Capítulo 20.

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Advertencia: Contenido sexual explícito, si no te gusta leer ese tipo de temas, por favor salta el capítulo.

Las relaciones descritas a continuación son consensuales y entre personajes mayores de 18 años.

• 𝓙𝓪𝓻𝓮𝓭 •

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• 𝓙𝓪𝓻𝓮𝓭 •

A pesar de cerrar la puerta tras de mi, la música aún puede escucharse lo suficiente para amenizar el momento. Aunque parece que Nea ha preparado una maldita lista para tener sexo porque las canciones siguientes aumentan el erotismo en lugar de apagarlo. Siento que mi cuerpo está por estallar y aún no he podido enterrarme en ella como quiero, necesito que me toque y que me bese para amortiguar el ardor que ella misma me provoca.

Las manos de Nea se deshacen tan rápido de mis pantalones como puede, mientras que yo me deshago de sus zapatos y la parte inferior con tanta prisa como ella. Me toma de la cadera y tira de mi sobre su cuerpo haciéndome reír cortamente. Sus piernas se acomodan a mis lados y me encierran haciendo a mi,—muy despierto—, miembro, rozar contra su entrepierna más que húmeda y lista para mi.

Sus labios apresan los míos otra vez mientras sus manos se deslizan hasta mi pelvis para tirar de mis bóxers. Me remuevo como puedo hasta quedar completamente desnudo entre sus piernas y más que listo para sentirla. La luz de Luna entra por mi ventana gracias a que no he cerrado las cortinas, por lo que puedo ver claramente su rostro sonrojado y sus orbes tan brillantes como diamantes y que me miran lujuriosos.

—¿Estás segura de esto?—temo mucho por la respuesta pero no puedo evitar querer asegurarme de qué esto es lo que desea y que lo quiere tanto como yo.

Ella sonríe enternecida mientras acaricia mi rostro ligeramente humedecido por el sudor, asiente mordiéndose el labio y entonces toma impulso para hacerme rodar y caer sobre mi espalda. Mi edredón de satin de color negro acaricia la piel desnuda de mi espalda mientras ella se acomoda sobre mi estómago. Su cabello castaño cae al frente cubriendo la parte superior de sus pechos apenas.

—Quiero esto, te quiero a ti, así que no vuelvas a preguntármelo o te dejaré aquí con una erección.

Río ligeramente, pero su boca vuelve a atacar la mía cuando se inclina sobre mi. Mis manos suben despacio por sus muslos hasta llegar a su trasero, casi por reflejo, mi agarre de cierra sobre ellos, amasándolos con dureza y provocando más gemidos de su parte. Los acaricio suavemente antes de azotarlos con ligera fuerza, Nea se agita entre mis brazos soltando un chillido de puro gusto y placer. Repito el azote dos veces mientras ataco sus labios, todavía más hambriento de ella.

Mi mano derecha se desvía hacia su zona, la humedad cubre las yemas de mis dedos cuando la acaricio de arriba a abajo. Nea oculta su rostro en mi cuello y enreda sus dedos en mi cabello mientras mis dedos se paran a lo largo de su intimidad. Siento mi pene palpitar ansioso y dolorido por sentirla y por lo jodidamente mojada que ya está para mí. Oculto mi rostro en su cuello para besarla, la siento contener la respiración cuando dos de mis dedos se abren paso en su interior.

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