15. Sálvame

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El lobo luchó con todo lo que tenía. Desgarró la carne de los que se imponían superior ante él, sin importarle la quemadura de los fierros sobre su pelaje gris que ardía.

Defendió lo que no era suyo hasta que su último aliento se escapó de su hocico. Sólo en unos instantes de lucidez, llegó a la conclusión que morir le asustaba de verdad, pero ya era muy tarde para aquello.

🐺🌙🪻

—¿Ricas?—Jimin preguntó sonriendo con suavidad al cachorro, quien tomaba con fuerza de su mano mientras caminaban por el bosque.

—Ujum—Afirmó masticando las moras—¿Podemos guardarle a Tete?

El niño estiró su mano con dos frutas en ella, y Jimin las aceptó guardando la comida para más tarde, pues temía que ese amigo ya no estuviera con vida, más no deseaba perturbar el pequeño espíritu del cachorro.

—Claro—Y con su pulgar le limpió los cachetes sucios—D-de seguro que tendrá hambre.

El niño se mostró tranquilo por esas palabras, dejándose llevar por el camino verde en el bosque. Aún paranoico, Jimin no bajó la guardia en ningún momento. Estando alerta del mínimo sonido, incluso si sólo eran ramas secas o el crujir de su propio andar.

Aunque eso no le detuvo de mirar con asombro al cachorro que caminaba a pasitos a su costado. Era tan pequeñito para él que tenía la necesidad de tomarlo en brazos para cobijarlo en su pecho. Su mirada se veía asustada, cargando penumbras que deseaba no descubrir. A pesar de eso, quedó fascinado

—¿Tu vienes de los muros blancos?

Jimin alzó las cejas, pues había un lugar que reconocía con inmensos muros blancos, y al que anteriormente llamó hogar.

—Gaia—Respondió pausado—Vivía allá, si.

El cachorro asintió, llevándose el pulgar a la boca, antes de continuar.

—Mi papi Alfa me dijo que mi otro papi se perdió ahí—Señaló su cabeza y luego la de él mismo—Tiene el mismo pelo, ¿Tú lo viste?

—No lo sé, pero tal vez lo conozca por su nombre ¿sabes como se llama?

—Si—El niño hizo una cara pensativa antes de hablar pero no respondió nada.

Jimin suspiró con una risita triste, cayendo en cuenta que el cachorro era o muy pequeño para saber el nombre de su progenitor o había pasado mucho tiempo desde que los separaron. Eso le hizo doler el pecho, pensando en como es que sobrevivió sin cuidado alguno.

—¿Cómo te llamas?—Preguntó desviando el tema.

—Jiwon.

Su corazón se detuvo por unos instantes, siendo atravesado por una sensación de desconcierto tan grande que se asustó. Miró al niño nuevamente, quien le observaba extraño por su comportamiento.

¿Conocía a este cachorro o acaso era demasiada coincidencia? ¿Este era el cachorro con el que estuvo soñando todos estos años? Negó con la cabeza repetidas veces.

—¿Papi?—El cachorro dijo bajito, volviendo a Jimin a la realidad, al percibir como la manito le apretaba los dedos, llamando su atención.

—J-jimin, mi nombre es Jimin—Su voz salió insegura. Un sudor frío le recorrió el cuerpo como si de un escalofrío prolongado se tratase. Se estaba volviendo loco—Cuéntame un poco más de Tete.

Al otro lado • Minimoni OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora