• Libro 3 •
|| Novela basada en la película The Kissing Booth 3 ||
• ¿Qué sucederá ahora que Nea y Noah se han separado? Ambos residen en ciudades diferentes, pero sus corazones aún laten al compás, aún añoran al otro en silencio. ¿Continuarán sint...
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• 𝓙𝓪𝓻𝓮𝓭 •
Mantengo mis ojos en Nea todo el tiempo desde que mi madre se la ha llevado para interrogarla. Aunque mi padre me ha llevado consigo momentos después de que ellas se alejaran, no he podido concentrarme en su charla con él y sus nuevos inversionistas. Siempre ha deseado que yo me encargue del imperio que construyó, cada día parece más ansioso de que aquello ocurra, por lo que sólo está esperando que obtenga mi título para nombrarme el nuevo CEO de la empresa que fundó junto con mi abuelo.
Las veo reír y hablar de lo más animadas junto a la escultura de hielo, de vez en cuando son interrumpidas por las amigas de mi madre o sus invitados pidiendo atención, pero rápidamente retoman el tema y se enfrascan en ellas. La verdad estoy aliviado de que se lleven bien, aunque estaba seguro de que mi madre ya la adoraba sin conocerla. He hablado tanto de ella que le fue fácil aceptarla, algo que creí que no podría hacer.
Aunque el hecho de que jamás haya presentado a una chica hasta ahora, debe tenerla más emocionada que cualquier cosa. Siempre ha esperado que un día llegue con una chica, perdidamente enamorado y con la promesa de una boda o una familia en el futuro. Nunca desaprovecha la oportunidad para decirme que querrá tener nietos algún día en el futuro, es clara con que no los quiere ahora, pero tampoco quiere esperar demasiado.
Nea se gira en mi dirección cuando mi madre ha sido desviada de su objetivo principal. Sonríe relajada, sus ojos chispean y sus mejillas se mantienen sonrojadas, efectos que asumo se deben a la champaña y no a que he estado mirándola desde lejos como un maldito acosador. No me fueron indiferentes todas las miradas que captó al llegar, ella estaba tan embelesada con la casa y demasiado nerviosa por conocer a mis padres, que no se dio cuenta de ello.
Se me revolvió el estómago y tuve que contener las ganas de comerle la boca para dejar algunas cosas en claro.
Sus ojos azules se desvían de los míos cuando un sujeto que no conozco, que tal vez tiene sólo unos cuantos años más que nosotros, se acerca a ella con una sonrisa coqueta y una excusa barata para entablar una conversación. Mi ceño se frunce cuando Nea le sonríe dulce y encantada con lo que sea que el acaba de decirle sobre su vestido, las miradas de ambos bajan hacia las piernas de ella, por lo que asumo que el ha mencionado la exquisita abertura en la falda.
Luego señala el collar que rodea el precioso cuello de Nea, ella asiente con una sonrisa y luego hace un gesto como para restarle importancia a dicho accesorio. El rubio de cabello prolijo hace un chiste sobre ello o que sé yo, pero la hace reír, luego ella asiente y entonces el tipejo deja la copa junto a ellos y alza sus manos hacia ella para enderezarle el collar. Mi mandíbula se tensa, ¿cómo se atreve a tocarla? Me disculpo con mi padre y sus socios de la manera menos educada posible, para comenzar a caminar hacia ella con zancadas largas y apresuradas.
