su cuerpo se sentía pesado y torpe, hasta parpadear era una lucha porque la luz en sus pupilas se le hacía insoportable.
—Bien, eh... hiciste bien. Voy para allá y, mierda, voy para allá. No llames a más nadie, ¿okay?
—Omega... —logró balbucear llamando la atención de Sunoo.
—Sí, señor. Pero dese prisa porque no sé qué le pasa. Está murmurando cosas sin sentido y tiene mucha fiebre.
Una punzada aguda de dolor atravesó su cabeza, haciéndole gemir y apretar los dientes. El dolor parecía emanar desde lo más profundo de su ser, un dolor que no solo era físico. Sintió su pecho apretarse, un vacío enorme y desgarrador que lo ahogaba, como si algo esencial dentro de él se hubiera roto.
Yoongi no estaba del todo consciente, porque nunca supo en qué momento llegó su tío y lo trasladaron a un hospital. Su mente estaba nublada, desorientada, y apenas podía distinguir entre la realidad y el sueño. Todo a su alrededor era un borrón indistinto de sombras y luces que se movían demasiado rápido para que sus ojos los siguieran.
Al despertar, Yoongi sentía una angustia y sufrimiento extraños. No sabía si era ajeno o propio. Una parte de él, la más primitiva y salvaje, comprendía que algo terrible había sucedido. Sin embargo, en su estado febril y desorientado, las imágenes y los pensamientos se mezclaban en su mente, confundiéndolo aún más. Sus labios temblaban, y sintió una humedad en su rostro. Lágrimas, aunque no sabía exactamente por qué lloraba. Había una sensación de pérdida profunda, un vacío que resonaba en su pecho. Lentamente, muy lentamente, los fragmentos de su conciencia empezaron a unirse.
Recordó esa llamada y se sintió aún más frágil.
—Jimin... —murmuró, su voz quebrada y apenas audible, solo en esa fría habitación de hospital con el pitido del monitor a su lado.
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Estado Civil: Divorciado [YM]
Fiksi Penggemar☾✴ Nació para ser lindo ☽✴ Creció para ser complaciente ☾✴ Vivió para ser perfecto Ya no más. No desea que lo vean lindo, no desea complacer y en definitiva, no es perfecto. Ahora está felizmente, divorciado. O eso cree, porque después de seis a...