Se hallaban cara a cara, sentados en una manta bajo la sombra de un arce. Felix se hallaba con las piernas cruzadas sobre sus rodillas, con el torso inclinado hacia atrás y el rostro perfilado a la derecha, observando unos pajaritos en su nido en un árbol lejano. Hyunjin se encontraba sumido en los bocetos de su cuaderno, apoyando su espalda con el tronco del mismo arce que les proporcionaba dicha sombra, molesto por los insulsos arbustos como resultado de sus trazos en el papel.
Felix cambió ligeramente de posición al apoyarse sobre sus codos en vez de la palma de sus manos, entreabriendo un poco la boca en una débil sonrisa.
Hyunjin, percatándose de ese gesto, decidió abandonar el dibujo de la flora del parque, y con tan excelente musa posando para él, procedió a empezar a dibujarlo, sin que el rubio se diese cuenta de que ahora él estaba siendo retratado.
Trazó rápidamente las formas básicas que guiarían el resto de la anatomía, para luego trazar una forma más detallada del hoodie y de los pantalones, sombreando rápidamente. Dando rápidas miradas de vez en cuando a Felix, pronto tuvo listo y dibujado todo el cuerpo. El rostro se le hizo algo más complicado, ya que al no contar con suficiente espacio no podía retratar con propiedad el delicado contorno de su nariz, ni la suavidad de los rojizos labios, o la bella forma de sus ojos. Por un momento, se detuvo verlo más detenidamente. Felix poseía una figura sorprendentemente esbelta y atractiva, que no se notaba mucho por la ancha ropa que ocupaba. El brillo feliz y esperanzador de sus ojos marrones, moteados de verde, escondían una sutil tristeza lo que lo hacía parecer más maduro de lo que en realidad era.
Con un suspiro, Hyunjin pensó que si no estuviera enamorado de Jeongin, Felix sería exactamente la clase de chico que llamaría su atención.
Repentinamente el rubio volvió su cabeza a Hyunjin, incitado por el sonido del suspiro que éste soltó, atrapandolo en pleno escrutinio.
Con una pequeña sonrisita preguntó:
—¿Qué haces, eh?
Hyunjin volvió su cuaderno para que Felix pudiera ver el dibujo terminado. Se sonrojó un poco por el halago que suponía haber sido dibujado, aunque claro, poco se notaba por el maquillaje.
—Soy yo —preguntó, aunque sonó más a una afirmación que a una pregunta.
Hyunjin asintió.
—Eres una excelente musa.
El rubio se incorporó y tendió las manos al mayor, para que éste pudiera entregarle el cuaderno y Felix pudiera examinarlo mejor. Una vez que tuvo el dibujo entre sus manos, una sonrisa se extendió por toda su boca.
—Eres un muy buen artista, Hyunjin —contraatacó el menor.
El pelinegro menospreció el halago con un gesto de la mano, quitándose a sí mismo importancia, algo que no solía hacer a menudo.
—Puede ser, pero, en realidad, no estoy en mi mejor momento...
Felix enarcó una ceja, acordándose de un detalle.
—Pues bastante bien para estar en un bloqueo de artista.
Ambos sonriendo, se habían olvidado por completo del paso de los minutos, de las horas. Apenas se sentaron encima de la manta que Felix había traído luego de la gran revelación, empezaron a parlotear sobre sí mismos como nunca antes lo habían hecho, buscando que el otro lo conociera con la mayor profundidad posible. Y en serio que hablaron. No se habían detenido hasta que Hyunjin sacó su cuaderno y empezó a bocetar.
Félix sacudió un poco su cabello elevando la mirada al cielo. No fue hasta entonces que se percató del color del cielo, algo anaranjado. Solamente entonces se le ocurrió mirar un reloj.
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˗ ˏ ˋ𝗨𝗻 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗷𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂 𝗺𝗲𝘀𝗮 | 𝙃𝙮𝙪𝙣𝙡𝙞𝙭 ˎˊ ˗
FanfictionLee Felix es un chico lindo e inocente de 16 años, que asiste al instituto y está enamoradísimo de un chico de su clase: Seo Changbin. Por su parte, Hwang Hyunjin es un tipo más bien frío y reservado, con un enorme talento para el arte y un complejo...