• Libro 3 •
|| Novela basada en la película The Kissing Booth 3 ||
• ¿Qué sucederá ahora que Nea y Noah se han separado? Ambos residen en ciudades diferentes, pero sus corazones aún laten al compás, aún añoran al otro en silencio. ¿Continuarán sint...
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• 𝓝𝓮𝓪 •
El sonido de una llamada entrante a mi móvil me sobresalta en mi lugar. Soltando un suspiro largo me pongo de pie dejando el banco alto de la isla atrás y el cutter que utilizaba para cortar papel ilustración sobre la mesa/restirador que Jared hizo para mi hace unas semanas. La adaptó al medio muro de la estancia para que la luz natural que entra por el ventanal fuera más de ayuda que un problema mientras trabajo.
Se puede desdoblar para que no se vuelva estorbosa y es lo suficientemente grande como para que un plano quepa extendido a la perfección. Es de madera, caoba, me parece.
Tomo mi teléfono de la mesa de centro quitándolo del cargador inalámbrico, el nombre de mi padre brilla en la pantalla junto a un corazón blanco. Una sonrisa se forma en mis labios, acepto la llamada y lo pongo contra mi oreja.
—¡Hola, papá!
—Hola, cielo. ¿Cómo estás?
—Bien, ya sabes, con mucha tarea que hacer—me encojo de hombros mientras vuelvo a tomar asiento frente a mi maqueta.
—Estoy seguro que debe llegarte hasta las orejas—suelto una risita—. Queríamos hablar contigo sobre la graduación de tu hermana, ¿puedes hacerlo ahora?
—Si, denme un segundo y les devuelvo una videollamada, ¿si?
—Perfecto, no tardes, cielo.
—Nadita. Bye.
Corro a mi habitación por la base plástica para que mi teléfono se sostenga solo sobre mi mesa. Una vez que la fijo en la orilla izquierda y acomodo el celular para que me enfoque bien la cámara, lo llamo por video. Mi sonrisa se ensancha cuando veo a mis hermanos y a mi padre sentados en la estancia de la casa mirándome sonrientes.
—¡Hola hermanitaaaa!—Brad agita sus manitas frente a la cámara mientras me regala una de sus dulces sonrisas.
—Hola, torbellino—agito mi mano como el—. ¿Cómo estás, cariño?
Mi hermano se levanta de un salto y le arrebata el móvil a mi padre para enfocarse sólo el, lo que me hace reír y consigue quejas de parte de Elle.
—Estoy muy bien. Hoy comimos el espagueti que te gusta, aunque a Elle no le sale bien. ¿Puedes volver para hacerme espagueti?
Suelto una carcajada a la par en la que Elle le asegura que jamás volverá a cocinar algo para el. Mi padre intenta convencer a mi hermana de que no estuvo tan mal mientras Brad se encarga de enumerar todo lo que estuvo mal con la preparación. Pronto todo se vuelve un borrón cuando mi hermana le quita el teléfono, entonces su rostro dulce y ojos azules se enfocan dejándome verla de cerca. Luce un poco más madura, apuesto que ha crecido algunos centímetros, pero aún tiene ese aspecto infantil que la caracteriza.