Mikasa se encontraba en casa de Ymir junto con sus compañeros de clase: Hannah, Thomas y Porco. Estaban todos reunidos alrededor de la mesa de la cocina, concentrados en sus libros de biología, repasando para el examen que tendrían al día siguiente. Mikasa, con su habitual seriedad, explicaba un tema complicado que Ymir y Porco parecían tener dificultades para entender. Con paciencia, intentaba desentrañar los conceptos para que fueran más digeribles para ellos, pero su teléfono no paraba de sonar una y otra vez, interrumpiendo constantemente su explicación.
–Mikasa, creo que deberías responder –Sugirió Thomas frunciendo el ceño, mientras el tono de llamada persistía en llenar la habitación.
Mikasa, sin despegar la mirada de sus apuntes, rechazó la llamada una vez más.
–No puedo ahora, estoy ocupada –respondió con determinación.
Hannah, preocupada y desesperada por el insistente sonido, observó a la chica con seriedad.
–Quizás sea importante, deberías comprobarlo –sugirió.
Mikasa negó con la cabeza sin dejar de explicar el tema de biología a sus compañeros; sin embargo, el teléfono seguía sonando como una molestia constante que no cesaba.
Ymir, ya cansada de la situación, observó a la chica con irritación.
– ¡Demonios! Si no respondes ahora mismo, voy a arrojar tu teléfono por la ventana –gruñó con fastidio–. Mi novia está durmiendo y si se despierta por ese estúpido teléfono, vas a tener problemas conmigo –espetó totalmente irritada–. ¿No puedes simplemente responder esa maldita llamada de una vez?
Thomas, tratando de encontrar una solución, se inclinó hacia Mikasa.
– ¿Por qué no lo apagas entonces? –Sugirió el joven.
Mikasa suspiró, sabiendo que su respuesta no sería del agrado de todos.
–Lo siento, no puedo, mi hermano mayor se enoja si lo apago – confesó con un deje de vergüenza en su voz.
Porco, con una sonrisa burlona, revolvió el cabello de la chica.
–Pero parece que no le importa si no le respondes las llamadas –soltó divertido.
Mikasa se sonrojó ligeramente ante el comentario del chico mientras observaba su regazo.
–No es mi hermano quien me llama tan insistentemente –admitió en voz baja, desviando la mirada hacia la pantalla iluminada en su teléfono.
Allí se podía leer "prostituto" y Mikasa se avergonzó al notar que tenía quince llamadas perdidas de él.
Así había sido su vida las últimas dos semanas desde que había hablado con Armin y el rubio le había pedido que se alejara de Eren. Por supuesto, Eren no se había quedado en paz y no había parado de buscarla. Cuando la preguntaba en la habitación, Sasha le decía que no se encontraba, aunque estuviera en su cama tirada en medio de sus libros. Mikasa lo veía cada día cuando notaba que estaba en el campus universitario buscándola, pero hacía tres días Eren parecía haber encontrado su número telefónico y no paraba de llamarla constantemente, de manera obsesiva y compulsiva.
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Exulancis (EREMIKA)
FanfictionEn el vibrante corazón de Shinganshina, Eren, un tatuador rebelde con una actitud desenfadada y un pasado tumultuoso, vive su vida al límite. Ajeno a los compromisos y las emociones profundas, su mundo se reduce a fiestas interminables y encuentros...