Estado Civil: Divorciado [YM]

Capítulo 30

Jimin despierta lentamente, sintiendo un peso sobre su abdomen y piernas. Intenta moverse un poco, pero escucha un pequeño quejido. Al abrir los ojos, se vuelve más consciente de dónde está y con quién.

Yoongi lo está abrazando. Tiene sus brazos y piernas envueltos alrededor de Jimin, y su nariz enterrada en el cuello del omega.

Jimin percibe la respiración dormida de Yoongi contra su piel y el aroma del alfa mezclado con el suyo. Por un instante, muy breve, se permite sentirse cómodo. No quiere despertarlo, no quiere moverse, porque si lo hace, Yoongi se despertará y se alejará.

Jimin baja la mirada hacia la maraña de cabello del alfa y se permite oler un poco. No sabe en qué momento desde que vive en esa casa, el aroma de Yoongi se ha vuelto tan sanador, tan cómodo e incluso tan atrayente. Tiene un pequeño impulso de tocarlo y justo cuando está a centímetros de hundir sus dedos en el cabello del alfa, se detiene.

«Qué mierda haces, Jimin». Esa parte de Jimin que siempre le dice que no está bien estar cerca de Yoongi, no tarda en aparecer y darle un golpe de realidad.

—Min... —lo llama en voz baja.

Yoongi se remueve ligeramente, y Jimin solo consigue que el alfa se aferre más a su cuerpo.

—Min.

—Mmm... —se queja suavemente Yoongi, presa de la comodidad de estar tan cerca del omega.

En medio de su sueño, Yoongi solo aspira más del aroma de Jimin y se acurruca aún más cerca, rozando su nariz detrás de la oreja de Jimin.

—Min —insiste Jimin, esta vez con un poco más de firmeza.

Yoongi gruñe suavemente, como si no quisiera despertar. Sin embargo, poco a poco sus brazos comienzan a relajarse. Finalmente, abre los ojos, parpadeando lentamente mientras se da cuenta de la situación.

—¿Jimin? —murmura con la voz ronca por el sueño, sin soltarlo del todo.

Jimin asiente levemente, mordiéndose el labio, sin saber exactamente qué decir o cómo sentirse en ese momento.

—Me... me estabas abrazando —susurra, intentando romper el incómodo silencio que comienza a formarse entre ellos.

Yoongi lo mira por un segundo más antes de apartarse lentamente, despejando su mente adormilada mientras se da cuenta de lo cerca que estaban.

Ambos desvían la mirada por la intimidad en la que durmieron y porque saben que el otro también comparte esa comodidad de la cercanía de sus cuerpos, aunque no estén dispuestos a admitirlo aún.

Jimin, al sentarse, siente que el dolor en su espalda se hace presente. No puede ocultar una mueca de dolor y Yoongi al notarlo, se sienta de inmediato para estar a su altura, visiblemente preocupado.

—¿Te duele mucho? ¿Quieres ver a un doctor? Vamos al médico ya mismo —dice Yoongi algo desesperado.

Jimin sonríe levemente. Cada vez que ve a Yoongi preocupado por cualquier cosa que lo involucre, hace crecer algo dentro de él y es algo que de alguna manera le provoca terror y anhelo a partes iguales.