1.8. Hijos Xiao ♥️ FINAL

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—Mañana regresaré a... Mi hogar.

El Adeptus miro sobre su hombro a la pequeña niña que se colocó a su lado. Ya sabia que se encontraba allí, Pero aún así su cabeza tenía un millón de dudas y preguntas.

—¿Vas a ir a despedirte de nosotros?

—No.. no lo sé.

El silencio aguardo unos segundos.

—Mama está feliz, está muy feliz. Al parecer si ha pasado mucho tiempo para ella, me duele saber todo el sufrimiento que paso.

El mayor guardo silencio, no sabía que decirle, ¿Que debería de responderle?

—Xiao.. Se que ahora no estás preparado para cambiar y tomar al fin un rumbo a tu vida. Pero quiero que sepas, que sin importar que: sin importar todos tus pecados y crímenes. Te mereces ser feliz y el título del mejor padre.

Xiao miro sorprendido a la niña, quien estaba determinada en dejar preparado a su padre antes de que se vaya.

—Me voy a poner celoso de mi mismo si sigues prestándole atención a mi pequeño yo.

Al otro lado de la niña, Xiao apareció mirando hacia la colina donde la melodía le llenaba de nostalgia los recuerdos.

—¡Papá! ¡Yo..!

—Continua.— Dijo.— Yo simplemente quiero saber lo que me tienes que decir.

La niña un poco nerviosa, se fijó en el otro Xiao, el que aún no era su padre. Con determinación respiro hondo.

—Para mi eres la persona más valiosa que yo tengo. Y saber que estás sufriendo de esta manera durante tantos años me parte el alma.

El pelinegro decidió mirar a la niña, estaba a inquieto y no sabía que hacer ante las palabras de su propia sangre.

—Tu eres mi héroe, aunque no te guste esa palabra y su definición. Eres la persona que es mi ídolo y pienso que eres muy fuerte al llevar todo este sufrimiento contigo y si algún día llegas a sentirte que no puedes continuar y necesitas dejar ir todo, piensa en mi. Piensa que me vas a tener a mi y mi hermano. Vas a tener la tranquilidad, paz y el deseo de terminar con tu sufrimiento con mi llegada a tu vida.

El yaksha mayor sonreía orgulloso de esas palabras y lo dejo ver mediante una caricia en la cabecita de la menor. El menor, se quedó pensando y desapareció.

La niña miro a su padre un poco nerviosa.

—¿Crees que..?

—Lo hiciste bien. Ahora déjame yo me encargo de lo demás.

La niña asintió.

El Adeptus desapareció, su destino fue el mismo que su versión del pasado quien desahogaba todas sus dudas contra los demonios y el karma que lo consumía.

Saco su lanza y ayudo a exterminar los que quedaban.

—Todo lo que dijo.. es verdad. Soy terco, orgulloso y, sin duda..— Sonrió perversamente, algo que nunca haría el Xiao normal.— Mi esposa detesta mi mal humor en las mañanas.

—¿Por qué me dicen todo esto?

—Porque me conozco, y estoy seguro que buscarás mil maneras para alejarte de Lumine y tus hijos. Porque yo lo hice, yo ya lo hice y lo intente, y te aseguro que eso es peor que las torturas del pasado.

—No puedo...

—Si puedes.

—¡No! ¡No puedo ser feliz! ¡Merezco morir, no una familia!

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