1.5. hijos ♥️

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Xiao había desaparecido apenas sintió la presencia de Lumine cuando iba a entrar a la habitación. La rubia miró la habitación y a los niños ya dormidos.

Suspiro levemente y se sentó en la orilla de la cama dejando la comida a un lado la cual la hada voladora no desaprovecho.

-Paimon piensa que los niños dicen la verdad. Tiene sentido como llegaron aquí.

-No lo se Paimon.- suspiro.- Mañana lo averiguaremos con Ei y Yae Miko. Ahora vamos a descansar mejor.

Lumine se iba a ir de la habitación para dejarlos descansar, tenía pensando utilizar la relajatetera está vez.

Cuando iba a salir de la habitación, unas manos en su cintura la detuvo, empujandola hacia el frente. La rubia se estampó contra la puerta, soltando un chillido que fue ahogado por unas manos.

Paimon soltó un gritito. Pero rápidamente fue chistada.

Lumine miraba de reojo el rostro de horror de Paimon y pensó lo peor. ¿Acaso era algún enemigo en una emboscada?

Pero la voz que le susurro en el oído le dió un escalofrío, soltando un suave jadeó.

-Hasta que al fin te encuentro, querida. ¿Estás consciente que llevo semanas buscandote? perdí tu rastro después de entrar.

Lumine no podía creer que era la misma voz del cazador de demonios, Xiao. Las manos la tomaron de la cadera, con un poco de fuerza, le dió la vuelta a la chica.

La rubia se quedó sin aliento cuando se dió cuenta que frente a ella, estaba el mismo Xiao que ella conocía. Cabello oscuro azulado, con mechones claros verdosos azul. Una pequeña gema en su frente y una mirada dorada que la fulminaba.

-¿¡Semanas!? Nos vimos está tarde, ¿Acaso no lo recuerdas?- Chillo Paimon.- ¡Paimon está a punto de ponerte un feo apodo si sigues agarrando a Lumine de esa manera!

-Guarda silencio.- gruño el mayor.- Los niños se despertarán, ¿No querrás eso, verdad?

El cazador de demonios, se acercó atrevidamente a la viajera apunto de juntar sus labios cuando Paimon volvió a chillar.

Xiao se alejo, aburrido de la hada voladora. El mayor tomo a la pobre Paimon, abrió la puerta de la habitación y tiró a la albina para después cerrarle la puerta en la cara.

Del otro lado se escuchó el chillido de Paimon quejándose y colocándole feos apodos al Yaksha.

Este volvió a agarrar dominante a la rubia, con más delicadeza tomo la barbilla de esta y la alzó para inspeccionarla.

-Tienes el cabello más corto, ¿Acaso volviste a cortarlo?

Los gritos y chillidos de Paimon disminuyeron, hasta desaparecer. Lumine se sentía bastante sorprendida y estaba quieta, no se movía y tenía una sensación extraña que le gritaba peligro.

-¿Sabes cuánto tiempo ha pasado?- susurro.- 6 semanas desde que no te veo ni a ti ni a los niños, ¿Cómo piensas recuperar mi tiempo perdido?

-Xiao yo no..-

Lumine no pudo terminar de hablar, los labios del Adeptus la tomaron presa mientras con desespero sentía el sabor de la rubia.

-Casi me vuelvo loco.- dijo contra sus labios.- Después de esto, no volveré a dejar que salgas de casa. Te voy a encerrar día y noche hasta que sienta que no volverás a desaparecer otra vez.

-Xiao..-

La chica no pudo volver a hablar, estaba aturdida y apenas podía sentir como el cazador de demonios la volvió a besar con desesperación.

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