Capítulo 14.

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• 𝓝𝓮𝓪 •

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• 𝓝𝓮𝓪 •

Aún no entiendo cómo es que me convencieron de aceptar este atuendo. Los gritos y amenazas de Solange no surtieron efecto por horas, tampoco cedí cuando me encerró en su baño y me prohibió salir hasta que "recuperara la cordura" y dejara de poner peros a todas las ideas de outfits que ella y su hermana habían seleccionado para mi. Con todas las opciones me sentía prácticamente desnuda, era más fácil que simplemente me pusiera un jodido conjunto de lencería y no habría diferencia con lo que pensaban ponerme.

Según esto la temática de esta noche en el club es blanco y negro, por lo que iríamos en pares. Cómo Care suele usar el color negro todo el tiempo, a ella y a mí nos escogieron atuendos en blanco. Las rubias eligieron el negro para que contrastara con sus melenas doradas y resultaran más llamativas, creo que es porque habrá una especie de concurso o que sé yo, no puse atención a esa parte del discurso que nos dio Diana apenas llegamos a su casa para prepararnos.

Si bien la primera parte del día no estuvo mal ya que iniciamos la rutina de belleza con un masaje de cuerpo entero, un facial, manicura y pedicura, no creí que el tormento me esperaba paciente junto al atardecer y después de tanta relajación. Elegí tener fe, creí que no se les iría la tuerca con esto, pero tanto Care como yo hemos sido sometidas y amenazadas para llegar a esto. Aunque de las dos, ella es la que tiene más probabilidad de tener una ataque de psicosis y terminar acuchillando a las gemelas.

Mi atuendo consiste en un brasier blanco perla y liso, una chaqueta corta del mismo tono y con unos,—innecesarios—, huecos debajo de las axilas, un short cortísimo de tela tipo croché, con un par de medias blancas atadas a mi ropa interior debajo del maldito short que bien podría no estar ahí. Me cubre mas estómago que trasero. Y al final un par de botas largas, blancas y con un "diseño" ligeramente arrugado.

Quiero creer que fue la mejor elección que pude hacer.

—No quiero hacer esto. Por favor, clávame algo en el pecho y sálvame.

Suelto una risa al oír a la pelinegra, está de pie frente al enorme espejo situado en la estancia de la casa de las gemelas. El apartamento es enorme y está localizado en una de las mejores zonas, Greenwich Village. Sus padres viven aquí desde hace años, son dueños de casi todo el edificio y por lo consiguiente, su apartamento es prácticamente del tamaño de una casa. Perfectamente decorado con mármol, vitrales, tapices y alfombras importadas.

A través del reflejo, veo su notoria mueca de desaprobación por el maquillaje que, al final y sin cumplir sus promesas, las rubias le hicieron. Casi tuvieron que atarla a la silla para poder terminarlo.

—Te ves bien, tranquila—murmuro relajada, desparramada sobre al alfombra de color vino en el centro de la estancia.

Darcy, el ama de llaves de la familia, me entregó un delicioso Tequila Sunrise, petición de las rubias para relajarme. En realidad nos trajo uno para cada una, pero por alguna razón todos los vasos de cristal terminaron en mis manos. Por lo que el efecto del alcohol a comenzado a surtir efecto en mi cuerpo, mente y pudor. Este atuendo deja de hacerme sentir expuesta con cada minuto que pasa y realmente me alegra.

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