Finales de enero 2018
Era muy difícil dormir después de esa noche. Las pesadillas perseguían a Jimin cada vez que lograba cerrar los ojos, y así pasaría durante mucho tiempo. La culpa, el dolor del rechazo y la soledad lo consumían día tras día. Era hermoso, pero su reflejo en el espejo mostraba solo una versión opaca de lo que alguna vez había soñado ser. Porque Jimin sabía que nunca había sido realmente feliz... y que, lamentablemente, tal vez nunca lo sería.
Se removió entre sus sábanas y aflojó un poco el puño para ver la hora en su reloj de manecillas. Eran poco más de media noche. No había comido desde el desayuno, y no lo había hecho porque sabía que el alfa estaba en casa. No soportaba verlo, ni esa mirada de odio que Yoongi le lanzaba cada vez que sus ojos se cruzaban; un odio que Jimin se había convencido de merecer.
Aprovechando la oscuridad y el silencio de la noche, decidió escabullirse por la casa en busca de algo para comer. El suelo frío bajo sus pies le arrancaba un ligero escalofrío, pero apenas lo notaba. La casa estaba en completo silencio, y a cada paso, Jimin sentía el eco de su propia respiración, una constante que casi lo asfixiaba. Caminaba abrazándose a sí mismo, temeroso, en un lugar que se suponía sería su hogar, pero que se había vuelto solo una prisión a la que debía acostumbrarse.
Se detuvo en seco al notar que afuera, en la terraza de la piscina, el alfa estaba recostado en un sillón. Por un momento creyó que Yoongi se daría cuenta de su presencia y le gritaría, justo lo que había estado evitando desde lo que sucedió aquella noche. Pero la botella de soju vacía a su lado y un ligero ronquido le indicaron a Jimin que el alfa solo estaba dormido.
Con cautela y las piernas algo temblorosas, Jimin se acercó. No sabía si era buena idea, ni siquiera entendía qué lo movía realmente, pero no podía detenerse. Cuando estuvo frente a él, una mezcla de tristeza y alivio lo embargó. Yoongi dormía profundamente, pero sus ojos hinchados y el rastro seco de lágrimas le decían que había estado llorando, como aquellas noches en que Jimin creía escuchar sollozos ahogados provenientes del estudio.
Yoongi no era ese alfa insensible y desinteresado que Jimin conoció el día de su boda, ahora era alguien tan roto como él. Sintió cómo su pecho se comprimía, y no pudo evitar dejar escapar una lágrima. Una conexión invisible, teñida de amargura, lo unía a Yoongi en ese momento, pese a que un abismo de emociones los distanciara. En ese instante, Jimin supo, aunque doliera, que Yoongi también estaba sufriendo. Todo... por su culpa.
Yoongi se removió un poco por la brisa fría, y Jimin dio un paso atrás, asustado, pensando que había despertado al alfa. Pero al verlo temblar levemente, Jimin buscó rápidamente una manta en la sala. Volvió a acercarse, reteniendo la respiración, y con cuidado cubrió el cuerpo de Yoongi, helado por la noche fría. No pudo evitar observar el rostro del alfa por unos segundos más, consciente de que quizá nunca tendría otra oportunidad de verlo tan de cerca. Aunque el rostro dormido de Yoongi reflejaba la profunda tristeza que lo consumía esos días, Jimin sintió su pecho latir con fuerza. Tal vez, en otra vida, ellos habrían tenido la oportunidad de conocerse en mejores circunstancias; quizás en esa otra vida habrían sido novios, habrían elegido casarse por amor y estar juntos, en lugar de llorar en silencio, cada uno aislado en su propia soledad.
ESTÁS LEYENDO
Estado Civil: Divorciado [YM]
Fiksi Penggemar☾✴ Nació para ser lindo ☽✴ Creció para ser complaciente ☾✴ Vivió para ser perfecto Ya no más. No desea que lo vean lindo, no desea complacer y en definitiva, no es perfecto. Ahora está felizmente, divorciado. O eso cree, porque después de seis a...