1.7. Kinich 💚

312 14 0
                                    

Sus besos tomaron mayor intensidad, mi piel desnuda tenía fricción con su ropa aún puesta y deseaba no sentirla y mejor su piel caliente como lava.

Eso me recordaba algo...

¡Me estaba quemando!

Me separé adolorida de Kinich, quien confundido trató de volverse a apegar, Pero me aleje.

Quise salir Pero tenía todo el cuerpo entumecido por el ardor.

—Kinich, me duele..

—¿Que?

—El agua.. está muy caliente.

Y fue en ese momento que se dió cuenta lo que sucedía. Rápidamente me tomo en brazos y me saco lo más rápido posible.

—Joder.. no lo pensé bien antes, los forasteros no soportan la temperatura de Natlan.

—¡Oye! No me digas forastera así porque si..— hice un puchero.

La arena bajo mi piel aliviaba algo de mi dolor. Sin embargo tenía la piel roja.

—Voy a llamar a Mualani.

—¡No! Espera, estoy un poco..

Estaba en traje de baño, con la piel ardiendo por quemaduras. Desvíe la mirada avergonzada.

Kinich suspiro y se levantó, pensé que iba a buscar otra solución Pero solamente se quitó la camisa.

Cuando me la tiró seguía mojada y caliente. Pero poco a poco se iba enfriando por la temperatura de la tarde.

—Ya regreso.

Y así, se fue Kinich.

[>>>]

Sin duda el día de ayer fue un caos, el regalo y los gritos de Bárbara me sacaban de quicio. Algunas veces desearía que nunca hubiera sido monja en su vida y dejara de ser tan berrinchuda.

Jean realmente no dijo nada ni tampoco Diluc, supongo que la feliz parejita estan muy ocupada.

Por último, Mualani y Kachina nos ayudaron y luego, se burlaron de mi tontería. Ahau no se quedó atrás y disfruto de burlarse de nosotros, como también cometer un asesinato contra Kinich.

Sin embargo no lo logro.

Y ahora me encontraba en casa, con solamente Kimin en mi cama. Mi cuerpo seguía caliente por las quemaduras pero alegremente pronto me iba a recuperar.

Mualani me vino a visitar por la mañana y me ayudó a colocarme la pomada para mis heridas.

Y ahora.. en la tarde venía de visita Kinich.

Y sin duda que estaba emocionada y nerviosa a la vez.

Antes de que sea la hora acordada, me mire en el espejo por enésima vez. Me coloque perfume y me coloque bien la pomada.

La puerta sonó y fui a abrir, el pelinegro estaba allí peleando con Ahau, lo deje entrar sin dirigir ni una palabra y entro. Seguido el dragón quien se quejaba que tenía que soportar escuchar como coqueteaba conmigo.

Solté una risita.

Sobre la mesa Kinich dejo algunos huesos que no quise preguntar de que era. Supongo que venía de hacer algún encargo o trabajo.

—¿Te duele mucho?

Mire al pelinegro que se me había acercado a preguntar, sacudí la cabeza negandome.

Historias De Genshin Impact Donde viven las historias. Descúbrelo ahora