En el vibrante corazón de Shinganshina, Eren, un tatuador rebelde con una actitud desenfadada y un pasado tumultuoso, vive su vida al límite. Ajeno a los compromisos y las emociones profundas, su mundo se reduce a fiestas interminables y encuentros...
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Levi empujó bruscamente a Eren fuera de su camino y entró al apartamento con desesperación. Sin perder tiempo, comenzó a buscar en cada habitación, revisando meticulosamente cada rincón. Registró la cocina, el baño, cada armario y escondite posible, pero no encontró rastro alguno de Mikasa.
Al darse cuenta de que sus esfuerzos fueron en vano, Levi caminó hacia Eren con determinación y lo tomó del cuello de la camisa, sus ojos destilaban furia mientras exigía a gritos una respuesta.
–¿¡Dónde está Mikasa!? –gritó Levi, con una mezcla de desesperación y enojo–. ¿Por qué no contesta mis llamadas? ¿¡Dónde está mi hermanita!?
Hange intervino rápidamente, tratando de calmar a su esposo.
–Levi, amor, cálmate –dijo con voz tranquila, colocando una mano en su hombro–. No vas a conseguir nada si te pones así.
Pero Levi estaba demasiado alterado como para escucharla. Eren, sintiendo la fuerza del agarre de Levi, trató de explicarse.
–No lo sé, Levi. ¡No sé dónde está! –respondió Eren, con voz apresurada, tratando de liberarse del agarre de Levi.
Erwin, que había estado observando la situación en silencio, se acercó y separó a Levi de Eren con suavidad.
–Levi, hermano, tranquilízate. No resolveremos nada así –dijo Erwin con calma, antes de dirigir su atención a Eren–. ¿Dónde fue Mikasa, Eren? Necesitamos encontrarla lo antes posible.
Eren se sintió abrumado por la situación. La preocupación por Mikasa se mezclaba con la confusión y la frustración. El chico negó con fervor mientras se encogía de hombros.
–No lo sé –confesó Eren con desespero mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas–. Ella... ella salió ayer por la tarde y no ha vuelto.
– ¿¡MI HERMANITA LLEVA CASI 24 HORAS FUERA DE LA CASA Y TÚ SIGUES AQUÍ TAN TRANQUILO!? –Preguntó Levi en un estallido de furia–. ¿¡QUÉ CLASE DE IDIOTA ERES!?
–Creí que estaba con Sasha –admitió Eren señalando a la chica, que estaba encogida por el pánico–. Ella salió muy enojada.
– ¿¡QUÉ LE HICISTE!? –Exigió saber Levi.
Annie, observando la escena con preocupación, se acercó a Levi y puso una mano en su hombro.
–Levi, Eren no le hizo nada a Mikasa –dijo con voz firme–. Mika y yo tuvimos una discusión y ella salió del apartamento muy enfadada.
Levi apartó bruscamente la mano de Annie de su hombro y se volvió hacia Eren con los puños apretados.
–¿¡Cómo pudiste dejar salir sola a Mikasa!? ¡Eres un idiota, Eren! –gritó Levi, con los ojos llenos de ira–. ¿No te das cuenta de lo peligroso que es para ella?
