20. Sueños

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6 años atrás

Jimin cerró los ojos instintivamente cuando los labios de su esposo tocaron su frente sudorosa. Disfrutó de ese dulce contacto, como si fuera una recompensa por el arduo trabajo de traer a su cachorro al mundo.

—Es el primer parto que no asisto, y aun así siento que voy a desmayarme —murmuró Namjoon, con los labios aún rozando su piel.

Jimin soltó una risa suave, llevando una mano libre a su adolorido vientre, encontrando gracia en el hecho de que su esposo, siendo médico, estuviera tan impresionado por el nacimiento de su bebé.

—¿Crees que aún te queden fuerzas para sostener a nuestro hijo? —bromeó Jimin, permitiéndose sentir alivio y olvidando por un momento la guerra al tener el cuerpo cálido de su bebé presionado contra su pecho, brindándole tranquilidad a su lobo.

Namjoon tomó suavemente su mentón y giró su cabeza lo suficiente para besarlo lento. Saboreando el intercambio de esencias.

—Si alguna vez las perdí, ya las he recuperado —dijo Namjoon, sellando la promesa con otro beso donde presionó con fervor—Uno más por si acaso.

Jimin sonrió y sacó los labios en un puchero, pidiendo un beso más— No lo sueltes —susurró contra su boca en un cálido aliento.

—Lo prometo —respondió Namjoon, dibujando una pequeña cruz sobre el pecho de Jimin con su meñique antes de entrelazarlo con el suyo.

Jimin negó con la cabeza, divertido por el gesto de promesa entre ambos.

—Anda, mi amor, cárgalo.

Contuvo la respiración al ver a su esposo un poco pálido y tembloroso ¿debería de darle un poco más de tiempo para que se acostumbre? pero cualquier duda se desvaneció cuando Namjoon tomó a su hijo en sus fuertes brazos como si tuviera miedo de dañarlo con el mínimo toque. Un grandulón siendo tan gentil. Dios mío.

—¿Qué te parece? —Jimin se acomodó mejor en la cama para no perderse ningún detalle de la hermosa imagen de su esposo y su cachorro juntos.

—¿Qué me parece? Que tuviste un hijo contigo mismo, cariño.

—Pero si es igualito a ti, fíjate bien, Joon —volvió a reírse, molestándolo suavemente para devolverle el color a la cara—Las cejas, los labios, el mentón, son tuyos.

—¿Te aseguras de convencerme para no dudar de mi paternidad? ¿Es eso?

Jimin bufó.

—Como si fuera cuestionable. Tú mismo puedes dar fe de ello —sonrió de la manera más coqueta que pudo, dejando de lado su aspecto desaliñado y lo cansado que se sentía—Espero que no estés decepcionado.

—Jamás —Namjoon besó la pequeña nariz de su cachorro, haciendo que soltara un sonidito mientras se acurrucaba en el calor de su padre—Jamás estaría decepcionado de que nuestro hijo se parezca a lo que más amo —sostuvo a su bebé en el cuenco de su brazo y con la otra entrelazó sus dedos con los de Jimin—Agradecerte no es suficiente, dar mi vida por ustedes sería lo más sensato.

Jimin no le respondió con palabras similares, pero apretó los dedos de su esposo para transmitirle lo que el nudo en la garganta no le permitía decir. Se incorporó en la cama quedando sentado, necesitando estar más cerca de ellos, más cerca de su familia. La mínima lejanía ya le dolía en el pecho. Tenía que olerlos y que ellos le olieran de vuelta, grabando su aroma en su memoria para siempre.

Haciendo un esfuerzo por sentarse, apoyó su cabeza en el hombro de su esposo para observar a su cachorro, que dormía plácidamente con las manos en puños y la boquita abierta, tal como lo hacía su Alfa en cada siesta.

Al otro lado • Minimoni OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora