Capítulo 24

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Ambos entran a la casa con una palpable incomodidad entre ellos

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Ambos entran a la casa con una palpable incomodidad entre ellos. Jimin, sorprendido por la inexplicable comodidad que le da llegar a una casa que no es suya, en comparación con su pequeño departamento. Cada rincón de este lugar tiene la marca de Yoongi, y eso, de alguna manera, le ofrece una extraña sensación de seguridad que no esperaba sentir.

Por su parte, Yoongi no sabe cómo lidiar con Jimin. Lo observa de reojo, notando los rastros de lágrimas en su rostro y deseando poder hacer algo para aliviar su dolor. Quiere tenerlo cerca, eso ya lo tiene claro, pero no sabe cómo manejar la mezcla de emociones que le provoca ver a Jimin tan vulnerable y a la vez tan distante. La casa, usualmente su refugio de paz, se siente ahora como un campo minado de silencios incómodos y sentimientos no expresados.

—Pasé mis cosas a la otra habitación —explica Yoongi, rompiendo el silencio. Jimin lo mira confundido—. Quédate en mi habitación. No te voy a molestar.

Jimin debería sentirse bien, después de todo, es una batalla que esperaba ganarle al alfa. Sin embargo, es todo lo contrario. La fragilidad de sus emociones lo abruma.

—No debiste —dice en un tono muy bajo, sin mirarlo.

Yoongi mete las manos en sus bolsillos, queriendo que Jimin no note lo nervioso que está. No quiere espantarlo, no quiere alejarlo.

—No pasa nada, es solo una habitación.

Nuevamente, se instala entre ellos un corto silencio. Ambos sin saber qué decir, cómo comportarse el uno con el otro. La tregua se siente extraña, casi artificial, aunque les genera un poco de paz. Yoongi observa a Jimin con cautela, sintiendo una necesidad inexplicable de protegerlo. Ver sus ojos enrojecidos solo causa que en su pecho se remueva una sensación de angustia incesante, mientras Jimin lucha contra las lágrimas que amenazan con volver a aparecer y juega con las mangas de su saco, tratando de mantener sus manos ocupadas.

—¿Yeonjun? —pregunta Jimin, avanzando hacia la sala, su voz apenas más fuerte que un susurro.

—Con mi madre. Lo trae más tarde. Va a cenar con ella.

Jimin deja salir una pequeña sonrisa que provoca que el corazón de Yoongi salte un poco más rápido.

—Entonces hoy cena hamburguesas.

Yoongi sonríe de vuelta. —Eso es seguro.

Jimin asiente y pasa una de sus manos por su cuello, sin saber qué más decir. Suspira un poco y observa al alfa que parece igual de inquieto que él.

—Debería darme una ducha —dice Jimin tratando de sonar algo más relajado—. Estoy desde temprano de reunión en reunión. Debo oler a autobús.

Yoongi sonríe ladino.

—Te hubieses quedado con mi camioneta —declara Yoongi. Se sorprendió mucho cuando el domingo el mismo Jimin había llamado a Hoseok, no a él, para que fuera por la camioneta.

Estado Civil: Divorciado [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora