Capítulo 24.

219 24 0
                                    

• 𝓝𝓸𝓪𝓱 •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• 𝓝𝓸𝓪𝓱 •

Suelto un suspiro fastidiado cuando por fin termino mi parte del proyecto de literatura en en el que trabajo con Lucy. Mis ojos arden por el cansancio y porque llevo horas sentado frente a mi laptop en el comedor del apartamento. Ya ha oscurecido, le temperatura del ambiente ha disminuido y la Luna brilla en lo alto del cielo. Froto mis párpados y cierro la máquina frente a mi, me pongo de pie para ir hacia la cocina y comer algo.

Mi estómago gruñe cual león mientras comienzo a preparar la cena. Un paquete de ramen y algunos trozos de camarón para acompañarlo. Bebo una cerveza mientras comienzo a prepararlo, sabe bien pero extraño lo que Nea preparaba para nosotros. El sabor de su comida, la sonrisa que siempre nos daba, hacían que todo fuera mejor y significara más. Otra cosa que no supe apreciar como debería y ahora ya no la tengo.

No he sabido de ella aún. Mi mensaje nunca fue respondido, y con lo que sucedió entre Lucy y yo, que Maggie debió decirle, tiene menos razones para hacerlo. He estado muy tentando a intentarlo de nuevo, pero mi temor a ser ignorado de nuevo y mi orgullo, no me lo han permitido. Eso y Lucy. No quiere que me vea como un rogón desesperado, pero sinceramente no me importa parecerlo.

La extraño y quiero que vuelva conmigo. Me arrastraré lo que sea necesario, esperaré y haré lo que ella me pida hasta que pueda perdonarme. Nuestro destino es estar juntos, yo lo sé. Nacimos el mismo día, somos almas gemelas y esto solo ha sido un pequeño desvío en nuestro camino, no más.

El sonido de una llamada entrante en mi teléfono me hace sobresaltar y desviar mi atención de la estufa. El nombre "Mamá", reluce en la pantalla junto a una foto de ella, sonriente y tan hermosa como siempre ha sido. Voy por el y acepto la llamada para situarlo sobre la encimera en altavoz.

¡Hola, cielo! ¿Me escuchas bien?

—Hola, mamá. Te oigo fuerte y claro—sonrío levemente con un deje de diversión—. ¿Está todo bien?

Oh, si. Todo en orden, no te preocupes—me asegura rápidamente—. ¿Tú cómo estás? ¿Ya comiste algo? ¿Qué tal tu terapia? ¿Has dormido bien? Porque un buen descanso es indispensable para mantenerse sano.

Ruedo los ojos divertido—Estoy bien, mamá. Estoy por cenar y todo está bien con la terapia. Y también duermo más de ocho horas cada noche.

Más te vale, Noah Flynn. No quieres que yo vaya a Boston a jalar tus orejas y ponerte en cintura—me advierte—. Te extraño, cariño. Muchísimo.

—Y yo a ti, mamá. Aunque seas tan amenazante y pasivo-agresiva.

Suelta un bufido, estoy seguro de que rodó los ojos—No me provoques. Y no soy pasivo-agresiva, sólo soy una madre protectora con su hijo tonto y necio—asevera.

↱ Not So Secret Chance ↲ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora