Estado Civil: Divorciado [YM]

Capítulo 18

Advertencia:

El siguiente capítulo contiene escenas de violencia. Si la narración te incomoda o no es de tu agrado, la puedes saltar hasta el próximo separador y te garantizo que puedes leer sin que afecte el hilo de la historia.

15 de enero de 2018.

No era correcto, no podía hacer eso, pero cuando intentó negarse, el ardor de una fuerte bofetada le dejó claro que no tenía otra opción.

—¡Eres un inútil! —regañó Wooseok y lo empujó tan fuerte que Jimin perdió el equilibrio y cayó al suelo—. ¿Cuatro meses y qué has hecho?... ¿eh? ¡Te lo dije, te dije que debías quedar embarazado y mírate, demostrando que eres un inservible!.

Wooseok se le acercó e hizo un amago de patear a Jimin, quien se cubrió instintivamente de un golpe que no llegó.

—Levántate —exigió Wooseok. Con mucha dificultad, Jimin obedeció mientras su cuerpo temblaba más por el terror a su padrastro que por los golpes—. ¿A qué hora llega ese alfa?

Jimin soltó un sollozo y respondió con mucha dificultad, sin quitar la mirada del piso.

—E-en una hora —tartamudeó y dejó salir más lágrimas.

El corazón de Jimin latía con fuerza, cada golpe resonando en sus oídos mientras imaginaba a Yoongi entrando y viendo a Wooseok. La vergüenza y el miedo se mezclaban en su mente. ¿Y si Yoongi descubría la verdad? ¿Y si lo abandonaba al ver la monstruosidad que era Wooseok? El simple pensamiento de regresar a esa casa hizo que su respiración se volviera errática.

—Es tiempo suficiente. Vamos a la cocina.

Jimin volvió a sollozar, un sonido desgarrador que resonó en la habitación, pero sus pies siguieron moviéndose, casi por inercia, detrás del omega. Sus labios se movieron como si quisieran formar palabras, pero el miedo atenazaba su garganta, impidiendo que le gritara a Wooseok que aquello era una atrocidad. No podía, no debía lastimar a Yoongi.

Wooseok entró a la cocina, sacó unas frutas y licuó un batido. Sacó un pequeño frasco de vidrio, vertió todo en el jugo y mezcló.

—Bébelo y dime si se nota el sabor —Jimin negó sin parar de llorar.

—Por favor... yo... puedo hacerlo bien... p-por favor —su voz sonaba casi ininteligible por el llanto.

—No seas patético —se burló Wooseok con malicia—. ¿De verdad crees que si en cuatro meses no pudiste meterte en su cama, lo vas a hacer ahora? —Wooseok se le acercó y le sujetó la mandíbula—. Que te quede claro que esto es tu culpa. Si me hubieses hecho caso, yo no estaría aquí hoy. Pruébalo y más te vale que seas honesto.

Con manos temblorosas, Jimin llevó el vaso a sus labios, el miedo visible en sus ojos. Tomó un sorbo, y su corazón se hundió al no percibir ninguna diferencia en el sabor. Yoongi bebería el jugo sin sospechar nada.