• 𝓙𝓪𝓻𝓮𝓭 •
Un puñetazo en el rostro, una patada en la ingle o una apuñalada en el abdomen, me habría dolido menos que escuchar a Nea decir aquello. No sé que me molesta más de todo ello, el hecho de haberla hecho sentir insignificante cuando le aseguré que no me acostaría con ella o que no intentaría seducirla en ningún momento, el día en que llegó a mi apartamento para iluminar mi vida, o el hecho de que no pudiera imaginarme siendo bueno para ella.
Ya lo sabía, joder si lo hacía, pero que ella también lo supiera y lo dijera a los cuatro vientos sin importarle menos, me dolió, me hirió el orgullo.
Aún no sabía porque le había dicho eso aquella noche cuando la realidad era todo lo contrario. Cuando meses antes, la primera vez que la conocí, realmente recé para que cediera a mis encantos y me dejara probarla, he querido hacerlo desde la primera vez que vi una foto suya en el perfil de Instagram de Sasha. Supongo que el escucharla decir cuánto amaba a ese idiota mientras intentaba contener sus lágrimas, me irritó cada molécula de sangre y por eso dije esa estupidez.
No creí que lo entendería así, como que no me fijaría en ella, que no la consideraba lo suficientemente atractiva o que era muy poca cosa para alguien como yo. Maldito idiota que soy. Se lo dije porque siempre he sabido que ella merece mucho más que una cogida y luego un adiós, también, que si alguna vez llegase a tenerla entre mis brazos, no habría maldita manera en que desistiera de ello. Querría tenerla 24/7 para mí, sobre mi, debajo de mi, por mi, de todas las maneras posibles.
A pesar de haberme hecho prometerme a mí mismo que no intentaría nada, que por su bien y el mío, la mantendría fuera de mi cama, no pude evitar considerar la idea de aprovechar nuestra convivencia para demostrarle que yo puedo ser distinto, o que al menos, con ella soy otra persona aún sin intentarlo. Pero saber que ella no tenía esperanza en mi, que no podía considerar la idea de que puedo no ser un mujeriego empedernido, que puedo comprometerme con una persona, fue como un gancho al hígado.
Me dolió, pero ahora no puedo sentir nada más que ira. Una niebla roja cubre mi vista y alguien que no soy yo ahora se ha apoderado de mi cuerpo. Aún así, no es excusa para mis siguientes acciones. Veo claramente en el rostro de Yuki que quería defenderme, o al menos, darle esperanza a Nea sobre mi, pero mi presencia la detiene. Cuando la castaña me mira, el arrepentimiento y la culpa brillan en sus ojos, en cualquier otro momento me disculparía por hacerla sentir así aunque no fuera mi culpa, pero justo ahora, no lo soporto.
—Déjalo, Yuki. No vale la pena ni hablar sobre mi.
Nea traga grueso poniéndose de pie de un salto, la japonesa niega suavemente con la cabeza pidiéndome que no haga una tontería. Niego con la cabeza, sintiendo mis manos adormecerse por la fuerza con la que aprieto mis puños, mis dientes están lo suficientemente apretados como para que estallen en miles de pedazos en cualquier momento.
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↱ Not So Secret Chance ↲
Fanfic• Libro 3 • || Novela basada en la película The Kissing Booth 3 || • ¿Qué sucederá ahora que Nea y Noah se han separado? Ambos residen en ciudades diferentes, pero sus corazones aún laten al compás, aún añoran al otro en silencio. ¿Continuarán sint...