Corazón

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El reinado de Camelot era cubrido por la oscuridad, el cielo nocturno daba un espectáculo de estrellas y la luna resplandeciá de una forma hermosa.

Solo un habitante estaba despierto, Alejandro.

El cual caminaba por los pasillos mientras sonreía, tener a Zarary tan cerca era una oportunidad única. Fue a la entrada de la habitación de dicha mujer, la cual ya dormía.

La puerta no estaba cerrada con seguro, abrió y entro mirando a la mujer durmiendo, sentía un deseo o impulso de besarla, se acercó más hasta estar frente de la cama.

Alejandro: mi bella dama, tan hermosa y encantadora

Dijo mientras acariciaba la mejilla derecha de Zarary, ella por su parte, su sueño pesado no ayudaba, no sabía que dicho MK estaba en su habitación.

Alejandro se acercó más a ella, besándola mientras acariciaba su cabello, su tacto bajo hasta el centro de su pecho y al cabo de unos segundos dejo de besarla.

Bajo y acomodo su cabeza en la zona donde su mano estaba, escuchaba el latir del corazón de la mujer.

Alejandro: si tan solo, pudiera ver ese corazón, verlo latir, saber que solo late por mi, pero escucharlo tan implacable, un corazón que late por la pasión de la guerra, no tengo palabras para describir todo lo que siento

Se alejo mientras aún la miraba, su obsesión era demasiada.

Alejandro: un día, no solo tu corazón será mío, tu serás mía, me encargaré de que solo me veas AMI como tu amado, juro que haré de todo para que te enamores y juntemos nuestras vidas, quiero que seas mi reina, que seas la madre de mis hijos y formar un linaje a tu lado

Fue lo último que dijo antes de salir, no dejaba de pensar como se escuchaba la sangre bombear del corazón de la pelirosa.

Al llegar a su habitación y acostarse en su cama no dejaba de reír, tenía un plan en su mente para ser el ganador de Zarary.

Alejandro: hare lo imposible, solo por ti

-_-_-_-_-

Al día siguiente, Zarary estaba algo lejos del reino, acostada por la bahía del lugar mientras miraba el cielo, no dejaba de pensar en lo que había soñado.

En su sueño, alguien parecía estar a su lado, pero lo extraño es que su pecho estaba hueco y dicha persona a su lado tenía su corazón.

Aunque tuvo miedo no hubo alguna reacción de la escena que veía, solo podía ver cómo ese alguien tenía en sus manos su corazón latiendo y la sangre y elixir escurrir.

Salió de sus pensamientos al escuchar unas campanas, un barco llegó a la costa.

Ella se acercó para ver y era un vendedor, sabía que había vendedores que viajaban por mares para traer distintas mercancías de tierras lejanas.

Muchas tropas llegaron y miraban todo lo que aquel sujeto trajo, desde armas hasta extraños artilugios.

Zarary: jamás había visto una espada tan rara

Dijo mientras tenía en manos una katana.

Vendedor: veo que tienes buena vista, esa es una katana traída desde las tierras de Asís, son muy afiladas y pueden partir en dos cualquier cosa, solo debes saber cómo usarla

Zarary: que es eso del barril?

Vendedor: esas son lanzas originarias de tierras africanas, son tan afiladas y tienen un buen diseño para ser lanzadas por los aires y atravesar a sus rivales

Paso un rato y la guerrera solo había comprado una hacha, el vendedor le había dicho que es de origen nórdico pero no le importo eso, solo le pareció bonita para decorar su habitación.

No obstante, al llegar al final del muelle llegó Alejandro, el cual al mirar a la guerrera empezó a elogiar.

Alejandro: con esa hacha te ves más intimidante y bella, me preguntó cómo te verás con otras armas

Zarary: tu forma de querer conquistar no es muy buena que digamos

Alejandro: oh vamos, fue algo ingenioso

Zarary: no lo fue

Ambos se fueron mientras aún hablaban, Alejandro se veía calmado aunque por dentro quería solo decir Tu corazón es mío.

No sabía de dónde sacaba tanta fuerza para verse como si nada pasara, no podía evitar querer abrazarla y besarla, llevarla a cualquier lugar para tomarla y hacerla su mujer.

La deseaba, deseaba a Zarary con toda su alma.

Un Problema Tamaño PEKKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora